Perros

 Pasan unos perros caminando, y se alternan entre la calle y la banqueta. Muy orondos se detienen aquí y allá. Y se asoman a través de las cercas a los patios del vecindario. Husmean ellos libres, divertidos. Tienen casa, por supuesto, esto aseguro al mirarles su placa al cuello y lo bien que se les ve la pelambre, uno blanco y el otro negro. 

Donde hay perros contenidos por las cercas (los de la foto), les ladran a ellos. Y ellos solo miran, sin inmutarse, se acercan y no contestan los ladridos, sabiendo entre ellos la diferencia. Ellos fuera, los que ladran, dentro.

Parece futil la diferencia. Al fin perros. Ellos han de regresar cansados  a su casa, luego del periplo. Y recibirán comida. Y se echarán en el patio recordando sus andanzas, las que han de proseguir mañana.

Los de adentro, los cercados, ladran. Siempre ladran.

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