Hijo del pasado y del presente

 1.Nací en época pasada. Es verdad. Tú también, aunque no lo sepas, y menos lo imagines. No eres en tu nombre y ciudad de nacimiento. Eso es circunstancial. Ni tu padre es tu padre ni es tu madre la que conoces como tu madre. La vida es atemporal. Y más: el tiempo no transcurre, es. Yo nací aquí. Pero también en época pasada. Somos seres del ser. Partículas del ser omnisciente.

2. Fui cazador cuando la época de las cavernas, me acuerdo ben. Mientras otros cortaban frutos de los árboles y otros pescaban el gran pez, yo por mi fuerza, arrojo y valentía me dedicaba a la caza. No solo yo. Sino un grupo de entre ocho y diez de mis semejantes. Los animales eran enormes. Y procurábamos hacerlos caer en pozos. Y luego les encajábamos lanzas para hacerlos sangrar. Sí, sangrar. Era asunto de alimentarnos consumo carne y con su piel protegernos, sin otra intención que saciar hambre. No teníamos otras  preocupaciones. Tampoco futuro, ni tiempo. Era parte de los hombres en la naturaleza. Quebraba piedras para hacerlas pico de lanza, hacha, cuchillos. Y por las noches miraba una piedra redonda brillante en lo alto. Y muchos brillos mucho más lejanos.

3. Fui esclavo remero en barcos que cruzaban los océanos. Nos tocaba remar en relevos de cuatro horas por un breve tiempo de descanso. Reíamos y cantábamos al ritmo de ese movimiento. Si desfallecíamos nos daban latigazos para impulsarnos a seguir remando. Así transcurría la vida del cuerpo. Y el alma escapaba. A veces en la imaginación y en otras de manera literal. Y otro rumbo era nuestra ruta. Esclavo en los algodonales y en las minas. Carne de cañón en las guerras. Hombres de cañales. Dormíamos en grandes barracas sin ventanas. Fui  esclavo en la Atenas de gloria. Algodón en Alabama. Oro en las minas de Etiopía y Sudáfrica. Olivos en Arabia.  

4. Fui siervo en el feudo. A veces servía en la casa grande. Y las más era campesino libre en las tierras del patrón. Al cincuenta y cincuenta. Pero quien dividía la cosecha era él. ¿Así qué más decir? Se quedaba más de la mitad. "Eres libre", me decía ante mi gesto adusto ante el robo. "Te puedes ir". "Pero a dónde, patrón". Y cuando me rebelaba me encerraban en putrefactas mazmorras acusándome de robo, de mirar con ojos lascivos a las niñas del patrón o a la sierva de sus amores. "Libre", me dijeron. Y sí. Una vez me fui. En el camino, por las noches, bajo un árbol dormía.  Me despertaban ladridos de perros de caza.Y miraba a lo alto las titilantes estrellas. Y en mi creencia buscaba a un Dios que nunca se asomó.

5. Fui guardia de palacio. Miraba entrar con convicciones al nuevo gobernante. Sea donde fuere, lo mismo en China como en Sudáfrica. Lo mismo en Perú que en Alabama. El poder no tiene rostro, solo interés. La gallardía antes se volvía vanidad con el poder en usufructo. La honradez se manchaba a escondidas para el aplauso en público. Escuchaba sin poner atención del dolo, de las humillaciones, de las ambiciones sin límite. Y los asesinatos fueron en defensa de lo ruin. Fui guardia. Y me tocó matar por orden. Pido perdón. Y por las noches me ponía a cantar. Y miraba hacia lo alto.

6. Fui pescador en alta mar. Tendíamos las redes. Y al recogerlas, veíamos el aluvión de peces que poníamos a cubierta. Y a aliñar, para guardarlos en hielo. Nos miraba el cielo en nuestro cruel matar. Porque no era por hambre. Sino para incrementar el capital del dueño de los barcos. Y cuando bajábamos a tierra. Apenas unos pesos para mal vivir que gastábamos en cantinas y casas del placer venturoso y desventurado. Y nos volvían a llamar. Esa ha sido y fue nuestra libertad. Bien recuerdo el arrullo majestuoso del oleaje de mar. Y miraba los cormoranes y gaviotas volar. ¿Es esa la verdadera libertad? Yo inventé el verbo rielar, de la luna en el mar.

7. Yo fui también de los que salimos de los feudos. Y nos quedamos a vivir en la naciente ciudad. Sabía algún oficio: herrero, carpintero, zapatero y otros oficios más. Así que puse mi taller conmo otros igual. Y empezamos a trabajar en familias con un oficio ya identificado como especialidad. E hicimos crecer los barrios de la ciudad. Y empezamos a recibir a personas que venían a aprender. Y se incrementó lo que producíamos, pero no en exageración. Luego vino el motor y en la producción crecimos mucho más.

8. Yo fui obrero en las fábricas cuando la revolución industrial. me trataban bien y pocas veces mal. Los dueños andaban por allí. Luego las fábricas se hicieron mucho más grandes. Y éramos cientos de obreros. Con jornadas de 14 horas. Nuestro trabajo era de sol a sol. Solo salíamos a descansar. Y en el nuevo día de nuevo para otra jornada más. Y no había otra cosa que pudiéramos vislumbrar. Me tocó pensar que era una injusticia esta manera de trabajar. E impulsé paros y huelgas. Recibí golpes a más. Traía en mi cuerpo sangre que pregonaba y clamaba libertad. Y por las noches miraba el cielo y buscaba a un Dios que no se atrevía ni asomar.

9. Yo fui soldado en la primera y Segunda Guerra Mundial. Yo limpiaba ventanas de los altos edificios de Manhatan. Yo construí la estatua de la libertad. Yo construí el capitolio y el Taj-Mal. Soy heredero de quienes construyeron las pirámides de Guizá y de Tehotihuacán. Soy el de las manos de obra en puentes y rascacielos. Soy el que puso los durmientes del tren interoceánico y del que cruza el desierto del Sahara. Soy el de la revolución china, rusa y mexicana. Soy el de la revolución cubana y nicaragüense. Soy el independentista etíope, argelino y senegalés. Y por las noches he mirado la luna y soñado en volar.

10. También soy el incomprendido, el genio anónimo, el creador renacentista, el inventor del hilo negro y del foco incandescente. Soy el que promueve la paz. S9y el infaltable en los mítines y huelgas de hambre.Soy el filósofo y el esclavo de Atenas. Soy el que llegó en el Mayflower en 1776 a las costas en el norte del Golfo. Soy el cherokee, el apache, sioux, iroquí, inuit que estas tierras defendí. Y ahora vivo en reservas con alumento y algo de confort.

11. Soy el obrero y campesino. Y soy uno de sus hijos. Yo recibí educación y uso muy bien el internet. Tengo mi página en la red social. Y tengo miles de seguidores y subo material con los que recibo cientos y a veces miles de like. Soy el que recibe mensajes y emite mensajes por watsap. Soy el indiferente, que ves encorvado por la calle o en el autobús ensimismado mirando su teléfono. No me ocupa ni preocupa lo que sucede a mi alrededor, incluyendo el dolor y los juicios de valor. Soy el misántropo, que no quiero saber de nadie más, y las más de las veces ni de mí. Soy alguien que camina, anda, duerme, calla, habla, come, bebe, y me cruzo de brazos ante la alegría lo mismo que ante la adversidad. Solo que a veces miro hacia lo alto. E imagino que hay un más allá. Que en verdad hay algo más. Soy el mismo que nací antes del ayer, y en el hoy. Mírate en el espejo. Ese también soy. 

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