Navidad

Entre las prisas y desesperación. El ruido y la opresión. Entre los animales fiambres de la cena. Y la nostalgia por los que ya no están. Leonor y Juan por ejemplo. Y el cuñado Ernesto. Nos escondemos un poco ante el consumismo. Un poco. Y la usura espera vaciemos ahorros para pintar la casa. Comprar ropa nueva. Y los regalos de marca registrada en la posibilidad. En esa exigencia de la publicidad para que asistamos a los templos del becerro de oro. A pesar de todo. Descanso. Alcohol. Fútbol publicitario. A pesar del ruido y el tráfico. Y los claxon de la desesperación por llegar a tiempo. A pesar del aumento del precio de los lobos de colmillo fino. O los de cuello blanco. Y que la tarjeta de crédito anda en las últimas. Se abre el camino del verdadero espíritu de la Navidad: amor, paz y amistad. La Navidad radica esencialmente en el corazón del hombre de buena voluntad. En tu corazón. Y en los hechos buenos que realices el año que viene.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

De cartas

¿Por qué así, señor periodista?