La radio

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La magia de la radio nos ha acompañado desde niños. Nos pegábamos al aparato receptor para escuchar  telenovelas, musicales, peleas de box, noticias, programas de chistes, etc. Quienes pronosticaron su fin con la aparición de la televisión, fallaron rotundamente, como también han fallado quienes auguraron el fin del teatro a causa del cine,  y el del libro y periódicos impresos, con la aparición de lo digital con el soporte y transmisión del internet. ¿Saben por qué? Sencillamente por que la radio -como el teatro, y los impresos- despierta, desarrolla, alienta a la imaginacion. Y esta es característica esencial del ser humano. 

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Cuando llegué a Tabasco como joven profesor de básico a los 20 años no cumplidos aún, allá por 1979, y caminaba algunos kilómetros a diario para llegar a la escuela, ubicada en Benito Juárez 2a, en Jalpa de Méndez, Tabasco, iba escuchando las noticias, porque en cada casa y a volumen alto estaba encendido un aparato de radio, de tal manera que mientras por mi avance iba disminuyendo el volumen de uno, aumentaba el de otros, enlazándonos a la perfección. 

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Nosotros llegábamos del norte con unas grabadoras de marca conocida transaccional, famosas. Y en esas escuchábamos la radio. Entre semana por las.noches y los sábados y domingos desde la mañana. Ya estaba en 1980 la radio chontal, de Nacajuca, y nos poníamos a grabar de la música que pasaban allí.  Y por las joches tratábamos de sintonizar estaciones de Cuba y de Nicaragua. Y lo mismo, grabábamos a los cubanos Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y a los nicaragüenses Carlos Mejía Godoy y los de Palacagüina.

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Allá por 1967 el huracán Beulah atacó inmisericorde el Caribe, pasando por la península de Yucatán, cruzando el Golfo y pasó por Matamoros, Tamaulipas y la región del Valle Del Río Grande. Destrozos por doquier. Nosotros nos fuimos a refugiar a la secundaria federal 2. Y bien recuerdo el día previo de la llegada del huracán, y cómo mi papá escuchaba su radio par escuchar las noticias y sobretodo los boletines que iban diciendo el trayecto de dicho huracán y as recomendaciones de tener a la mano una batería para luz, los documentos importantes protegidos por plástico y sobretodo salir a los refugios para evitar mayores desgracias en vidas humanas. La estación era la KGBT, de Harlingen, Texas y su locutor principal era Rogelio Botello Ríos.

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Sobre su origen hay polémicas. Y seguramente quienes conocen más tienen otros datos. Sobretodo que el lanzamiento de ondas electromagnéticas de un lugar a otro fue la base para poder realizar las primeras transmisiones de música o voz, la cual está reconocida ya formalmente a Guillermo Marconi, físico italiano, premio Nobel, el día 14 de mayo de 1897. Y siguiendo la ruta de la polémica, los rusos reclaman la paternidad, debido a que días antes Aleksandr Popov presentó en la Universidad de San Petersburgo, un receptor muy similar al de Marconi. Diríamos que el ser humano llega a las mismas conclusiones en su descubrimiento, desde ubicaciones geográficas distintas. 

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Precisamente cobró capital importancia este invento cuando gracias a sus transmisiones fueron posibles diversos rescates marítimos, siendo reconocidos como los primeros, los del Titanic en 1912 y el del Lusitania en 1915. Precisamente son las ondas de radio transmitidas las que permiten comunicación distante de una base con un equipo móvil (o ambos móviles) para saber ubicaciones y se abren posibilidades de solucionar o informar de requerimientos especiales. Esto desde su origen.

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Uno trae su música por dentro y asimismo en aparatos como USB ahora o en discos compactos. Pero llega un momento, al transitar por las carreteras del país, sobretodo cuando es por varias horas, que sentimos necesidad de escuchar la radio. Y volvemos el tiempo cuando aún ahora se escuchan programas que identifican nuestra infancia como Tres Patines, Kalimán y Porfirio Cadena. O las noticias locales por donde vamos pasando.

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Pero "atiéndeme, quiero decirte algo que quizá no entiendas..." Es la canción muy conocida del cubano Pedro Junco Jr. Andaba de novio enamorádisimo, lo mismo ella de él. Solo que él estaba muy enfermo, y aparte los padres de ella no lo querían por músico bohemio. Internado, ya de muerte, compuso la canción "Nosotros", se la dio a un amigo que cantaba en un programa de radio transmitido en vivo en La Habana, y que sabía su novia lo escuchaba sin falta. Y allí el amigo la cantó, la novia lo escuchó, en la despedida: "nosotros, que nos queremos tanto, debemos separarnos, no me preguntes más, no es falta de cariño, te quiero con el alma, te juro que te quiero, y en nombre de este amor y por tu bien, te digo adiós". Y los pocos días murió Pedro Junco, a los 22 años.

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La radio es nuestra cultura, es parte de nuestra esencia, es la comunicación, es la palabra viajera, es la palabra visitante, es el rumor, es el clamor, es la alegría, el acercamiento entre dos o más, es un voz que une el desierto con la pampa, es la que se escucha de polo a polo, de Mérida hasta Ensenada, es por donde viaja el mensaje del amor, de la amistad, es la canción dedicada, es el verso delicado, es el anhelo, es el anuncio del mercader, es la canción del artista, es el aviso de emergencia, el aviso del fallecimiento, es el mensaje espiritual, es la noticia, es el análisis de lo que pasa, es la bulla y el chiste, es la radionovela, el teatro en el atril que viaja, es la carta a la madre que más no está, es el mensaje a la novia que llegó y la que se fue, es lamelodía de Paquita la del barrio, la de Nosotros que nos queremos tanto y Fue en un café. Es donde escuché a Jose Alfredo con El Rey y Serenata sin luna. Es el aviso social. La radio es un gigantesco salto humano.

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Tantos amigos y amigas dedicados a la radio, tanto decanos, como nuevos. Sigan alegrando la maravilla de transmitir emociones y reflexiones a través s de las ondas hertzianas. Sin olvidar el servicio social y los avisos de ocasión, que para el pueblo son necesidad.