Perdóname

1. Ya listo el recalentado. Sea una modesta o lujosa vianda, significan lo mismo. Saberse acompañado por una luz, la del redentor que ha nacido en Belém. Todo ello más allá de las creencias. Pero esa luz debe ser interna para que genere procesos de cambio. No en automático. No. Sino en sentir una necesidad de autocrítica para poder cambiar, ser y estar mejor.

2. ¿Y cómo fue la Nochebuena? La idea y por tanto petición es que se haga nacer al redentor en los corazones de cada uno de nosotros. Solo así puede ser posible que aterrice el Espíritu navideño. Son los cambios personales los que pueden hacer el cambio colectivo para bien. 

3. De seguro no faltaron los temas de plática, a cual más polémico si es de religión, política o herencia de padres y abuelos. Ni se diga de la política nacional e internacional. En una, las elecciones del 23. En la otra, Palestina e Israel, geografía histórica, precisamente donde nació Jesús. La eterna pugna, por decirlo así, de los buenos contra los malos o viceversa. Y cada quien, los datos que tiene, la Fé y las creencias.

4. Pásame la sal, que me queda lejos. ¿Le sirvo otro poquito de pavo o de pierna? ¿Otro refresquito? Y sin de irlo, no dejamos pasar la ocasión de mirar el lugar donde no está quien lo ocupaba. Sea madre, padre, hermano, hijo, primo o tío. Y apechugar con el nudo en la garganta. Así va la vida.

5. Antes se recibía la tarjeta de buenos deseos por las fiestas decembrinas, y los deseos de año nuevo en prosperidad y alegría. Ha cambiado tanto todo. Ahora es el mensaje por watsap, la videollamada de grupo. Pero siempre es la palabra la que impera. Palabras de esperanza, de aliento, de amor y amistad.

6. Sin olvidar las palabras que convocan a la reflexión y al perdón. ¿Lo había pensado? Reflexionar sobre qué o por qué. Perdonar a quién o para qué. Sin estas dos palabras nos queda vacío el festín navideño. Puede ser que exagere. Puede que no. Solo es cierto que eso es Navidad. Entre abrazos y buenos deseos, la reconciliación y el perdón necesarios para tranquilidad y paz interior.

7. Anagrama es cuando dos palabras tienen las mismas letras e intercambiadas algunas o todas en su orden significan dos cosas distintas. Ejemplo Vanidad con Navidad. Viga en ojo propio y paja en el ajeno. 

8. Mi madre murió en una Navidad feliz, que a las 22: 50 pm se convirtió en infeliz con su muerte. Un fulminante paro cardíaco. Fue en el 2001. Ni dolor o enfermedad con cama por meses. Pero así es la vida: estar para no estar. Precisamente es parte de la reflexión sobre la importancia del perdón. Y se ha de decir "Y ¿por qué yo voy a pedir perdón, si el que me ofendió es la otra persona?" Es fuerte quien pide perdón. Más fuerte que el que perdona. Si la vida es una y fugaz, por lo demás efímera. Hay que dar el paso.

9. Perdoname tú por lo que he dejado de hacer. Por mi indiferencia ante el dolor. Por mi olvido de que hay quienes sufren. Por no decir la 

palabra correcta. Por querer alterar el orden de las cosas. Por creer que conseguir lo bueno es fácil y solo basta esperar mejores riempos. Por no querer concentrarme en lo esencial. Por mi flojera por subir la montaña de los buenos y naturales deseos. Porque de niño maté un gato y un pajarito y de adulro maté a ese niño que fui. Por haber callado cuando debí aclarar las.cosas.

10. Perdóname por mi afán de venganza y revanchismo. Por mi triunfalismo. Por no dar de beber al sediento ni de comer al hambriento. Por guardarme el secreto cuando me dieron gato por liebre. Por olvidarme de fechas importantes como mi nacimiento y tu muerte. Por pensar en el ayer y el mañana y abstraerme del presente. Perdón me pido a mí mismo, por el fanatismo y el anatema. 

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