Balance

Balance

1. ¿Fue muy fantasioso mi plan de propósitos 2023, por eso no lo cumplí? Por ejemplo no fui al mar, como pensé ir unas dos o tres veces. Y quedarme viendo ese incesante nacer de olas y dispersarse en la playa. No fui. Y las olas siguieron su curso indiferentes. Y eso desde mucho tiempo atrás y seguirán así cuando yo no esté.

2. Leí lo que pude. Eso sí. Los años anteriores leía poco. La vista cansada se cansaba cada vez más con unos cuantos renglones. Y peor aún los lentes abandonaron la medida qué tenían para corregir. O mis ojos avanzaron en el mal. Este año sí, los otros no. Quizá terminé unos cinco, que siendo pocos, algo es algo. Pero empecé a leer como 100. Que en el 2024 podré continuar. El plan será llegar a leer unos veinte. Encontré en tecnología un aparato que contiene libros, no brilla, no lastima, no cansa la vista, y me tiene complacido. Es una maravilla. 

3. Anduve en la cuerda floja en los vaivenes de la vida. Es una imagen, claro. El riesgo de caer en lo anodino, de asomarte al vacío y verte en esa nada. Es el riesgo de no mirar un poco más allá. Ante esa circunstancia decidí seguir como aprendiz de temas que yo desconocía. De filosofía (aunque rime). Nada nuevo bajo el sol. Solo seguir dialogando sobre las preguntas aquellas del origen, de tratar de conocer emplazó original, que nadie terrenal conoce a la fecha.

4. Uno de los propósitos 2023 fue escribir a diario, así llueva, truene, relampaguea, o ande de viaje.  Y lo pude cumplir, además con gusto y alegría. Lo seguiré haciendo en el 2024. Autocrítico qué soy, coincido en ello con algunos qué me leen, que no todo pasa la prueba, siendo ejercicio diario como es. Pero satisfecho estoy si de diez textos le arino a uno bueno y otro regular. Lo demás quede oculto en los socavones de la.memoria y del tiempo.

5. En lo que sí fallé, como puede verse en mi figura y silueta, es en hacer ejercicio. Apenas quizá lo hice en unos quince días, allá por enero pasado. Un día esporádico en febrero, y de allí me quedé como congelado en esa idea de hacer deporte. Aunque no cuento en mi estadística el caminar en algunas calles y cuando una vez por quincena voy a centros comerciales para hacer mis pagos, tomarme un café y hacer algo de despensa, que los tramos son largo de frutas y verduras hasta el lugar de las carnes blancas y rojas (para la asada). Allí sí camino mis cuatro o cinco kilómetros empujando el carrito de las compras. Y reconozco que siento envidia cuando veo las fotos de amigos y amigas (pocos sí) que van al gym o corren maratones.

6. Así quede para el 2024 en el plan, caminar para después correr aunque sea a trote lento de caballo. Y bajarle al ejercicio de levantamiento de tarro y lanzamiento de nicotina, que de ello las lecturas de Charles Bukowski, Allan Poe y Henry Miller tienen la culpa.  Pero ya lo detallar mejor en mi plan para el 2024.

7. ¿Y la salud? Siendo una, nos referimos siempre a dos, tanto la física como emocional. De la primera ando bien. Mi corazón a veces se emociona de más, y coincide con mi entrecierre de párpados como si fuera guiño. El digestivo anda al cien. Y el circulatorio hasta ahora no se queja. Respiro bien y suspiro, que ya es otra cosa bien distinta. En lo emocional ando en cierto equilibrio, sobre todo cuando.los excesos han quedado atrás, me refiero a las emociones, eso de la jostalgia, eso de mirar el atardecer y reencontrarse en pensamientos con el pasado. Una canción a veces, pero eso es otro rollo, dice un sobrino.

8. A veces la nostalgia me encadena, y por las tardes miro al crepúsculo, como asomarme al infinito, al magno cosmos, queriendo seguir la nube viajera. Pregunto en silencio sobre las dudas existenciales y me responde a veces  con el canto de pájaros, el sonido monótono que produce el roce de élitros de los grillos, la hoja al caer y la nueva hoja. El cosmos te responde de mucha maneras. Y hay que saber escuchar.

9. Más ligero de equipaje al viajar. Dejad las piedras. Los encantamientos bobos. Los encadenamientos a causa de los apegos. Las falsas promociones. Los fraudes sentimentales. Las argucias mezcladas con falacias. Los buenos modales que esconden malos sentimientos. Descubrir al falsario que ronda cerca. Más ligero es no leer mucho, a menos que sea importante. No viajar mucho, a menos que excluyas los lugares de moda y a donde van obtratan de ir todos. 

10. Y al acercarse el fin de este año agradecer al universo que de vez en cuando ponga en mi pensamiento una idea, un verso. Agradecer a aquellos y aquellas que me desean salud y el bien, aunque yo no lo sepa. Suele suceder que si piensan bien en ti, como que se genera una energía a tu favor y las cosas que emprendes te salen bien. Ya mañana escribiré mis propósitos para el 2024. Y pido perdón en las no intencionadas ofensas, por si a alguien ofendí.

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