El escurridizo concepto de la Metafísica

Si uno escribe en un buscador de videos la palabra metafísica, nos aparecen miles de archivos de autoayuda. Muchos de ellos de charlatanes que buscan ganar dinero fácil aprovechándose tanto de lo escurridizo del concepto, como de la necesidad de consuelo de muchas personas, para vender unas ideas y consejos que nada o muy poco tienen que ver con el concepto de Metafísica que corresponde a la Filosofía.

Pero de esto nos damos cuenta cuando nos adentramos, aunque sea someramente, a las clases de Metafísica. Uno estudia Filosofía y lo hace como parte de las inquietudes que hemos tenido desde hace años por acercarnos a temas relacionados precisamente con la Madre de todas las ciencias, en la idea de comprender mejor nuestra existencia y sus razones. Pero también con la idea de vincular los temas que estamos viendo en todas las materias, con lo que sucede a nuestro alrededor en el día a día.  Y en esa medida tomar mejores decisiones y tener mejor ánimo en lo posible.

     

Donde quiera está la metafísica. O mas bien el concepto de la metafísica se encuentra en todos nosotros. Solo que no de manera correcta, con algún sesgo conceptual, o completamente equivocada. ¿O de manera deliberada? Por lo general, como leímos en la introducción en el libro Introducción a la Metafísica, de Jean Grondín, en el que advierte que se le desvirtúa “Según una primera acepción, se califican como «metafísicas» aquellas reflexiones hueras que nada tienen que ver con lo concreto de la vida. «Metafísico» quiere decir, en este caso, abstracto, brumoso y abstruso; concepto bastante extendido de metafísica (y de filosofía, por cierto)” . Es decir, se le relaciona como magia, espíritu, el mundo de las apariciones, de los fantasmas, lo que no vemos, el más allá, lo que no comprendemos, y que asimismo no es algo físico. Es cierto, se dificulta comprender el concepto real y, por tanto, solo lo comprenden para usarlo de manera correcta quienes se asoman a los textos que le han dado origen.


     Y así nos enteramos que el concepto primeramente fue llamado como Filosofía primera por Aristóteles. Y fue Andrónico de Rodas en el año 30, a de C, quien lo utilizó para darle orden a los escritos de Aristóteles que estuvieron perdido por varios siglos, y que hubo temas que no encajaban en las materias particulares, y estos otros los fue acomodando después de los llamados de la ciencia física, por lo que al parecer anecdóticamente refieren a los libros que están acomodados más allá de la Física: meta física. Y quizá por eso el malentendido en el concepto manejado de manera popular, de lo cual ya se hace referencia en la introducción.  


     Solo que Aristóteles sigue la tradición de quienes, antes que él, buscaban explicaciones alejadas de los mitos fundacionales sobre el origen de la materia y de la vida, en el entendido que debía existir una causa que le diera origen a lo existente, lo que se puede llamar “la causa de las causas”. Precisamente en el libro primero de La Metafísica, él comenta el recorrido en ideas que se hizo antes que él para llegar a la conclusión que hay una causa primera, lo que estudia la filosofía primera, ciencia que se encarga de estudiar “el ser”, y la manera como este existe en sus distintas manifestaciones. 

     Y es precisamente este concepto del estudio del ser, en la búsqueda de su concepto de causa primera, en lo que abunda Aristóteles y lo refería a cuatro causas, siendo estas la material, la forma, la causa eficiente y la causa de los fines.

     Y es a partir de allí donde partimos con el concepto de la metafísica, para que la idea la tengamos, en lo posible, clara. Y es aquí donde partimos para escribir unos apuntes, que serían los presentes, donde lo vinculemos con la actividad profesional en la que nos desempeñamos, y en mi caso, donde me desempeñé por cuarenta años: la educación.

   Uno mismo viene con la carga cultural de la familia y la circunstancia en la que nos hemos desarrollado. Y en mi caso particular, de analfabetismo en mis abuelos y padres, y apenas la primaria en algunos hermanos y secundaria en el caso de otros, no permitió que tuviéramos conocimiento de temas relacionadas, ya no digamos con la filosofía, sino cualquier otro tipo de conocimiento de la ciencia. Acaso hasta la universidad en mi caso, pero no sobre metafísica. De tal manera que el concepto mal entendido y en uso en general permeó, más aún, con la interpretación vaga y sesgada, por lo empírico, de la palabra misma en su composición directa: “meta,” lo más allá, y “física”, lo tangible”. Error englobar en esa palabra lo que consideramos todo lo desconocido.

     Y así entramos al campo del ejercicio profesional, en lo que de alguna manera no hubo oportunidad de conocer estos conceptos.

     Si acaso alguna incursión en temas aislados y anécdotas muy conocidas sobre filósofos, o de ellos algunas frases de uso común, es lo único. Solo que en el entendido que todos tenemos una filosofía de vida, todos tenemos una cosmovisión, sean estas basadas en un empirismo natural, a ultranza, en lo que se ha aprendido a vivir dentro de la práctica, sin la aparente necesidad de leer, y mucho menos de la poesía y la filosofía, acaso como áreas del conocimiento sin utilidad práctica, por lo cual se desdeñan y en lo posible, se quitan o minimiza en los planes de estudio.  Entonces, las personas en nuestra sociedad se consideran ajenas de ese pensar filosófico y poético. 

     Y es así que se conforma un tipo de pensamiento social que se avoca a considerar lo útil, lo práctico, como lo necesario. Lo cual se traduce en masas manipulables y llevadas como corderos hacia el matadero que en este caso sería una sociedad de consumo, solo que en el papel triste de consumidores.

     Ahora bien. En algún momento, cuando escuchamos que somos polvo de estrellas, o cuando en el miércoles de ceniza, nos dicen que “polvo somos y en polvo nos hemos de convertir”, nos sorprenden esas expresiones. Y le vamos encontrando sentido en el transcurso de nuestras vidas. En el caso de “Polvo eres…” nos hacen referencia a que tenemos conciencia del cuerpo, pero no en que se ha de convertir en polvo, ceniza. Y en la segunda expresión, que “somos polvo de estrellas”, nos da la idea de que formamos parte de la materia universal. Pero tardamos en asimilar ambas expresiones. 

     En estos ejemplos nos damos cuenta que hay conceptos relacionados con nuestra propia existencia personal que no conocemos y que debemos conocer. Y es allí donde se reconoce la importancia de la filosofía, para sabernos y reconocernos parte de un todo. Polvo, ceniza,  mismo material de las estrellas. Sorprende, ¿no? Aquí mismo cabe preguntarnos: ¿En qué momento el ser humano tiene conciencia del “ser”, o de que “es”? Porque son los primeros filósofos que se refieren a lo que no cambia, lo que permanece, y que es inherente a todo ser, es decir, el “ontos”. Parménides de Elea es de los primeros filósofos que busca y da respuesta a lo que realmente es el ser. Es cuando nace la “ontología”.  Y recordamos que en su poema A la naturaleza expone que fue visitado en sueños por una diosa y esta le dictó el poema, donde dice le hace dos revelaciones, ambas importantes. Una, que los seres humanos basamos nuestro discurso en opiniones adquiridas por el conocimiento sensible. Y la otra es que “el ser es lo que es y no es lo que no es”. Y que de este último no puede originarse nada, porque sencillamente no es:  “Ea pues, de ellas te hablaré – cuídate tú, en tanto, del relato al escuchar<lo> –, <de> cuáles vías únicas de la indagación hay para inteligir:/ por un lado, cómo es, y también, cómo no es, no debe ser;/de la persuasión es el camino, pues <ella> acompaña a la verdad”.  

     Y trayendo estas nociones de lo que somos en tanto seres humanos, es que cada quien tiene su propio concepto, sea porque lo ha escuchado con influencia de lo que se dice en las iglesias y templos, o lo que escuchamos en la familia y escuela, donde básicamente se nos dice que “somos seres vivos”, y como tales nacimos, crecemos, nos reproducimos y hemos de morir. 

     Y con el conocimiento popular de lo que es la muerte, llegamos solamente a la conclusión de que estamos, y un día ya no estaremos. Pero con el conocimiento -aunque sea rudimentario- de lo que realmente es la metafísica, nos damos cuenta, entre otras cosas, que somos entes que formamos parte de un mismo ser. Y que con quienes interactuamos, padres y alumnos, formamos parte de la misma substancia. Y no solo ellos, sino todo lo que nos rodea. Pero decíamos desde el inicio que Metafísica es un concepto escurridizo. Tanto para comprenderlo, como para explicarlo.

     Y para esta conceptualización ha sido necesario que, en el transcurso de varios siglos, los filósofos de distintas generaciones hayan discutido, sea para coincidir, o para refutar, con el concepto aristotélico de la filosofía primera, y con los conceptos que se desprenden de ese concepto inicial, como son: acto, potencia, forma, causa eficiente, causa final, etc. 

     De manera breve podemos decir que René Descartes asume su posición referente a la metafísica, y eso lo plantea en sus Meditaciones Res cogitans (pensante), res infinita (y res extensa). Hume critica la causalidad. Kant (mundo, alma y Dios noumeno) admite que la metafísica no es una ciencia, pero refiere al alma, a Dios y al noumeno, y afirma que es algo que no podemos conocer. Solo que aún en la crítica que le hacen, reconocen que hay un ser infinito. Toda la filosofía de Hegel es metafísica (todo es noumeno). En general estos y otros filósofos pueden enfocar sus ideas en relación a lo que somos y buscar explicaciones, pero aún para negarlas, refutarlas o reafirmarlas, arriban a la Metafísica en ese tratar de dar explicación general a lo que somos, porque no basta lo que hemos conocido con los sentidos. Siempre queda la conciencia de que hay algo más. Y a eso mueve la razón.

     Las explicaciones son necesarias. Y así en lo cotidiano todos tenemos una idea de la vida y la muerte. Y al tratar de explicarnos la vida damos una opinión que en algún sentido tiene que ver con la metafísica, solo que tenemos que tener presente el concepto de ser, porque es el campo de estudio de la Metafísica. Y si consideramos que gran parte de la sociedad basa sus ideas en lo concerniente a la religión, entonces recordaremos que la filosofía medieval, con Tomás de Aquino al frente, tomaron ideas de Aristóteles y de otros filósofos, para reforzar el planteamiento que tienen sobre un Dios, en el concepto de un creador inmutable y eterno, que es el que ha creado todo lo existente. 

     Pues bien, en ese sentido todos los padres y madres de familia que inteactúan en la vida escolar cuentan con ideas relacionadas con la existencia, las más de las veces fundamentadas en mitos reforzados con su práctica religiosa, y esas mismas ideas son con las que llegan los alumnos a los salones de clase. Y esto se le suma que la gran mayoría de docentes en todos los niveles de educación básica, tampoco tienen ideas claras sobre los conceptos de la metafísica, entonces las relaciones escolares están determinadas por las necesidades cotidianas, pero que los alumnos, al tener contacto con los conocimientos científicos, tienen un choque cultural con algunas de las ideas de su comunidad. Y generalmente se presenta resistencia.

     En educación básica, de manera necesaria por la edad que tienen los alumnos, al presentarse temas que pudieran confrontarse con la forma de pensar de los alumnos, deben tratarse dichos temas con cuidado, tratando de hacer conexión entre las ideas viejas, basadas en mitos y creencias, con las nuevas ideas, producto de la ciencia. Y esto reiterarlo siempre. 

     De antemano se debe tener claridad que las ideas antiguas coinciden con las nuevas, porque han sido secuencia. Lo anterior evita que se den choques familiares de quienes consideran verdad las ideas antiguas, y sientan que las ideas, que se presentan con los temas científicos, llevan por caminos no deseados a los estudiantes, como los mitos, la idea de Dios, las practicas religiosas, las celebraciones de iglesia que trascienden a celebraciones de la comunidad, las teorías creacionistas o evolutivas sobre el origen del hombre. Y es en toda esta constante el escenario de conflictos, cuando es el fanatismo el que impera.

     Muchos de estos casos de confrontación se dieron en las épocas de confrontación ideológica, identificada en Tabasco con el garridismo, y a nivel nacional con la guerra cristera, que dio pie a destrucción de iglesias, quema pública de santos, persecución contra curas por parte del gobierno, y persecución de maestros por los grupos fanáticos cristeros. Y es muy conocido el ataque y muerte de varios estudiantes universitarios en la población de San Miguel Canoa, Puebla, en 1968, suscitado por las creencias religiosas, manejadas intencionalmente por intereses políticos del gobierno y clericales, y etiquetadas las ideas de los estudiantes como extranjeras y comunistas.

     Precisamente este interactuar de los maestros que llegan a las comunidades rurales en sus inicios laborales, con los conocimientos adquiridos en sus escuelas de origen, para trabajar con el mandato constitucional del artículo 3ero, que de manera resumida consigna y ordena que la educación debe ser laica y obligatoria, lo cual conlleva de manera natural el encuentro y en casos no aislados, y sí frecuentes, con posturas de irracionalidad con algunos miembros de la comunidad. 

     A manera de conclusiones, apunto la necesidad de difundir los conocimientos filosóficos a través de los canales oficiales públicos, y que más temas de filosofía se integren tanto a los planes de estudio y programas de educación básica, como a los mismos correspondientes a los estudios con los que se preparan a los docentes, sean las escuelas normales, de pedagogía, ciencias de la educación, y cualquier otra.

     Con esto se cubriría parte de la necesidad educativa que requiere de Filosofía para los niños y jóvenes. Y asimismo en los niveles de bachilleres y universitarios, no solo en las carreras relacionadas con filosofía, sino en todas las carreras, se introduzcan materias como Filosofía general, y Filosofía de la especialidad, sea esta del campo de lo social, como en los del campo tecnológico. Todo ello en el sentido que ciencia sin Filosofía, es como aprendizaje para autómatas.

     Se destaca asimismo que las religiones hacen lo propio, solo que esto de acuerdo generalmente a los intereses particulares de las distintas iglesias.

     Y aunque no destaco propiamente lo de Metafísica, seguramente que los temas relacionados a ella, de manera natural habrán de tratarse en la historia de la Filosofía, por los que habrá que recorrer las ideas de los filósofos presocráticos y los posteriores.


El autor

Antonio Solís Calvillo, (H. Matamoros, Tam,1959), es profesor normalista y Licenciado en Ciencias de la Educación, por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) y Maestrante en periodismo por la Universidad Autónoma de Chihuahua. Radica en Tabasco desde 1979. Actualmente es columnista en el Diario Presente de Tabasco, Coordina el taller literario La Cueva de los Alebrijes,  imparte pláticas sobre la importancia de la lectura libre en el desarrollo del pensamiento, y del libro en el desarrollo de la sociedad y es estudiante de la maestría en Filosofía aplicada en la UJAT.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam