Sucede

Sucede que ha llegado un nuevo día. El sol está asomado por las ventanas y rendijas de la casa como anuncio de respiros y suspiros. De la tanta algarabía por saberse vigente. Aún. El nuevo día no es marca registrada, ni tesis para cumplir un requisito. Ni tampoco pago por evento o franja de tiempo para el consumo. Ni barrera o frontera. Es una ligera brizna que nos eleva por momentos. Es la sensación del vibrar en serenata. Es agua fresca para el que tiene sed de vida. Es partir de puntos imposibles para seguir la ruta de la dicha. Es conmemorar que hay savia de la vida, flor de la vida, perfume de la vida. El nuevo día a veces llega irreverente. Y otras veces afín a los ideales del momento. Huele el pez la fruta fuera de pecera. La bestia se revela contra su destino de nada por el paso y, humilde, se asoma al poema. El vacío y lo vacuo encuentran razones para llenar sus corazones de gozo. Aquel saludo de las luces en auto por carretera es casi olvido. La sonrisa, anuncio de dentífrico. Natural el aroma floral o de bosque en nuestras vidas. La esperanza sigue aferrada a la utopía. Sucede que ha llegada un nuevo día. Para el gozo informal de las palabras tibias, el pensamiento apasionado por estar vigente. Salud por los saludos, nuevo día.

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