Vigilia

De madrugada el pensamiento es un barco. Sin timón en mar calmo o proceloso. A donde lo imprevisible lo lleve o arrastre. De pronto en Itaca un poema. Y las sirenas que no cantan para mi. O la China milenaria con las hijas del mandarín. O montar el unicornio rojo. En vigilia los barcos chocan entre sí. El águila espera desde un risco. Mojo mis pies en la playa. Y viene la espada directo al lado izquierdo del corazón. A veces un suspiro. Y cuento tiernos borregos rumbo al matadero. Para dormir. Sin timón. Sin vela a desplegar para darle dirección. Pensamiento mío. Mi razón. Mi aliento.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam