De viaje 10 (camaradería sin par)
1
Personajes, personajas, todos somos, sin darnos cuenta. Como de película, de buen o mal guion, con buena o mala fotografía. Sean de centros o colonias marginales. La periferia tiene a grandes, como reproducciones de los olvidados, con temas específicos de humillaciones, mesas vacías, rodeados de fierro viejo para la venta. Los centros tienen a quienes creen tomar decisiones y se mueven entre contrabando y traiciones, aplicando leyes tipo Herodes.
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"Traigo un chisme", dijo aquella vez Doña Lupe. Y todos se pusieron atentos para enterarse de algo sobre alguien. Y bajó de su auto una plantita a la que llaman "chisme" por acá en la frontera, "mañanitas", en otros lugares. Estoy sentado frente a esa maceta. Doña Lupe murió hace dos años. Y trascienden sus dichos, sus obras, en la microhistoria que sin estas no habría la historia nacional ni la universal.
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Nuestro equipo de fútbol de la Normal tenía a grandes jugadores. Eran la base de la selección de fútbol y eran el terror de los juegos internormales de Tamaulipas en aquellos años de finales de los 70s. Yayo, Tamayo, Coco, Esqueda, Roberto, Rafa Muñoz, y quizá se me escape un nombre. Siempre en la final, quedando campeones las más de las veces o subcampeones. Cualquiera de ellos pudo probarse en equipos profesionales, cuyo trabajo temporal es efímero. Prefirieron terminar la escuela Normal y ejercer de maestros. Ayer convivimos dos de ellos, Yayo y Esqueda, además de Cristóbal, gran beisbolista y yo, que anduve en atletismo en esos años, para no quedarme atrás. Las pláticas fueron interminables, sin faltar no solo los recuerdos sino recomendaciones medicinales para diversas dolencias.
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Anfitrión Yayo y Dorýs, ambos docentes retirados. Y muy activos en su cotidianidad. Creativos, han construido un paraíso, ladrillo a ladrillo. Compraron un terreno en breña. Y con paciencia, dedicación y ahorro, poco a poco -en años- le han dado forma, entre plantas de sombra y fruta, una construcción pequeña pero bien diseñada, lo mismo el área de asar carne, un pozo de agua y un pasto bello. Los pájaros tocan en concierto todo el día. "Toño sé que andas por acá. Te invito a que prendamos el asador y platiquemos con otros amigos del grupo. Escoge el día". "Jueves", fue mi respuesta.
5
Tortuoso es el cruce al lado americano de los puentes internacionales. De ida el peaje mexicano es de 44 pesos. De regreso el americano abusivocobra 4 dólares, a 26 pesos (cuando el cambio oficial anda en 18.5). Hay un app que te actualiza el tiempo probable que puedes tardar en el cruce a Brownsville. El menor es de 20 minutos. El mayor es de 3 horas. Así, se monitorea por cual cruza uno, entre Los indios, Los tomates, el Nuevo o el Viejo. Así nombran a los puentes.
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La línea fronteriza es un acuerdo político entre dos países, suscritas en algún tratado internacional. A México antes de 1848 le pertenecía Texas, Colorado, Nuevo México y California. Otra cosa son las fronteras culturales. Y hay expansión de la cultura mexicana hacia territorios estadounidenses. Tacos y hamburguesas, tortilla de harina, chile "mucho picoso", decía Piporro. Cuando recorremos tiendas o mercados de segunda, se nota la identidad cultural de lo mexicano en quienes te atienden y quienes compran. Hay cultura mexicana arraigada desde el origen en los estados del sur de Estados Unidos. Se vaticina que para 2060 los gobiernos mexicanos buscarán presionar para declarar territorio mexicano todo la tierra arrebatada.
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Es viejo el chiste de que van dos mexicanos en una lancha de remos en aguas de Estados Unidos. El guardacostas estadounidense los detiene. Y con altavoces les dice que está prohibido pescar en sus aguas. Los mexicanos les responden que no andan pescando sino invadiendo su territorio. Los marinos gringos sueltan la carcajada y dicen que cuántos son. Mexicanos: "200 millones". Estadounidenes: "Ja, ja, ja. Y ¿dónde están los 199 millones 999 mil 998 restantes?" Es entonces que los mexicanos sueltan la carcajada. Y les dicen burlones: "Nosotros somos lo últimos. Los otros ya están asentados en su territorio. Ja, ja, ja".
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Excelentes anfitriones Dorys y Yayo. Tostadas con chile habanero de entrada, para mitigar el hambre de las 3 pm. Luego pollo asado en su punto perfecto. Papas igual asadas y con mantequilla. Yayo es especialista en asar carnes. "Pues a quién mandamos", es su dicho. Una cerveza "¡pal norte!" por persona. Bueno, yo dos. Yayo salió para guiarme hacia su bello terreno. "No vas a dar, yo paso por ti". Le dije que en la Faja de oro, vieja gasolinera de la Lauro Villar. Ya en la charla, música de fondo comandada por Alexa. Y cien mil anécdotas interminables. Javier trabajó en Cárdenas, Tabasco. Yayo en Morelia. Cristóbal en Tamaulipas. Recordamos a nuestros compañeros muertos. Juanjo, alegre bailador de folklore y músico de guitarra, bajo sexto y segunda voz, el Gordo Villela, platicador y segunda voz, Sergio Hugo, platicador, miltante activo de partido, Pazito, sienpre puntual y generoso. Todos ellos de gran corazón.
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Gestores sindicales Cristóbal y Yayo. Siempre derechos en sus planteamientos hacia la base magisterial. activos en el pasado, activos como jubilados. Alegres, fuertes. Buscando en qué ocuparse. Afectos a mesa de café, donde se arregla el mundo, pero se dejan temas pendientes para tratarlos en la siguiente reunión. Qué dicha verlos y escucharlos. Con renovado ánimo hemos de encontrarnos en otra ocasión. Llevo ya anotados los nombres de algunos remedios para dolores que aquejan a chavosrucos de más de 59. Ya pronta la pensión del bienestar. Y las risas interminables como expresión del alma para exteriorizar el inmenso amor a la vida.
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Para despedirnos lo hicimos tres veces, conforme avanzábamos a la salida. Como aquellos que no se quieren quitar. Un abrazo fuerte. Nuestras almas vibran fuerte y en armonía.
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