Para plumazo

(Crónica de viaje)

Autos por todos lados

Ingenuo que es uno. Brownsville es la ciudad que permanece frente a frente con Matamoros. Lo que Macallen con Reynosa. Corridos van y vienen contando las historias de pistoleros famosos, policías, rangers y rinches. ¿Y qué significa Brownsville? Para mí, de siempre, con mi inglés al 10 por ciento de dominio, "Brown", "café", y "Ville", por "villa". "Villa café". Pero no, significa lugar de los morenos, de los y las piel canela. "Lugar de los cafés", se entiende como de piel café. La verdadera raza originaria de estos lugares es la mexicana. Otra versión es por lo del Fuerte Brown, cuando la guerra.

El estado de Texas formaba parte del territorio mexicano arrebatado por los EEUU mediante el Tratado Guadalupe Hidalgo, que puso fin a la guerra contra México en 1847, mediante el cual nuestro país perdió el 50 por ciento del territorio, incluyendo, además de Texas,  Nuevo Mexico, Nevada, Utah, Arizona, y California..

Por lo de "Lugar de los piel café" me acordé, claro, del nombre de Nacajuca, municipio de Tabasco, a 25 km de Villahermosa,  así nombrado ese centro poblacional, como el "lugar de los cara pálida", a como los indígenas yokotan les decían a los blancos. 

En Nuevo León pasamos por un municipio que se llama Hualahuises. Me llamó la atención dicho sonoro nombre. Y a buscar datos en internet. Fundada en 1646 por Martín Zavala. Su Nombre refiere al nombre que se daban a sí mismos los habitantes originarios: los gualagüises. Radicantes en el lugar de los árboles de tule.

En Estados Unidos hay gasolineras por todos lados. Y de diversas compañías. No hay quién te despache. Las mismas bombas tienen su dispositivo para el cobro con tarjeta. La registra al meterla en su hendidura. La sacas. Y te sirves gasolina. Al terminar se registra el cobro de lo que consumiste. La medida son galones, no litros. El equivalente en precio por litro es entre 13 y 14 pesos de la regular. La  premium es de entre 15 y 17. 

Cuando cruzamos el puente internacional de Miguel Alemán, Tm. a Roma, Tx. eran como las 9 pm. y estaba vacío. Inmigrantes en los caminos peatonales. Un vehículo adelante de mí. Previo a estar frente al oficial de migración hay cámara de registro fotográfico de cantidad de visas por auto.  Cuatro. Luego ya frente al oficial. ¿De dónde vienen? ¿A dónde van? ¿Qué van a hacer? ¿Cuántos días van a tardar? Mi alma quería responder respectivamente: venimos de Hualahuises. A visitar a Al Capone. Comprar armas y anfetaminas. Para estar 30 años en Estados Unidos. Y no.

O cantarle esa de "Venimos de Río Alta con destino a Santa Martha..." Y vamos a una tocada. En cambio le dije que venimos de Villahermosa, Tabasco. Pasamos por Monterrey. Vamos de visita a pasar la Navidad a casa de una hermana. Y vamos a estar solo diez días, a pasar Navidad y recibir el año. Cuando he cruzado por Brownsville digo que voy a la Southmost (un barrio, una avenida), o que solo vamos a compras, si el cruce es en la mañana. Muy amable el oficial de Roma. ¿Algo por declarar? No. Todo "permetido", le contestaría el Piporro.

Autos por todos lados, de todos los colores y tamaños. Quizá como todas las ciudades del mundo. Casi nadie caminando por las aceras. Así sean dos cuadras de la casa a la tienda, de todas maneras se utilizan los autos. A dónde vamos a parar, si Eduardo Galeano dejó dicho que los autos son las sillas de ruedas de las personas. Y digo yo que el control del clima y la televisión es el alcahuete celestino del sedentarismo que atrofia los músculos.

Prometen mucho estos días en la frontera. Tanto de visitas a familiares como encuentros con amigos y amigas. Las respectivas carnes asadas y el cabrito a la parrilla. Las caminatas por el barrio. Y recordar todo lo que vivimos en estos lugares donde dejamos el cordón umbilical y crecimos. Y de donde nos fuimos para regresar en cada descuido y seguir la ruta del eterno regreso para disfrutar de los olores a tomillo y comino en la cocina de mamá.

Coincidí en unos asientos de tienda con Don Polo. Originario de Matamoros. "De la colonia Esperanza". Yo de la Treviño Zapata. Cuatro años mayor que yo. "¿También le duelen las piernas por eso viene a estas bancas?", me pregunta. "No, aún no". Y me plática de su vida. Plomero y carpintero. Se enoja con facilidad, me confiesa, con los vecinos que ponen música en alto volumen y pelean entre gritos por defender un equipo o un partido político. Tuvo caballos que son en gastos como alberca. Y mejor los regaló. "Explíqueme lo de que son como alberca", le pedí. Y se refería a los gastos de comida, veterinario, vitaminas, garrapaticida, etc. Terminamos la conversación cuando nos avisaron que ya iban a cerrar. 

Estos días pasados son de clima agradable, con temperaturas que oscilan entre los 13 y 17 grados centígrados. Por cierto el agua entubada de Monterrey sale como si fuera agua a punto de congelación. El baño higiénico espera si no hay boiler. O a calentar el agua. El pronóstico anuncia que los próximos 10 días va a estar tolerable el friecito. Y solo hasta el 2 de enero hay probabilidades de 7 grados en la madrugada. Pero ya para ese día estaremos en la maravilla del clima de Tabasco. Nos despedimos. Y en confianza le dije: ya no se enoje mucho. Así nos van a avisar o no, de que ya van a cerrar nuestra vida". Y se rió, quizá como nunca. "Tiene usted razón", me respondió. Y se fue riendo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam