Reunión con abrazos, risas y anécdotas sin fin

1. Si sumamos los años de quienes nos reunimos, fácil llegamos a los 650. Pero qué importa, si lo que hemos vivido ha sido fenomenal. Cada quien con sus historias personales. Nadie menos, nadie más. Y compartimos el pan y la sal, como se dice. Era en realidad una suculenta carne asada, incluido guacamole, y salsa tatemada, pero mucho mejor el vernos, reír y platicar de manera interminable.

2. Un mar de recuerdos acompañados con risa de vacile. El anfitrión Ciro, con un espacio como paraíso, una palapa con adornos de lo rural,  amplios jardines, alberca. Llegaron Carolina y Laura, Rogelio, Celso, Juan, Bogar, Justino, dos Quicos, ambos buenos, José Luis, y Lalo. Lalo llegó un buen rato casi al final. Venía en carretera viajando desde Querétaro para estar. Es la razón por la que no aparece en la foto.

3. Se plática de tantos temas. Óscar Eligio, nos acompaña desde algún lugar del universo. Se cuentan anécdotas de él, no como un tema de a ver quién recuerda algo, sino de manera natural. Óscar fue nuestro guía, y es nuestro motivo y aliciente para reunirnos. Su memoria nos convoca. Tomaba mucho café negro y fumaba. Debatía. Exponía. Reía.

4. Quiza ya como pláticas por la edad, de manera natural nos enteramos de un buen neurólogo y de un buen fisioterapeuta, de un buen neumólogo. Y de remedios caseros para el mal de reumas, tos y de marcas de bastones. (Es broma). Lo que sí es que vacilamos que en las próximas reuniones vamos a estar algunos sentados en silla de ruedas. Y Rogelio dice que llegaremos en caravana de sillas motorizadas recorriendo la calle sexta. Y las risas como muchachos de veinte años.

5. Caro llevó un pay chocoflán, que ella misma cocinó. Muy sabroso, por cierto. Hubo cheve racionada. Es decir solo la mínima suficiente para cada quien. La carne estaba asada de tal manera que era para chuparnos los dedos. Jugosa arrachera, costillas con gran sabor. Estómago nos faltó para saborear más.

6. Qué alegría encontrarnos una vez más. Los abrazos que nos cargan de energía. Les comento de las veces en las que se han reunido y no he podido estar. Y miro la foto de grupo con nostalgia. Tan lejos el convivio de donde estoy en Villahermosa. Tan lejos yo de la palapa de Ciro. Nostalgia pura. Lo importante es disfrutar el momento mientras se puede. Y platicar y escuchar y reír lo más posible.

7. La "pesera" de Rogelio muy cómoda. Pasó por varios de nosotros. Gracias. Y al final presumo que me regaló una usb con "chingos de canciones, Toño". Silvio, Pablo, Serrat, Filio, entre muchos otros cantautores, que nos han acompañado en nuestro periplo de vida. Al levantar el puño, al indignarnos, al amar encarecidamente. Son esas las canciones. Son canciones no solo de nuestra generación. Sino de muchas otras. Sin tu latido, sin duda. Absurdamente sin tu latido.

8. Recordamos la vez que pintaron las paredes de la casa club de Don Isaias y su hijo Óscar Eligio. Y quedaron borrados los dibujos y las consignas revolucionarias. Y la pintada fue sin autorización de ellos. Y cuando llegó Don Isaías y ver lo bello de lo pintado, pero lo feo de borrar la historia del grupo, se puso a llorar y reclamó lo mal que hicieron al pintarla. Y se recuerda la vez que sugirió qué la.marcha de protesta fuera original: que cada quien llevara un perro en la caminata. "Algunos llevarán un perro fino, de los altos, y otros un perro corriente". Y la risa de todos al evocar esos momentos.

9. Que se le invitó a Aracely y su hermano Tomás. Quién sabe por qué no vienen. Artemio anda en los Estados Unidos, por eso no llegó. Y nadie fue por el Vale, que nos nos ubica, pero se siente contento de convivir con nosotros. ¿Y Puga? Y se dijo de alguien que anda en silla de ruedas, porque tiene un hoyo en el pie a causa de la diabetes. Fue cuando se comentó que en un futuro no tan lejano estas reuniones cada quien estará en sillas de ruedas. Y reímos como si tuviéramos 20 o 30 años. Y seguimos riendo igual

10. Ciro hizo entrega de ejemplares del libro "De estudiantes a profesores",  de Óscar Eligio, editado por Porrúa. Recibió uno Caro, José Luis y yo. Parte de la herencia. En los escritos de Óscar está la esencia. El fluir de sus ideas. Nos hizo grata la ruta en nuestra juventud. Con las lecturas. Con los libros. Con los discursos. Parte de él, de su esencia va con nosotros.

11. Varios de los del grupo fueron amigos desde la infancia con Óscar Eligio, porque vivían en el mismo barrio. Popp entre ellos. Tan así que se contó la anécdota de cuando Óscar en edad de los 12-13, se disfrazaba de fantasma y en la noche pasaba por la casa de una viuda e imitaba la voz del difunto, y ella se.emocionaba creyendo en verdad que el fantasma era la visita de su esposo fallecido. Y las risas.

12. No hicimos discursos, solo la charla informal. De todos y por grupitos de dos y tres. Nos actualizamos en lo que cabe, como una clave por  armonizar. El desafío del vivir lo afrontamos juntos y ese es asunto vital, que se llama amistad y que es camaradería. No nos vemos seguidos, pero así es la verdadera amistad. 


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