Corte de pelo

De niño me cortaban el pelo en la peluquería El veracruzano, que estaba cerca de la calle Voz de la frontera, y cerca de la panadería de Don Lucio. No sé el nombre del peluquero, pero le decían así, veracruzano. Quizá era de Alvarado. Echaba madre por todo. Mal hablado. Solo dos o tres palabras de diez eran palabras que yo podía decir. Me cortaba el pelo casi al casquete, con un copetín distintivo infantil. Eso fue en Matamoros. Ya en Tabasco me lo llegaba a cortar en mi colonia cuando el peluquero, Don Rolando, no tenía pendientes. A la lamentable muerte de este empecé a llegar a un local en Bastar Sozaya. Ya la señora me conoce bien. Usted es el que sale en la tele. Me dice. Uo le respondo que si. Nomás. El caso es que si tiene ya varios a la espera no me quedo y voy a uno de los locales más adelante, casi llegando a Castillo. Todo bien siempre. Pero ayer entré un local. Estética profesional, dice un letrero. Me dio confianza. Una chica me recibe. Con qué numero de la maquina. Del 3. Le va a quedar muy chico. Mejor se lo corto con la del 4. Correcto, le digo. Dos o tres pases por cada sien. Y pregunta ¿Y arriba qué número? El mismo, le digo. Y zaz, me pasa el 4 una ocasión. Y rauda se detiene. Le va a quedar muy corto, me explica. Mejor le paso el 8. Y dos o tres pases con el 8 en la parte de arriba. Muy amable y sonriente. Me pasa la navaja usada para el corte del contorno. Listo. Todo ocurre en 10 minutos. O menos. Me quita la cubierta de tela. ¿Cuánto es?Le pregunto. 50 pesos. Pago y salgo con mi corte punk de chavoruco.

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