El que no tenga amigo poeta, que lo busque

Quien no tenga amigo poeta, que lo busque

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Con lluvia como marco y decoración para la nostalgia, presentamos el libro de poemas Polvo erguido y Otras ausencias, del multifacético Óscar Enrique Méndez Ramos, en el Salón Macuilis, de la ciudad de Cunduacán, la que bien porta el nombre de La Atenas de la Chontalpa. Y el maestro de ceremonias fue Jesús Custodio, brillante. Y los presentadores fueron Vicente Gómez Montero, Carlos Morales, hermano de Dionicio, en representación de este, Jorge Arias, integrante del taller; y un servidor, quien esto escribe

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Escribir un libro no es fácil, ni tampoco difícil. Basta poner por escrito algunas ideas, disquisiciones, pensamientos, cartas amorosas, versos agrupados, poemas reales y sentidos, proclamas, discursos. Publicar ya es otra cosa que por cierto antes era muy difícil, y ahora se publican tantos como hacer tostadas, aunque la señora que vende tostadas dice lo contrario, que hacer tostadas no es tan fácil como escribir poemas Pero eso ya es otro asunto. A lo que me refiero es que escribir buenos textos o poemas, y publicarlos, y en el caso del lector, diferenciarlos, ese es el juego del hambre espiritual en tiempos modernos.

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Y llovía afuera. Poco a poco se fue llenando el local. Ya en el inicio de las participaciones estaba lleno. Y aún siguieron llegando más personas. Amigos, familiares, compañeros de trabajo del autor, quien se le miraba ago inquieto, nervioso, y expectante, porque él no sabía lo que se iba a decir de su libro. Sin la tercera llamada, nos avisaron que ya íbamos a iniciar y pasamos a ocupar nuestros lugares al frente de batalla. Allí, cuatro amigos acompañando al autor, esperando el orden de participación, siendo este, en primer lugar Don Carlos Morales en representación del poeta Dionicio, quien escribió la presentación para el libro. Tranquilo y con voz grave. Contento de representar al estimado hermano poeta, radicado en México.

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De allí el orden le favoreció a Vcente Gómez Montero, "si hubiera sabido que me iban a presentar así, capaz que pongo excusa, qla lluvia, para no venir", dijo juguetón de entrada, a manera de rompehielo. Puntual y acertado en su texto, breve, sobre la poesía en general, sobre los poetas, el libro y su contenido. Su expresión inicial se refería a la lectura de una pequeña parte de su curriculum, sus muchos libros publicados, su trayecto laboral.

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El maestro estimado maestro Wilver Boldo, Alfredo Méndez, la maestra y artista plástica Denisse Mata Tochón, la antropóloga Aida López, el químico Burelo, ex presidente municipal, Marcos Rosendo Medina, diputado federal, Diosdado Virgilio maestro y escritor, Ervey Castillo escritor y decenas de asistentes más dieron realce a este evento cultural, que ya se extrañaba, al comentar de muchos, dejaron de hacerse debido a la restricción preventiva por la pandemia Covid. Previo y posterior, bellas piezas musicales en sonido piano, por una joven artista, que integró de manera magistral el evento. Y bocadillos variados al final, degustaos, mientras el poeta Óscar Enrique firmaba autógrafos.

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Se sabe siempre que los asistentes esperan oír al autor. Solo que el protocolo de presentación conlleva asimismo que otros escritores hablen sobre lo que les pareció el libro. A semejanza de palabras de presentación en sociedad. A semejanza de las quinceañeras en el acto protocolario referido, antes del brindis, para que se sepa que la niña ha dejado de serlo. Y los nervios a todo lo que dan. Así el escritor y su libro. Ya me imagino la preocupación previa por la lluvia. Ya me imagino por pensar que pocas personas acudirían. Pero lo decía, ya desde el inicio el salón estaba lleno. Y así inició, acuerpado por más de 170 personas lo cual no es común en una presentación de libro, y menos aún, libro de poemas.

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Luego de las palabras de los presentadores oficiales, llegó el turno esperado, el de la intervención del convocante, del amigo y familiar que está sentado en el centro del presidium, muy conocido en el municipio y más allá, y en el gremio de maestros de bachilleres, en lo político y en los asuntos sindicales, inquieto, de mirada inteligente, sencillo, lector, amigable, noble y solidario. E inició externando en palabras la emoción y el nerviosismo ante las intervenciones previas y el agradecimiento. Y comentó pormenores del trayecto de ese hijo-libro. Para luego leer parte de él. Algunos poemas. Y los asistentes en silencio total. Mientras la palabra poética, rítmica y musical, sentida y emocionante, nostálgica, se hacía sentir en todos los espacios, hasta en los rincones del salón. Como lo que era: un rito de la palabra, un rito esencialmente humano.

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Óscar Enrique leyó seis poemas. Pocos personas en el mundo tienen la dicha maravillosa de escuchar la voz del autor de los poemas. Pocos tienen la oportunidad de enterarse de viva voz sobre los motivos de escribir, sobre el trayecto para escribir y publicar. Como si el sastre explicara cómo hizo los cortes de la pieza, cómo las fue uniendo, el tipo de hilo que usa, y la razón de no usar otro. Así el escritor en la presentación de su libro va explicando, sin tener un guion, solo lo que su emoción del momento le va dictando. Y entonces va de poema en poema. Antes había agradecido la presencia. Antes había destacado sobre la huella que dejó en Cunducán Miguel López Cervera. Y una pantalla exprofesso se iban proyectando algunas fotografías. Alcancé a ver algunas. Una de ellas del maestro amado, extinto en materia, más vivo en su obra, materializada en escritores y músicos de Cunduacán.

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"El que no tenga un amigo poeta, que se lo busque", dije en el inicio de mi intervención. Y no es ocurrencia, aunque parezca. Y expliqué en mi texto las razones. Se desborda la imaginación en su plática. Sus palabras detallan lo que comentan. Los sueños que tienen se materializan de manera verbal. Logran que el ambiente de la plática parezca rodeado de sirenas, mariposas, dioses y diosas, fantasmas, frutos y palmeras. Sueños y ensueños pueblan las pláticas con los poetas, y nos inspiran a elevarnos, a pensar lo que decimos. Y el tiempo se va rapidísimo. ¿De qué tanto platicas con tu amigo?, nos preguntan al tardarnos. Y es que es poeta. Y con eso está dicho y justificado todo. Creo.

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Agradezco a Óscar Enrique la invitación para presentar este libro , el cual en su título lleva dos palabras con dos imágenes poderosas y contundentes, se llama, como bien saben, “Polvo Erguido”. En la primera palabra (polvo) se reitera el destino de todo ser vivo, nada somos más de lo que seremos, polvo. Y la otra (erguido) nos recuerda el distintivo esencialmente humano de caminar bípedos, la diferencia entre los homínidos, que caminaban a cuatro patas, y solo en muy raras ocasiones en dos, y el sapiens, que esencialmente camina en dos, y además tiene un cerebro más grande. Aunque muchos lo olvidemos regularmente, y andemos encorvados. Y andar encorvados es una imagen que utilizo para referirme a la indiferencia no tan solo hacia el sufrimiento, que ya es decir bastante, sino indiferentes a las artes, a la belleza.

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Apenas recientemente me estaba quejando de manera juguetona de los tantos libros que se publican por todos lados, pero sin duda hay algunos que agradecemos salgan a la luz. “Polvo erguido” es uno de ellos.