Hotel

Desesperante. El tiempo pasa. Hay un cruce de carreteras. Algo así como Saltillo, Monterrey, México. Luego de una larga jornada de manejo llego a este lugar. Puentes a desnivel. Un Hotel. Un Motel. Entre la estructura de los puentes. Y no precisamente el California. Ya dentro. En recepción. El trámite y pago para una habitación y descansar. Escaleras, para subir o bajar en cada nivel del hotel. Semioscuridad. ¿El número de habitación? Desaparece el administrador recepcionista. Lo busco entre las escaleras. De uno a otro nivel. En acenso o descenso. Personas como fantasmas cruzan frente a mi. Trato de hablar con ellos. Para saber si llegan o se van. Ninguno me responde. No es sueño. Necesito el número de habitación. Necesito descansar, me digo. En ruta a Saltillo o México. Ahora escucho el solo de requinto de Felder y Walsh. No hubo hotel. Solo sueño.

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