De viaje 9 (Decir amigos)


1

Dicha mayor en la vida convivir con amigos del alma, hermanos que la vida nos dio. Días antes fueron ellos a comprar mariscos a El mezquital, pueblo de pescadores. "Hubieras ido y escuchado muchas historias y tomado muchas fotos", me comentaron. Nos reunimos Ciro, Rogelio, Quico, Federico, Lalo, Artemio, Puga, y yo. Y aparecieron en la plática todas las historias para conformar un mural panorámico de la frontera norte. Cada hombre una historia personal y de familia. Cada maestro un cúmulo de vislumbres de futuro. 

2

Llegaron a El mesquital y fueron a buscar al Muerto. Preguntaron por él. "No está", les respondieron sus hijas. Informaron a los visitantes que el muerto había salido a trabajar como todos los días. Era pescador. Y finalmente lo localizaron luego de ir a casa de  cada uno de sus hijos. Ahí estaba yo azorado al escuchar estas historias entre miles sobre miles de alumnos que pasaron por nuestras aulas. "¿Es apodo lo de El muerto?", pregunté azorado luego de escuchar. "Sí, es apodo, pero ya murió el Muerto. Así que ya no hay que dar explicaciones", dijo riendo Ciro.

3

Platicó del chico de segundo grado a quien los alumnos de su edad y más grande le entregaban cada día un peso y él lo registraba en una libreta. "Lo descubrí y le pregunté por qué lo hacía'.  Les ofrecía hacer equipo de fútbol y beisbol, y tenían que cooperar para la compra de balones, porterías, guantes y bates. Y a la hora del recreo estaba en el desayunadero, dependiendo si quería comida o refresco, les exigía a cada alumno el primer trago de la botella "el primero porque me da asco tomar después", lo mismo con la comida. Y en los juegos instalados en el patio de la escuela él en el recreo los ordenada para quien sube primero, quien después, cobrándoles la tarifa de un peso. Yo comenté de una amiga maestra que me comentaba de las respuestas de lo que querían ser de grande, alumnos de 3er grado. Niño: "Yo narco". Niña: "Yo novia de narco". Y eso por qué les preguntó angustiada. Porque se vive bien, fue la respuesta categórica.

4

Por teléfono nos saludamos de uno en uno  con Javier, analista y crítico, al Estado de México, y con Fidencio, quien fue nuestro presidente en la Sociedad de alumnos normalista, a Vallhermoso. "Seguramente hemos de coincidir", les dije. Seguro que sí, respondieron. Ya habrá oportunidad mientras haya vida.

5

Rocío nos había mandado ejemplares del libro de Óscar, "De estudiantes a profesores", editado por Porrúa en 2010. Rogelio nos hizo entrega de uno. Se tomó alguna foto como testimonio. Ciro, de nuestro común aprecio, nos dio indicaciones de cómo armar las brochetas de camarón. "Pongan atención". E hizo una de muestra: piña, chile, camarón en dos ensartes, cebolla, chile, camarón, chile, hasta llegar a cuatro camarones y sellar con piña. Los chiles eran de tres colores: verde amarillo y rojo. Previo, ya Federico había cortado el chile al tamaño indicado. Y el mismo frió la trucha. Que todo estuvo para chuparnos los dedos. El liquido para tomar fue el esperado. Y música de fondo: Silvio, Pablo, Aute. "Recuerdo que fui con Bogar a tu casa y tenías disco de Pablo y lo pusiste, ya trabajabas de maestro y andabas de vacaciones", me recuerda Rogelio.

6

Para desayunar en la mañana pasó mi hermano Cristóbal por mí. Lo esperaba y creí verlo pasar en su auto rojo. Le grité para hacerle saber que aquí era, y dio la vuelta. Años de no vernos. Y abordé el vehículo. En el trayecto fuimos platicando como si nos hubiéramos visto la semana pasada. Agradable el restaurant. Estaban dos maestros más. Y la charla fluyó de manera natural. Cristóbal beisbolista desde niño, lo mismo sus hermanos. Yo pedí machaca con huevo. Y muy sabroso el café americano. Lleno el local. Y platicamos de todo un poco. Sobretodo referencia al magisterio y a las familias norteñas famosas por las venganzas de uno a uno, como un juego macabro. Me matas uno, te mato uno. En momentos parecía que estábamos hablando versos para escribir corridos.

7

A Cristóbal lo conocí en la Normal. Hicimos amistad fuerte desde esos años a la fecha. Caminábamos el trayecto a la Normal juntos casi siempre. Yo salía de vasa en la Treviño Zapata y pasaba por él al pask en la Praxedis Balboa. Y en ocasiones nos íbamos en el auto Dodge Coronet o camioneta que le prestaba su papá. Formamos ambos de la rondalla tipo Saltillo, grupo con el que llevamos serenatas a nuestras novias o amigas. Y asimismo a los maestros en los 15 de mayo. Y a nuestras madres el 10 del mismo mes. Vivimos juntos nuestras ilusiones respectivas con la novia correspondiente, lo mismo las cuitas derivadas de lo mismo. Cierto, en todos estos años nos hemos visto pocas veces. Mas eso no disminuye la estima de hermano, real y verdaderamente un amigo. Ya recuperado casi al 90 por ciento en su salud, luego de un percance, ha salido adelante  gracias a su fortaleza creada con la práctica por siempre del deporte, el amado beisbol y voleibol, aunque este menos.

8

Luego del desayuno me llevó a casa de mi hermana, donde me estoy quedando. Allí nos tomamos una foto, que olvidamos tomarla en el café. Y seguimos platicando interminable bajo los ya inclementes rayos del sol que competían con el frío con el que amaneció el día. Y como respuesta a la plática a una dolencia que a veces me aqueja, me recomendó unas gotas que a a la vez le recomendó Mario, con las que desaparecen como magia los dolores, ríe más y juega sin su dolor de rodillas. "Te vas a sentir mejor, dos gotas debajo de la lengua, y hasta parece que eres otro, caminas y corres y hasta parece que vuelas", dijo riendo. Sin querer despedirnos, nos dijimos adiós. No le comenté que, agradecido, recuerdo bien cuando nos encontramos frente al cine Elizondo, él y su novia iban a entrar al cine, y yo con mi novia P y bolsillo vacíos pasaba por allí y él nos pagó los boletos, palomita y refrescos. Sí platicamos nuestras experiencias con la cercanía de la muerte "seguimos porque tenemos una misión por cumplir", dije yo como si dijera algo original y profundo. Para nada, un lugarsote común. Y aquí seguimos.

9

Amigos y amigas, familia que elegimos. "Decir amigo", de Serrat, es una gran canción homenaje a la amistad. Dios y mi canto saben a quién nombro tanto, dice en uno de sus versos. La canción "Amigo", de Roberto Carlos es buena. "Tú eres mi hermano del alma, realmente el amigo...", afirma. Solo que al ser cantada en algún evento como bienvenida o despedida al Papa, al Dalai Lama, a presidentes corruptos, a dictadores y otros menos o más mendaces, quedó como himno común. Y los amigos merecen otra canción especial. Y si no la hay tendremos que escribirla. Quede de tarea.

10

"Es mi cumpleaños y lo celebraré con mis hermanos del alma -escribió Ciro días antes- Ya otro día lo celebraré con mi familia, que al cabo a ellos los tengo cerca y todos los días".  Había dicho momentos antes en la reunión: el Muerto murió, e hizo honor a su apodo. Ya no hay que dar más explicaciones.

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