Apología del instante

1. No hay más que el instante. Aquí sucede todo en la vida, que sería la suma de todos ellos. La brevedad pasa igual en el instante a ser pasado.

2. Allí cabe todo, en ese instante, aunque parece tan breve, que lo es, como la vida misma.

3. Ante el universo, la vida personal sería precisamente un instante. Una nada en el cosmos. Una chispa que en el mismo instante se apaga. ¿Miras aquella estrella? Es un suspiro en el tiempo.

4. Así también medimos la vida de los otros seres, por instantes: el ave de corral es en el instante de su muerte. Es cuando cobra significado. Un buen caldo. El buen olor del horneado. La hormiga en el momento en que molesta. 

5. Nos es tan natural la existencia del perro en el instante de su mover la cola. De echarse a los pies. El pez en el momento de ser pescado. ¿Lo quiere asado o frito? Pero yo hablo del hombre.

6. El ser humano es el instante de la idea, y el instante en que hace. De otro modo no hay instante para él, y menos en las tribulaciones, las angustias y las prisas. Son instantes en que se pierde. En que desaparece.

7. Es asimismo el instante de la palabra que se pronuncia y la sonrisa. Y es el silencio asimismo que mayor se asume con la muerte. Nadie se sostiene en el silencio. Por eso tanto es el ruido.

8. El ser humano no es el instante del nacimiento y menos de la muerte. Es lo que sucede entre uno y otra. Todo cabe en ese paréntesis entre la nada y la nada.

9. No hay peor instante que el que no se vive. Y hay tantas vidas malgastadas.

10. El ser humano solo lo es el instante en que se construye. Y puede suceder o nunca.




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