1. Permitidme que antes de escribir sobre el libro presentado, "Introducción a la Economía Comunitaria", de Baldemar Hernández Márquez y otros, haga el siguiente rodeo. Se dice que hace años, cuando inauguraron una carretera de la ciudad a unas comunidades hacia dentro de la Sierra tabasqueña, de manera sarcástica la escritora Julieta Campos, esposa del Gobernador Enrique González Pedrero, dijo: "con esta obra ya podrá entrar la Coca Cola". Reitero, de manera sarcástica. Todas esas bebidas de gas y azúcar son plagas emisarias de enfermedades crónicas y muerte, que por supuesto afecta a todos, pero sobretodo a los más pobres. Y dichas bebidas están por todos lados, hasta el rincón mas apartado de la geografía. Y mi maestro de Sociología en la UJAT, Roberto Hernández, nos comentaba -sin dejar de fumar, echando bocanadas de humo- que las carreteras que se hacen no son para facilitar el tránsito de los pobres, sino para poder sacar con más facilidad los recursos naturales.
2. El tema siempre son los pobres. Se siguen haciendo estudios para determinar qué sigue en el quehacer. Pero de antemano no es un tema como sujetos de estudios. Es una condición de vida, como pesada loza que soportan millones de personas en el mundo. Pregunto ¿Son los mismos pobres de hace 20, 40, y 60 años? No, de seguro que no. Son sus descendientes en la mayoría. Julieta Campos escribió el libro. "¿Y qué hacemos con los pobres?". Y Paul Polak explica en su libro "Cómo acabar con la pobreza", de experiencias y de resultados de los que él y varias personas han sido partícipes y han sacado a millones de personas esa condición económica.
3. Lo pobres siguen allí, con sus condiciones limitadas para su desarrollo. Incluso con cada vez menos condiciones dignas. Sin casa o con casa de cartón y láminas. Sin estudios o pocas oportunidades para ellos. Sin alimentación variada e insuficiente para su crecimiento y desarrollo. Y, lo peor, se siguen reproduciendo las circunstancias para que ellos sigan pobres. Que en todo caso -y a grandes rasgos- sigue el capitalismo trasnacional, cada vez más salvaje, haciendo su agosto en cada momento, en cada oportunidad de inversión, obteniendo ganancias jugosas, a costa de la explotación de los trabajadores. Y los pobres siguen siendo pobres.
4. Ha habido programa sociales de apoyos para sacar a los pobres de su condición, decimos, socioeconómica. Y en todos los sexenios se sigue insistiendo en crear o corregir dichos programas. Loables han sido los intentos a nivel macro. Y de seguro alivian esas condiciones de subsistencia que limitan, que condenan a un gran porcentajes de la población a una existencia de carencias permanentes en alimentación, salud, educación, casa y con nula diversión sana.
5. ¿Habrá que esperar a acabar con el capitalismo salvaje, cada vez con más estructura y superestructuras que le aseguran su permanencia de explotación y dominio? ¿Habrá qué seguir con los programas asistenciales ad perpetum sin resolver de fondo? Dos preguntas que habrá que dar respuestas. Una de ellas la da en su libro el economista y político Baldemar Hernández Márquez, quien presentó su libro "Introducción a la economía comunitaria", una contribución a la economía moral -Una pasión compartida-, donde hace planteamientos que buscan dar respuesta a las preguntas que vengo haciendo desde el inicio.
6. Otros intentos se han hecho en el mundo. Algunos dentro de planes a veinte y treinta años. Otros con planes sexenales desdibujados y dispersos. Se busca en esencia reducir de manera paulatina con las condiciones de pobreza de las personas. Hasta llegar a su reducción permanente. También se puede hablar de las fallas y de los fracasos de muchos de esos intentos. No terminaríamos. Solo que es esperanzador reiterar de la responsabilidad moral que tenemos para acabar con esa lacra. Sí, aunque parezca utopía. Mauricio merino lo dijo: "es mejor la utopíade la economía comunitaria, a la utopía de que entregar dinero resolverá el problema". Con claridad lo planteó Carlos Marx, a quienes muchos quisieran dar por muerto: La explotación del hombre, por lo que vive en la pobreza y miseria, son las relaciones en el modo de producción. Hay quienes solo tiene su mano de obra, su fuerza de trabajo para intercambiar como mercancía y hay quienes se la compran, que son los dueños de los medios de producción. ¿A alguien asustan estas ideas?
7. Por eso importa el libro de Baldemar Hernández. Porque plantea volver la mirada a las relaciones comunitarias, que bien puede llamarse comunidades de producción y desarrollo, o Centros integradores, cuyo concepto se escuchó en Tabasco en el sexenio del Gobernador Enrique González Pedrero y su esposa, Julieta Campos. Y nos comenta el autor, Baldemar Hernández Márquez, sobre sus experiencias en el sexenio recientemente finalizado, de nuestro paisano Andrés Manuel López Obrador, donde Baldemar Hernandez estuvo en puestos claves sobre este tema. Y nos habla de los tantos centros integradores del país, a donde en cada uno de ellos estuvieron trabajando dos Servidores de la Nación.
8. Sí sé que sobre una presentación de libro se inicia dando respuesta a las preguntas básicas del periodismo en el primer párrafo. Así que aquí va: "En un evento realizado ayer viernes en la Universidad Tecnológica de Tabasco, el economista Tabasqueño, oriundo de Jalpa de Méndez, Baldemar Hernández Márquez, presentó su libro "Introducción a la Economía Comunitaria", al que asistieron viejos amigos, funcionarios públicos catedráticos y alumnos de dicho plantel educativo.
La presentación estuvo a cargo del Doctor Mauricio Merino Huerta, de amplia trayectoria, autor de varios libros, quien de una manera didáctica realizó comentó sobre la necesidad de reflexionar sobre el modelo de vida que nos ha sido impuesto, que promueve el egoísmo. Y que se ha dejado de lado el modo de vida entre familiares y vecinos, en los que los valores eminentemente humanos fue el parámetro de convivencia. Y previo el rector de la Universidad Tecnológica dio la bienvenida a todos los asistentes, y refirió sobre el agradecimiento que tiene al autor del libro, porque fue quien le dio el primero trabajo en el IAP.
9. Participaron en la investigación del libro, además de Baldemar Hernández, la Doctora Auristela Hernández Pérez, quien estuvo presente y los doctores Ricardo Rojas Montejo e Isaac Zúñiga Ortega, quienes estuvieron de manera virtual. Además de Mauricio Merino, como presentadores estuvieron, Carlos Bustamante Lemus; Adolfo Sánchez Almanza. Cada uno de ellas realizaron exploraciones en ideas sobre el tema, desde distintos puntos de vista. Destaca, por supuesto, además de estar presente, las ideas para reflexionar, y que tienen que ver con los diversos temas que giran dentro del libro alrededor de la economía comunitaria. "Entregar dinero a la gente, sin vincular con otros elementos de desarrollo, no ayuda mucho a las perosnas". Y refiere a las experiencias conocidas.
10. Bajo esos planteamientos, Baldemar Hernández, con su libro hace un llamado a buscar la tercera vía, dejando que siga el capitalismo que deshumaniza, y reflexionando sobre la entrega de dinero, y más bien redireccionando los fines de ese entrega, para volver a las relaciones comunitarias que están basadas en valores de convivencia ancestrales. Si todo está tasado en dinero, si en el capitalismo neoliberal todos se maneja en función de mercancías, hasta las propias personas, tomando como base los centros integradores, se debe articular nuevamente las relaciones de las personas en las comunidades, para que produzcan lo que saben producir, sean soberanos en su alimentación, y tengan excedentes que les permitan intercambiar sus productos para complementar su economía.
11. Dajar que las ciudades sigan su ruta de lo que se llama "progreso", que en la realidad es aniquilamiento y deterioro de las personas. Y en paralelo que las comunidades sean productivas y que tengan los otros elementos de desarrollo personal, una educación tipo Paolo Freire, que mueve a reflexionar sobre la existencia humana y valorar el modo de vida en el campo, más saludable y humano. Es decir, a diferencia de la vida en las ciudades donde por el trabajo que realizan se deteriora cada vez más la condición humana, y que se manifiesta en prisas, en estrés, en depresión, etc, la vida en el campo, basada en la economía comunitaria, vuelve a la existencia plena de fraternidad y solidaridad. Donde la ayuda es recíproca. Donde se cuidan y respetan a los viejos, donde se respeta a las mujeres y niños, y se preocupa el bien estar de todos.
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