La imaginación, la loca de la casa

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Se cuenta del niño que llegó con imaginación y creatividad a una escuela nueva. Y el maestro les pidió que hicieran una flor. El niño empezó a dibujar la suya. Pero el maestro le dijo "¡No!, esperen a que yo les diga cuándo". El niño esperó, y cuando el maestro dijo "ya, ahora", el niño empezó a dibujar y pintar una flor de muchos colores. El maestro lo obligó a que suspendiera y cambiara para que fuera flor roja, con tallo café y hojas verdes. Al año siguiente al niño lo cambiaron de escuela. Y el maestro era muy alegre y creativo. Y les dijo: "Ahora dibujen una flor". Y todos los niños empezaron a dibujar, menos el niño de este cuento. "¿Y tú por qué no has empezado", le preguntó el maestro. "Es que estaba esperando a que usted nos dijera cuándo empezar". "Ya, desde el momento que les dije". "¿Y cómo debo dibujar la flor?" "¡Como tú quieras!" Y entonces el niño empezó a dibujar una flor roja, hojas verdes y tallo café. 

2

¿Cuándo fue que la última vez que viste jugar a los niños y niñas con materiales reciclables? ¿Cuándo fue que los viste jugar con carritos y camioncitos haciendo carreteras, canales con agua y puentes, aunque la mamá los regañaba por terminar de jugar todos sucios? Los niños y niñas ya vienen con dos elementos necesarios para su desarrollo: la curiosidad por aprender de todo y la imaginación para jugar con cualquier cosa. Solo que debemos de recordarlo para incentivarlo.

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Todo empieza por la imaginación, y en todo caso, creativa. Antes de levantarse aquel alto y bello edificio, germinó en la mente creativa del arquitecto. Si tu vas por un parque viejo o nuevo, y te quedas maravillado de los espacios en equilibrio entre plantas y concreto, acomodados de tal manera que se mira orden y belleza, antes estuvo en la mente artística de un arquitecto y de un diseñador. Es el equilibrio en los colores, de las formas, de las lineas. Y todo ello lo registra quien lo mira. Es la imaginación que reina en la vida humana, y esta (no sobre, sino) en comunión con la naturaleza.

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Y cuando miras la naturaleza, el crepúsculo satinado en rosas y naranjas, con un sol que nos parece llega o se aleja. O las flores multicolor de jardín, o las flores silvestre en el camino; o miras las altas palmeras mecerse por el viento; o el alto pico de la montaña o las cadena de ellas, el acantilado, o en la playa la insistencia de las olas, o las variaciones del azul y el verde en la laguna de Bacalar, o las arenas como talco en algunas partes de la Riviera maya, entonces concluyes (más bien consideras, o intuyes) que hubo una imaginación muy superior generadora de todo lo que existe.

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En el amor se requiere imaginación. En él hay un pulso recíproco, una atracción sin leyes (o en todo caso leyes naturales), un imán carnal o de almas, o de ambas,  o una química de los variados elementos, que confluyen en dos. Lo demás por suceder son historias archiconocidas: miradas, obsequios, dos manos unidas, un latir de corazones, besos, paseos, abrazos, versos, cines en los últimos asientos, oscuridad, etc. Y sin embargo todo ello no escapa a la idea de imaginación, superior por quien lo crea, e imaginación de ambos integrantes de este amor, para mantener la llama de ese sentimiento con el fin de que perdure.

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La imaginación en todas partes, a nuestro alrededor, dentro de uno, y se despliega de mil maneras. Puede ser una exageración decir que es la imaginación la que ha logrado sobreponerse e imponerse para trascender a la existencia humana limitada por el tiempo. La imaginación ha creado las obras de arte, el diseño de los billetes y su circulación, esos bellos puentes sean de la longitud que sean, la belleza del libro, el mueble cómodo, el teatro como el espacio lúdico, con paredes acorchadas para que el sonido no rebote y llegue en armonía al oído del espectador, y sin duda el acomodo estratégico de los asientos, para que aún los lejanos puedan disfrutar del espectáculo, etc. 

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En fin, larga sería la enumeración de todo lo que ha sido creado por la imaginación del hombre, tanto de lo antiguo, que sigue existiendo como vestigio de su gran esplendor, como lo moderno que encontramos a nuestro paso por donde caminamos. La imaginación dice es "la loca de la casa". Es la que ocupa el ocio para de allí obtener buenos resultados creativos. La imaginación es la que nos distingue entre las especies. Y la diferencia en la capacidad de imaginar nos distingue unos de otros. 

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De poco serviría al ser humano la imaginación en su existencia solo para las artes e inventos. Ambas se complementan con la imaginación en la vida práctica, en el día a día. Los problemas se resuelven con imaginación. Todo tipo. No es asunto de "por la buenas o por las malas", y menos en el "así se va", o "ya quedó así". La imaginación en la vida práctica, en el acontecer cotidiano, resuelve la existencia misma. Por ejemplo en la casa, cuando los recursos son limitados, la madre o el padre administran con creatividad, sin gastar de más, o en lo superfluo, para que alcance en lo necesario. Hasta un guardadito para el pago de consulta y medicina. 

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Y completando la idea, la imaginación se requiere también cuando abunda el recurso económico (y refiero a la abundancia lícita), para que se compre lo necesario, algunos gustos, y que todo redunde en salud física y emocional de los integrantes de dicha familia. En fin, la imaginación es la comanda en jefa de la existencia humana como tal. Y si extendemos un poco el tema, y por supuesto muy necesario hacerlo, se requiere imaginación para administrar un municipio, un estado, un país. Se requiere tener clara la visión de futuro, producto de la imaginación. Plantearse en conjunto cómo queremos estar a un plazo de seis, doce y veinte años. Solo con imaginación. 

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La imaginación del chef en las mezclas de sabores y olores lo hace sobresalir. La madre pobre hace milagros con la imaginación arroz y espinazos y cuellos del pollo. Con la imaginación  (y lógica) el detective investigador llega a la verdad. En la reunión de trabajo se plantean problemas, y los empleados con imaginación responden con las propuestas de solución. Con imaginación cuando el bote terminado de champú está vacío, le echamos agua para hacer agua jabonosa.  Pero damas y caballeros, resulta que es muchas veces en la casa y las más de las veces en la escuela donde se limita la imaginación y creatividad de los niños, porque ciertamente la mayoría de adultos o bien carecemos de ella (andamos con la rutina por todos lados) o no le damos la importancia que corresponde y merece.

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Santa Teresa se refería a la imaginación como "la loca de la casa". Y se refería a ese diálogo interior que drena la energía y nos mueve tanto para hacer cosas, como para idear soluciones no previstas por nadie más. Está por demás decir que un maestro con imaginación hace interesante y atractiva la clase. Y los gobernantes con imaginación buscan soluciones creativas y novedosas a los problemas viejos o nuevos.