Subamos el piano y que ya no baje
1. Merceditas y Laureano discuten, se reclaman, pelean y se van a separar. Para hacer la mudanza contratan a un par de sindicalizados alijadores que son interpretados por Manolín y Schilinsky. De lo primero que se van a encargar es de bajar un piano de media cola. Pero tan pronto lo bajan de la segunda planta, hay reconciliación y dan la orden de subir el piano. El saldo allí es de una pata menos. Pero vuelven a hacerse reclamaciones y de nuevo dan la orden de que se baje el piano. Se reconcilian y de nuevo hay que subirlo. Saldo tres patas menos. Aunque en el final de la escena ya solo suben pedazos del famoso piano. Tres veces el instrumento baja y las mismas sube. La escena forma parte de la película dorada y adorada "Dos de la vida airada" (1947).
2. Hace muchos años un maestro de música amigo me platicaba sobre un piano que tenia la escuela secundaria. Privilegiadas las escuelas que tienen instrumentos musicales. El aula donde estaba corría peligro cuando la temporada de lluvias en este trópico de inundaciones periódicas, propenso a inundarse. Y entonces, previendo tal desaguisado, el docente le decía al director de la necesidad de acomodar dicho piano en un lugar más seguro. El funcionario, indiferente a lo que sucedía en su ambiente educativo, le soslayaba de respuesta: "No se preocupe mi profe. Basta con que le ponga unos cuantos blockes en sus patas cuando se acerque la temporada de lluvias".
3. La enseñanza musical me trae gratos recuerdos de secundaria. Mi maestro de artística, Juan Pablo Puente Vallejo, nos inculcó el amor por la música popular. De tal manera que aprendimos de memoria canciones de Agustín Lara, Álvaro Carrillo, Manzanero, los Cuates Castilla, Manuel Esperón, Consuelo Velázquez, María Greever, y muchos otros. Y también de compositores cubanos como César Portillo de la Luz y de Miguel Matamoros. Esas canciones bien compuestas en armonía y figuras literarias, nos acompañaban en el despertar adolescente de nuestros sentimientos amorosos. Además forman parte de nuestra cultura mexicana y latinoamericana. Fue parte importante de nuestra formación.
4, Subir y bajar el piano es una expresión que refiere al cambio sin más de una posición a otra en determinados temas y asuntos. Quitar y poner lo mismo para dejarlas en el mismo lugar. Al consabido piano de la película, en ese cambiar de pareceres, cada vez salía dañado. Quizá por el desconocimiento de los aprendices alijadores para la carga. Quizá les faltaba otro personal para que se repartiera menos la carga. La puerta era muy angosta, y el espacio e las escaleras lo mismo. pero había que bajarlo y subirlo de acuerdo a las emociones manejadas por la pareja protagonista, interpretada en la película por Julián Soler y la bella Lilia Prado.
5. En esa secundaria donde estudié había muchos instrumentos en bodega: un viejo órgano, tres guitarras, cinco mandolinas, dos flautas transversales, dos trompetas, tres violines, dos acordeones, un guitarrón, un violonchelo. Pero más que eso, lo importante era el concepto que de ellos tenía el director de la escuela y el maestro de música: los instrumentos deben de estar en la tarde en la casa de los alumnos para que practiquen, y no en la bodega durmiendo el sueño de los justos.
6. El planteramiento como uno de los compromisos de la presidenta Claudia Sheinbaum, referente a la enseñanza de artes en las escuelas de educación básica es más que sobresaliente. De hecho es algo que hemos vislumbrado como necesario desde hace muchos años y lo hemos dicho. El trabajo escolar requiere trabajar con pasión por la enseñanza. pero no solo de conocimientos de cada materia, que eso es necesario e imprescindible. Pero sin el toque de la enseñanza de artes, como que queda coja la enseñanza, como el piano de Laureano y Merceditas.
7. Y es que habría que ver cuando las y los alumnos chiquitines de los primeros años de enseñanza, tanto en preescolar como en los primeros años de primaria se divierten porque les encanta dibujar, pintar, cantar, contar, representar. No hay momentos más felices para ellos que todas esas actividades que les sacan de los impactos emocionales de casa cuando hay discusiones, pleitos, por un lado, y limitaciones para comprarles lo necesario. Entonces su cerebro entra en otro tipo de actividades que les alimenta emocionalmente, y les motiva encantadoramente para querer seguir jugando y aprendiendo.
8. Es decir: las enseñanza de las artes no como un complemento. No señores y señoras, sino como algo esencialmente importante junto con las matemáticas y la biología. Al ser percibidos como complemento, pues de pronto se les abandona, dando "preferencia a las matemáticas y al español". O no importa si a veces se las da dicha clase o no. Y más cuando la mayoría de maestros conocemos poco no solo de la importancia de la enseñanza de las artes, por lo cual tenemos poca didáctica y nula pedagogía al respecto. Claro, ese es un problema al que hay que enfrentar responsablemente para resolverlo. Seguramente que ese compromiso presidencial ha de cumplirse de manera gradual, pero con la seguridad de que es urgente para encausar a nuestros educandos a una mejor comprensión del espacio que habitamos como seres humanos.
9. Como dice una lámina que circula por las redes de vez en cuando: "La enseñanza de las artes en las escuelas de nivel básico no son para que todos y todas nuestras infantes sean artistas. No. Sino para que se sientan mejor por donde quiera que anden y en la circunstancias en las que viven". Recordemos que mi director de secundaria y mi maestro de música coincidían en que los instrumentos musicales (y los tambores y cornetas de la banda de guerra) deben de estar en las casas de los alumnos que están aprendiendo a manejarlos y practiquen en las tardes, en lugar de estar a merced de las circunstancias de su barrio, que, muchas veces los van encaminando hacia las actividades ilegales.
10. "Ya vas a empezar, tú tan delicado", le dicen a un amigo maestro de música cuando reclama porque a la marimba que consiguió mediante gestiones particulares, aunque con la firma para la solicitud por parte de su director, le ponen carpetas como si fueran estantes para acomodar cosas. Por lo tanto, deseamos que haya reconciliación verdadera entre Laureano y Merceditas, en la película, para que el piano (la educación artística) quede en el lugar de importancia que le corresponde. En el caso de las artes en al enseñanza, junto con las matemáticas y demás materias de las Ciencias sociales y Naturales.
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