Señales
Uno mira y le miran. Uno suspira y nos suspiran. Uno toca el tambor en el nuevo día. Y contestan con el tam tam del corazón desde otros lugares. Llueve y el agua se vuelve hielo en su caída. Y pinta de un blanco frío y fino las calles, los parques y los techos de la casa. Por eso es el suspiro. Porque encontramos tibieza en el recuerdo de quienes nos recuerdan. Tomo café. Domingo en la mañana. Te sigo queriendo, canta Alberto Cortez. Como el primer día. Y aplauden grabadas palmas desde un teatro comido por los años. Uno mira. Y se desprende lo interior para ir al encuentro de las cosas. Como esas luces navideñas. Que no son otra cosa que señales de arcoiris convertidos en haces luminosas. Uno mira onduleo de olas. Uno mira lo que nos mira. Y sé que son señales de vida. De la nuestra y única. Como esos castillos en el aire. es que sigue cantando Cortez. De hace años. Ya tantos.
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