bravo en la maravilla

1. La maravilla es el pensamiento, más que el palpitar del corazón. Uno viene con el otra, pero no viceversa. Lata el corazón lo que quiera y hasta donde pueda, pero si no hay pensar, de poco o nada sirve, solo que oxigena y nada más. En cambio el pensar es asomarse a lo pequeño y lo grande, en las magnitudes que solo el pensamiento puede considerar.

2. Distinguir el blanco en sus colores. Diferenciar en el sonido los tantos ruidos y la melodía armónica. La dulce voz. El canto. Y yo que te quiero tanto. Y hasta el susurro del viento cuando se cuela en las rendijas. Silbidos que anuncian vida. Vida que anuncia maravillas mientras tanto. Y todo eso en un instante.

3. Pensar es escudriñar en lo que somos, si algo somos más que materia inmóvil. Conjunto de huesos, nervios y tendones que no tienen más fin que la caída en gravitación simple hasta convertirse en polvo tal cual como la hoja seca que fertiliza. Aquel fósil permanece otro tiempo más, pero al fin llega al punto final de cuando lo arrastra el viento, tanta ilusión del movimiento para llegar al mismo lugar.

4. El pensamiento ese esa gravitación móvil incorpórea que viaja a mil por hora o más, deteniéndose donde quiere, sea por gusto o por estudio, por maravillarse ante lo que tiene enfrente, una palabra, un beso, un verso, una flor, y el canto del ruiseñor u otra ave, y sorprenderse ante el eclipse, la estrella fugaz y el infinito al que le busca final. que por cierto no lo tiene.

5. El pensamiento se pule y especializa, a través de los años, tanto incrementa con la experiencia, en ese tocar, mirar y oír, como con lo que se lee, un poco más cada día, porque es el pensamiento el que da vida al cuerpo y es el que le da movimiento y también el latir del corazón amoroso que se acelera, o ese deseo febril por la reproducción como instinto bueno que a nadie daña.

6. Abrevo en la maravilla de la vida y de la muerte, como suerte que galopa por caminos y veredas, entreteniéndose en unos ojos y en otros, y en ser escucha para la charla y charla para la escucha. Me alienta caminar y viajar cuando no me muevo. Porque huelo cuando vuelo. Porque si caigo me levanto y arremeto contra el tiempo que me derrota cada día, pero me da tiempo el tiempo de que yo goce el instante.

7. El pensamiento es la riqueza. Es la belleza. Es el entendimiento. Es el firmamento de luz que se adorna con la sombra en los tantos tonos de gris, para dar el detalle de una arruga en la frente, o el pollito que se forma en la mejilla cuando la risa. La luz es la sentencia que indica que algo más hay en todo esto, pero es luz que solo se puede mirar con el entendimiento, y este solo con el pensamiento aunque la rima me ronde.


Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam