Mi agosto

Dame mi agosto, le dije al destino, aunque estemos en otro mes. Hubo viento que nos despeinaba. caso omiso hicimos. Y nos aferramos a los libros, como decir a las palabras y a las cartas. El camino era angosto u ancho, mas siempre nos tocaba lo que nunca más quisimos. Esto es muy raro, comentabas, nos están haciendo trampa. Y nos subimos a los árboles, donde estaban los frutos. Y nos tiraban piedras. Ustedes no son de aquí, de este mundo. Y acobardados seguimos el camino por rutas diferentes. Nuestros padres nos dieron consejos. Y ahora los damos a los hijos. Y así la historia sigue entre tantas consideraciones mas las generaciones correspondientes. Fuimos todo lo posible en nuestras circunstancias. Albatros. Guardadme un poco de tu vino, Bukowski. Olvidemos las palabras que van surcando la memoria. Un agosto como cualquier mes. Dámelo, destino. No pido mucho. Solo que el tiempo que me quede libro, he dedicarlo a la libre manifestación de la palabra río. A lo mejor, a lo mejor.

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