Apuntes del tiempo
1. Algo así leí: el 90 por ciento de la población no mira y no sabe que no mira, aunque vea. Es decir, es explotado y alienado y no lo sabe y menos le importa. Se queja sí, solo eso, y así pasa su vida por generaciones. Están en todos los lugares posibles. Se llaman y les llaman ciudadanos sin serlo. Andan en prisas y en las gestiones, como dice la canción. Les interesan los precios solo cuando compran, aunque dicen que todo está más caro. No saben de los vaivenes del dólar, y hasta dicen que no les afecta, porque ni el dólar conocen en físico. No vinculan el precio de la gasolina con la distribución de mercancías por carreteras o por aire.
2. El 5 por ciento (de.la.población, o menos) lo sabe y trata de que ese 90 por ciento despierte. Y luchan, y se desesperan. Esos del 5 por ciento son señalados, perseguidos, encarcelados, desterrados o asesinados. Además, en vida, incomprendidos, ignorados, vilipendiados, calumniados Locos, les dicen. Y les dicen: te metes a redentor y saldrás crucificado. O te condenan morir por cicuta. Identificamos con estas expresiones a Jesús, el nazareno, y a Sócrates, como iconos. Pero hay muchos más que la historia los muestran porque no los pueden ignorar. Y los muestran solo como accidentes de la naturaleza, y de manera soterrada o abierta dan a entender que el sacrificio no vale la pena, para que otros no sigan el ejemplo.
3. El 4 por ciento busca la
Ñ manera no solo que los del 90 por ciento no despierten, sino que son quienes luchan contra los del 5 por ciento para que no logren su propósito de despertar a ese 90 por ciento. Para ello utilizan todas las estrategias y las armas posibles. Desde el descrédito y la calumnia, hasta poner al aparato del estado contra ellos. Aula o púlpito -cuando son indiferentes, cuando no se preparan- son los espacios donde actúan. En las obras de teatro, en las películas comerciales, y en la tv comercial, también.
4. Y el 1 por ciento son los ganones de todos: los dueños de los medios de producción, de los medios de comunicación, de los bancos, de fábricas, de la mucha tierra, de cadenas de burdeles internacionales, etc. Viven y deambulan en su burbuja. El becerro de oro es su Dios. No saben ni cuánto tienen de incalculables fortunas. Para ello tienen quiénes les administran. Y difunden su imagen en revistas del corazón, y en la famosa revista Forbes.
5. Me llama la atención ese planteamiento. No es preciso, por supuesto, en los porcentajes. Esos porcentajes gruesos solo ilustran las relaciones sociales de subordinación, de insubordinación, de mando, de dependencia. Y las miles y diez y cien miles relaciones entre las personas tiene que ver con este tipo señalado en los porcentajes señalados. ¿Donde nos ubicamos cada quién? Peor no solo basta preguntarnos ese lugar social que ocupamos. Sino qué podemos hacer al respecto.
6. El tema no es nuevo. Ha sido tratado desde los tiempos de María Castaña. La historia de la humanidad se basa en relacionar los acontecimientos que se derivan de la debilidad, la fuerza y la ambición de los seres humanos. Legal fue la esclavitud. Legal fue la condición de siervos en la etapa histórica conocida como feudalismo. Legales fueron y son la burguesía y los súbditos. Legal también es la relación obrero, campesino y patrón. El problema no es ese. ¿O es ese realmente el problema?
7. Hay, lumpen. No tiene que ver con grados de estudio. Tiene que ver con la conciencia del ser. Conciencia de clase. Y en este caso es la falta de conciencia.
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