Te dedico un bolero

1. Desde niños nos arrullaron y crecimos con música de bolero. Y cuando llevamos serenata a nuestra pretendida o novia en el Día del amor y la amistad o en su cumpleaños, la despertamos con música de bolero. Para decirlo en pocas palabras: esa música circula en nuestra sangre. Y para los enfermos de tristeza, y los que arrastran la rutina y se meten en prisas, no hay mejor medicina que dedicarle un bolero. Esa música cura.

2. Mi padre llegaba cansado por las tardes. Se sentaba bajo un muy alto pino canadiense que teníamos en el patio, y se pasaba las horas de la tarde y poco más de entrar la noche escuchando boleros en la radio. Y los cantaba como si él fuera Javier Solís."Mi primo", decía a sus vecinos Don Juan Solís. Y estos contestaban, siguiendo la broma, "¿a poco sí?. "Sí, pues". Y seguía con "no sé mi negrita linda qué es lo que tengo en el corazón, que ya no como ni duermo, sigo pensando solo en tu amor". Con alipús o sin él, mi padre era alegre y cantaba. Y algo desafinado, pero trataba de imitar a quien decía de broma que era su primo.

3. La UNESCO, el 4 de diciembre pasado, en la asamblea 18ª, efectuada en Kasane,  Botsuana, acaba de dictaminar al bolero como Patrimonio Cultural Inmaterial de la humanidad. Es de los reconocimientos que no se requieren, ni cambia la ruta de lo reconocido, pero que efectivamente da la razón y estimula a quienes amamos el arte, la música, en esta lo popular, y al bolero, ese conjunto de notas armónicas que acarician nuestra piel, abrazan nuestro cuerpo todo, motivan el alma, y hacen latir fuerte el corazón ante el recuerdo, la nostalgia viva y el presente de dicha en las relaciones de pareja.

4. El bolero es de origen cubano, y sus inicios se reconocen en el siglo XIX en Santiago de Cuba. Fue tanta su aceptación del género nuevo y romántico a más no poder, que corrió rápidamente hasta llegar a La Habana. Y de allí se expandió por Puerto Rico, y llegó a México, entrando por Yucatán y por Veracruz, dadas las rutas de comercio y de migración con la Isla mayor de las Antillas. Y es Tristezas considerado el primer bolero, escrito en 1886, por el autor cubano Pepe Sánchez. Y dice algo así en sus versos: "Tristeza me dan tus quejas, mujer/ profundo dolor que dudes de mí/ no hay prueba de amor que deje entrever/ cuanto sufro y padezco por tí./ La suerte es adversa conmigo/ no deja ensanchar mi pasión/ un beso me diste un día/ yo lo guardo en el corazón.../

5. Del bolero platicaba con una amiga y el reconocimiento de la UNESCO. Y le pregunté sobre los tres boleros que más amaba y cantaba, y me contestó que era difícil porque eran tantos tan bellos, pero anotó los tres siguientes: "Bonita", "Contigo" y "Sabor a mi". Y le dije de las referencias que me llegaron al instante: Luis Alcaraz con su orquesta, la primera; la segunda, interpretada por los populares y siempre románticos Los Panchos y la tercera, composición del grande entre los grandes, Don Álvaro Carrillo. Y me comentaba ella que su papá las escuchaba igual como mi padre, con Javier Solís, conocido como el padre del bolero ranchero.

6. Hay muchos boleros, que esta columna es pequeña para hacer referencia a muchos de ellos. Pero hay uno que precisamente lleva el nombre porque hace referencia al mismo y a su cometido de enamorar. Se llama "Bolero" y la canta Carlos Cuevas. Aquí un fragmento:  "Traté de encontrar, la frase ideal/ Que al fin te pudiera explicar/ El miedo que tengo de hablarte/ De todos los sueños, que habitan, en mi soledad/ Y pensé cantarte, un bolero/ Ven, que esta noche mi voz, va a romper el silencio/ Como la espuma, rompe la roca, del mar/ Ven, que esta noche será, de te quiero, a te quiero/ Tan excitante, como el compás, de un bolero..."

7. Y junto a los que mi padre escuchaba, que se decía primo de Javier Solís, y yo por extensión decía que efectivamente era mi tío, como mi verdadero primo Marco Antonio, en la secundaria tuve a un maestro de música, Juan Pablo Puente, quien con sus clases me influyó para que yo amara la música popular mexicana. Dos veces a la semana entraba sonriente al salón tocando algunas notas de melodía con su acordeón. Y cada semana nos ponía una canción, por lo general alusiva a las cercanas fechas por conmemorar, pero también muchos boleros tradicionales mexicanos, tanto de Don Álvaro Carrillo, como de Agustín Lara, María Grever, Consuelo Velázquez, y Armando Manzanero. Y allí estábamos cantando  la canción "Te quiero, dijiste": "Muñequita linda, de cabellos de oro, de dientes de perla, labios de rubí...", o "Bésame mucho", como si fuera esta noche la última vez.  Y yo, cantando, entrecerraba los ojos para imaginarme abrazado con la muchachita linda de esos años. 

8. Es fácil hacer una lista de diez boleros. Aunque las listas entre dos personas que la hagan tendría variantes y coincidirían en varios de ellos. "Solamente una vez", Bésame mucho, Sabor a mí, Contigo aprendí, Somos novios, Piel canela, Se te olvida, Sin ti, Espérame en el cielo, Reloj. Y cinco más: Tú me acostumbraste, Noche de ronda, Si tú me dices ven, Dónde estás corazón. Y seguramente usted, lector, tendrá otros tantos más, que fueron dicha en algún momento de su vida, y ahora son notas de la nostalgia y del bello recuerdo.

9. Y la tradición sostenida por todos, fue difundida ampliamente con la aparición de la radio y los grandes intérpretes. Cómo no recordar a Olga Guillot, precisamente llamada la reina del bolero; a Lucho Gatica, el rey y "el mejor", decía Alberto Cortez; a Javier Solís, ícono del bolero ranchero. Y cómo no mencionar a Julio Jaramillo con su "Juramento", a Benny Moré con "Cómo fue", no sé decirte cómo fue, pero de ti me enamoré. Y entre los compositores también a Don Vicente Garrido, a quien se le llamó el padre del bolero moderno, siendo compositor de varios de ellos como "No me platiques más", "Coincidencias", "Diferencia", "Tengo un secreto" y "Te me olvidas".

10. Decía de la clase de música de la secundaria. Allí se despertó mi piel, manos y corazón, en fin, todos los sentidos, al sentimiento musical. Respiraba versos y más versos de esas canciones tradicionales. Escuché por primera vez los nombres de los compositores Tata Nacho con su "Borrachita", Alfonso Esparza Oteo "Un viejo amor";  Gutty Cárdenas "Nunca" y Presentimiento", Lerdo De Tejada con "Alborada", y Luis Demetrio, con "La puerta se cerró". Y muchos más.

11. Así que con pretexto o sin él, alegres o nostálgicos, sigamos escuchando boleros. "Voy a apagar la luz/ para pensar en ti/ y así, dejar volar/ a mi imaginación./ Ahí, donde todo lo puedo/ donde no hay imposibles/ qué importa vivir de ilusiones/ si así soy feliz./ ¿Cómo te abrazaré?/ ¿Cuánto te besaré?/ Mis más ardientes anhelos/ en ti realizaré/ Te morderé los labios/ me llenaré de ti/ y por eso voy a apagar la luz/ para pensar en ti."

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