Corte de pelo 2

Había una estética por Samarkanda, que era mi ruta. Allí fui cliente. El estilista era muy profesional y fino. Tenía de ayudante a su hermana. Ella era hábil también. Conocedora del oficio. Pero una vez estaba ella sola. Entró me empieza a cortar el pelo y estaba con una inspiración distinta. Mal, pues. Las tijeras iban de un lado a otro, in orden. El caso es que el corte fue un desastre. Le quedaba más largo de un lado y trataba de emparejar. Se le pasaba y trataba de emparejar del otro lado. Terminó. Le pagué y nunca más volví. Pero al mes me urgía corte. Pasé indiferente por esa estética. Y más adelante había otra.e detuve. No habían clientes. Buenaaas. Así tres veces. Entra un campesino con machete en mano. Que busca. Corte de pelo, digo. Ahorita mismo. Entra a la parte de atrás y sale de nuevo. Con tijeras. Y ras, ras, ras. Yo no podía respirar casi por el olor penetrante de sudor de días. Termina. Saca una vasija con agua y espuma chocolatosa de jabón. Y con navaja usada corta el contorno. Termina. Pago. Y salí a respirar. Y no volví. Jamás.

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