Porque a veces

Porque a veces me decido y a veces no. Me quedo en la trampa media y confort de no tomar decisión. Y me agoto en la espera prudente del destino. Lo escrito en lo alto que defina. Como sino. Y la hoja va arrastrada por el viento. La hoja seca. Me quedo dormido solo por la esperanza de soñar. Y despierto con ansia de volar lejos, alto, cierto. Tomo un libro. Es cuando tomo un libro. Y leo de las hojas últimas al principio. O me interno en el índice para que salte a mi vista algo que me llame la atención. Unos pájaros que cantan, por ejemplo. O el guiño de la tarde noche. O los besos de miel en la colmena. La abeja reina que mandata a las obreras. Porque a veces escribo. Si importa o no. Si café o no. Me entiendo más cuando la nostalgia me define. Un segundo del pasado está a años luz, más lejano que veinte años de futuro. Como cantar, que veinte años es nada. Y febril la mirada.

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