Los 60

Si dijera una sola palabra, sería gracias. Pero me da por soltar palabras. Así que luego del gracias, me extiendo. Por la oportunidad sideral de estar, de mi cuenta y responsabilidad ha corrido lo del ser. Por haber venido de Leonor y Juan, y tener los hermanos y hermanas que tengo. Por el trayecto único que me ha correspondido recorrer. Por las olas del mar. Por el café y la cerveza. Sí, me olvido del agua, ya me lo dijo el doctor. Por la sonrisa y la flor. Por mis cinco sentidos. Que a veces alguno no responde bien. Un músculo se duerme. Uso lentes. A veces no oigo bien, pero compongo. Por la música. Una guitarra a semejanza del destino. ¿Y Cómo no buscar dominarla mejor? Bueno, no dominarla, entendernos mejor. Es lo correcto. Me acompaña a donde sea desde la secundaria. Gracias, Maestro Juan Pablo Fuente. Gracias por los libros de texto gratuitos. Luego pedí prestado alguno y no lo regresé. Alguno robé. Pero fue por hambre. Je je. Ha sido la lectura la llave. Me ha abierto puertas. De todo. No especifico de qué. Por el pan en la mesa, no la sal. Por el trabajo que he tenido, y que siempre me ha gustado. Por las oportunidades de dedicarme a otras actividades que al igual me gustan. Porque he contado en todo momento con manos amigas. Agradezco a Guillermo Morelos García. A Miguel López Cervera. Y a Rodolfo Lara. (Los dos primeros descansan en paz). Sus fructíferas vidas fueron, son, serán, faro, brújula, de la mía. A todos mis maestros y alumnos. Que no sé cuentos. Pero que todos ellos dejaron enseñanzas. A todos los que han sido compañeros de trabajo en todos los lugares que he andado: escuelas, periódico, oficina. A los talleristas con quienes conviví muchos años. Por la amistad. Grandes corazones, de los pocos amigos y amigas. Compañeros de viaje. A mis hijas. A mi esposa. Los 60 años es una referencia. Ni buena ni mala. Cuento que cuando tenía 15  estábamos en una clase de música con el maestro Juan Pablo Puente. Él cumplía años. ¿Cuántos?, le gritamos en coro. Respondió 30. Y nosotros: Uuuuuuuu, ya llovió. Él nos dijo: Ahorita tienen, 15 años. Les faltan 15 para 30. Cuando tengan 30 se acordarán de esto que les digo. Y sentirán que de 15 a 30 años el tiempo se fue muy rápido. Y en efecto. Lo recordé. Y lo recuerdo ahora cuando cumplo 60. Gracias, de nuevo. A ti que me lees.

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