Parte 39

Parte 39. Mis cuarenta años en educación
El docente no solo lo es en el aula, en el patio de recreo o en el campo de deportes. Lo es en todas partes. Por decir, en la asamblea de padres de familia. En las juntas de vecinos. Nuestra responsabilidad laboral, sí, está en la escuela. Pero por razones inherentes a nuestras actividades producto de inquietudes, nos corresponde explicar, por la experiencia de nuestro trabajo. Como dirigente del PRD en el municipio más grande de Tabasco, Centro, tenía qué tener cuidado en mis palabras al hablar en las comunidades, o en los discursos de oposición o cuando gobierno. Uno de los temas que me gustaba comentar en las comunidades, era el de el concepto de ciudadano. Preguntaba a cuántos años la persona es ciudadano. E invariablemente la respuesta era que a los 18 años. Yo les decía que a los 18 años nos entregan una credencial del INE (antes IFE), que nos acredita que efectivamente somos mayores de edad y responsables de nuestros actos ante la Ley. Pero que solo son ciudadanos los que se preocupan por los asuntos públicos, los que asisten a las asambleas de vecinos, los que se suman al trabajo comunitario ee la escuela, que dan su sequío (jornal) con gusto, los que se suman a quitar el tronco del árbol que quedó atravesado en el camino luego de una fuerte tormenta. Y que hay personas que llegan a la vejez sin haber alcanzado el estatus de ciudadano. También en los discursos había que cuidar muy bien las palabras, para arengar en la lucha política. Y en las reuniones con padres de familia asimismo exponemos los temas del orden del día de manera didáctica, con el fin de alcanzar los acuerdos que necesitamos para que los padres de familia se sumen con mayor conciencia al trabajo educativo para con sus hijos. Les explicamos sobre salud, sobre la importancia de la educación, sobre valores, etcétera.  Pero bueno, este concepto sobre el ser docente que pregono, es una idea personal, sin que piense que deberían muchos en estar de acuerdo conmigo. Un alumno nos ve en una fiesta, o caminando por el centro de la ciudad, y nos señala contento de vernos; les dice a quienes le acompañan: miren allí va mi maestro. Y lo dice con orgullo (la mayoría de veces).

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