Soy totalmente mercado (Pino Suárez)

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En lo posible, trata de ir de vez en cuando a un mercado. Yo fui ayer al de Villahermosa, ese de la canción que dice "con olor a pan de huevo". Y me fue muy grata la experiencia. Les cuento que vivo a 17 kilómetros de esta gran ciudad. Y tenía antojo del chicharrón de cerdo, ese que tiene cuero crujiente con carne, unalámina delgada de grasa, y que sabe a comida de dioses, al ponerle chillido con salsa bandera. Y me acordé de un lugar que lo tiene en ventanee el trayecto. Pero no había, y estando cerca del mercado, decidimos meternos a ese río de autos y gente, que es ir a esas horas de la mañana.

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Para quienes no saben, sobretodo los no tabasqueños, este mercado fue remodelado de su interior y fachada hace unos cinco años, habiendo quedado tan vistoso por fuera, que apareció el meme de la foto, con la vieja leyenda publicitaria de que "Soy totalmente mercado".  Desde su remodelación yo no había ido. Y de verdad que me estaba perdiendo de mucho. Así que coincidió que traía un ahorita de mil pesos en mi cartera, y ya cerca de dicho lugar, decidí ir.  Desde una cuadra antes una fila de autos en su lento rodar para entrar al estacionamiento. A lo mucho allí perdí diez minutos. Pero ya adentro realmente gané en imágenes, atención y confort.

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Es del mismo tamaño que antes, pero con un eficiente estacionamiento. Muy bien organizada la entrada, dinámico en fluir de vehículos y económico. !0 la hora y 5 subsecuentes. En el ingreso te dan tu boleto. Y te indican la hilera identificada con letra donde hay espacios disponibles. (ABCD). Y efectivamente tomas la ruta de esa indicación. Y allí están los espacios esperándote. Su organización tiene que ver con trabajadores con radio "wokitoqui" que van indicando a la portera por dónde salió el auto, ejemplo "B-18", D8". Y así. Y luego tiene sus escaleras eléctricas para acceder ya al mercado como tal.

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Una de las canciones que me aprendí en Tabasco fue la de "Mercado de Villahermosa". Yo he cargado con mi guitarra a donde quiera que ando. me acompaña a donde sea, para dar serenata o ambientar los convivios de amigos que cantan. Y era sorpresa para mis amigos compañeros maestros tabasqueños, que empezaba yo a cantar esa melodía y ellos que son de este lugar no se la supieran: "Mercado de Villahermosa, con olor a pan de huevo, a queso y a requesón, tamañito de maíz nuevo te dedico mi pregón..."

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A cualquier ciudad que voy, trato de ir un mercado. Siento allí una vibración muy humana, que me llena de energía y esperanza. Miro los productos que venden, sean las frutas y legumbres, las verduras, la carne de distintos animales, la venta de antojitos, las fondas con sus meseras, el olor a mar y río de los expendios de pescado, y un sin finde cosas más, que no basta un día ni dos para recorrerlo todo. Son los rostros de nuestras madres, las del esfuerzo, de nuestras hermanas tras los mostradores, o caminando vendiendo chilito piquín y amashito, limón y cilantro para aderezar los caldos y hacer las salsas. ¡Uyyy, sabor que me estás haciendo agua la boca!

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Prosiguiendo, subí las escaleras eléctricas, en la parte que salen a los puestos de velas de cebo, veladoras aromáticas, la Santa muerte, Jesúses de yeso, y rosarios para rezar a las almas en su tránsito por el río de la muerte. Allí pregunté a una viejecita sonriente. Y muy acomedida me dio las indicaciones para llegar a los puestos de chicharrones de cerdo. Y gran cantidad de locales,  ni por cual decidirse entre tanto alimento pródigo en colesterol y triglicéridos, pero que no dejo de comer, porque me aseguran que hay grasa del colesterol bueno y del malo. Pero paran arriesgarse hay que comprar oro, comer menos, y olerlo más. Y allí estaba en toda su potencia de olor de ese chicharrón. Que por cierto en el Norte se consume menos.

Un cuarto de chicharrón con carnita y un cuarto de carnita surtida, donde meten oreja, bofe, hígado y riñón. Y mi sorpresa cuando veo que le agregan tortilla caliente y tres bolsitas con salsas diferentes, como viendo nuestras caras de hambre y antojo, para tan solo meterse al carro y empezar a comer de taquito en taquito, siempre hasta llegar a cuatro o seis. De allí me fui a las pescaderías, para comprar ostión en bolsa, hay de las de cincuenta ostiones y quinientos. De esta compré, y ya sentía en mi boca el sabor del coctel, con su respectiva saliste, y su sal (poca) y limón (más). Y pregunté por camarón de mar o río (bigotudo y patas largas). "De mar ya no revende, porque ese lo acapara Ciudad del Carmen, y se manda al extranjero", me dijo un atento vendedor. Y" bueno, dame un kilito de ese para coctel", le ordené resignado. Y le echaba yo un ojo al robalo, que ya estaba cortado en postas, y había también para caldo, listo ya. "Dame un kilo de robalo también". Y me sobaba el codo, al ir sumando los costos. 200 kilo de robalo. 200 el kilo de camarón. 140, la bolsa de ostión (que ha de dar como para ocho cocteles que donde quiera los venden a 150.00, por acá.

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Y como en casa ya sabían que andaba de compras en el mercado, empezaron a pedir con "acá te lo pago": "tráete una tortilla al ajo y con "shis" de chicharrón. No olvides una pelota de pozos y dulce oreja de mico, para acompañar. Y de una vez aprovecha para unas costillas y carne para asar. Si hay mamey y caminito, compra también, ya sabes que por acá no hay. Guanábana no creo que haya, pero si la ves, trae. Y yo miraba los dulces de coco y de papaya. Y los dulces de leche. "Deme cien pesos de esos dulces, surtidos". 

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Yo caminaba entre los pasillos. Iba cargado de muchas bolsas ya. Miraba de reojo los palos y patos colgados. La cola para comprar tacos de cochinilla pibul en "El paso de las damas".  Las tiras de longaniza. La tienda de gramíneas. Los gallináceos en vivo con plumas aún, aunque amarrados (que crueldad). Alimentos para gato, perro y gallinas. Había un cieguito cantando teclados. Unas señoras grandes de edad bailando. Que envidia me dieron. Y a su alrededor les aplaudían los mirones. Ya no llegué a los puestos de comida, pero otro día iré. Sé que venden muy buen mondongo y caldos de res. así como económicos desayunos. No vi carne de iguana en venta. Me dicen que está prohibida, a menos que tenga permiso y sea de las de granja. Lo mismo las tortugas, que en Jalpa sé que hay una. Y la granja de lagartos en Buena Vista 2a- Tamulté.

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Y sí, mis amigos tabasqueños se quedaban admirados y sorprendidos, que aquel muchacho de veinte años, flaco y sonriente, con su guitarra, empezaba a cantar esa melodía de Pepe del Rivero, que ellos no se sabían: "...Eres rey del chanchamito,/ La pigua y el camarón,/También del pescado frito;/ Mercado de Villahermosa,/ Te dedico mi pregón./ Chivirivico, traigo caimito,/ La dulce guaya, piña sabrosa/ El marañón y la pitahaya,/ El tamarindo y la pomarrosa./ Chivirivico, dulce de coco,/ El chocolate dulce y amargo,/ Tu boca hermosa, panal de rosa,/ Sabe a conserva de Torno Largo".


 





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