La ciudad se despabila
A esta hora de las 6 am la ciudad se despabila. Y entonces viene a cuento la prisa. Por llegar a tiempo adonde te esperan. A donde eres bienvenido. Un puesto en el comercio. Un asiento en la oficina. Un volante de auto. Una pala y martillo. A encender hornos y motores. El día inicia de nuevo. Otro y otro día acumulados en la sucesión del tiempo. Para recordarte que vives. Y que esa condición es. necesaria para la risa, el guiño, la palabra. Dormía la ciudad y ahora se despierta. Ruidos de puertas y cortinas que se abren. Ruido de autos y motocicletas. El pan está saliendo del horno. Y el café es buen antídoto para la tristeza (que no hay). Y fuerza para la esperanza. Si hay que escribir hablemos de asuntos buenos, y entre ellos, de los tantos libros.
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