El café se enfría
1
No es casual que escriba. No es casual que leas, leamos. No es casual tampoco que te levantes adormilada, adormilado, y vayas a tu trabajo. A ese preciso en la escuela, como docente. O a esa oficina fría, en la que pasas las horas, revisando textos, en juntas de trabajo, tomando café y charlando con los colegas. No es casual que te quedes en cama. "Hoy no voy", Porque te enfermaste y vas a ir al sanatorio para que tengas constancia que justifique tu inasistencia. Y mires los colores que se aprecian a través de tu ventana. Nada es casualidad. Hay un conjunto de impulsos eléctricos que van acercándose o alejándose para que se den los sucesos que tú bien conoces. Si tomas un café, por ejemplo.
2
Pero alto. No es casual nada. Entre tantas probabilidades te sacas un día el premio mayor de la lotería nacional, si compraste cachito o serie, y el gritón dice uno a uno los números del premio mayor y coinciden con tu número, ¡El premio mayor! Ni menos es casualidad que no saques ni reintegro entre los millones de posibilidades en la razón y proporción de uno entre un billón de posibilidades. Y te digas para la otra con la esperanza como una lucesita entre la tanta oscuridad, o la pequeña sombra entre la tanta luz. Yo vislumbro que sí, que el sueño, que Dios, y que todo va siendo posible y se concreta. Tu alrededor da pistas, señales. Solo que a veces las ignoramos. Y seguimos otra ruta, pero tampoco eso es casualidad.
3
No es casualidad que entre varios tomes un libro, Pacheco, Catulo. Neruda. Sí, Neruda. Ni casualidad que tu ojo tiemble al recordar. Que tu parte de la cara tiemble como tic nervioso al recordar. O esboses una sonrisa al recordar. Y que recuerdes y recuerdes y consideres que es un pasado que poco a poco se va alejando como el tren que se escucha cada vez más lejos. Y que fue tu bien, que fue tu mal, que fue lo que tenía que ser. Ayer, por ejemplo, o la semana pasada, o el mes pasado. No es casual que coincidas en la mirada. Que mientas para no quedar mal. Que digas la verdad y quedes mal y te digan que es mentira. No. No es casual.
4
Sales a las 10:16 en la noche a buscar la luna, que es la de octubre, que dice la canción que es la más hermosa, y no es cierto, porque en noviembre aparece otra aún más hermosa, aunque no tiene canción, pro es tu oportunidad de escribirla. Digo, sales y la miras y piensas en escribir un verso. Y te queda en la mente la repetición de la palabra "luna, luna, luna", y no se te ocurre nada, más que lo mismo, de "yo también la veo, aunque de distintas partes", y eso es trampa, te dices. Es una repetición de repeticiones. Y no es casual, y nadie la mira pensando en ti, o sí, dos o tres, de aquel lado del charco, o de este lado. Ni la confusión, ni la verdad, ni la mentira, ni el vestido nuevo de la esperanza. No. nada es casual.
5
Y sí, daría todo lo que tengo, que es nada o poco, porque las casualidades fueran diferentes, pero el orden de las cosas tienen su propia dinámica y razón, y no es ni algo y ni otra puede ser, solo así como van siendo, entre lo que parece azar, que no es casualidad, y las circunstancias, que cambian por efectos, que cambian y se acomodan de una manera que ni tú comprendés. Si acaso Dios, y cómo preguntarle, además que ni caso tiene porque no se detendría a decirte que debiste hacer otra cosa aquella vez, de silencio o palabras distintas, para que las circunstancias fueran siendo otras, a tu juicio y parecer.
6
Ayer por ejemplo estaba entre entrar o no a un supermercado, y entre por una parte del extremo, de tres entradas que tiene, y todo porque necesitaba con cierta urgencia utilizar el inodoro, y para mi sorpresa recordé que estaba fuera de servicio, y para mi sorpresa, luego de un mes, continuan fuera de servicio, así que enfoqué mis pasos hasta los otros sanitarios en la parte e la mitad, y todo eso pare¡ce casualidad, que no lo es, y de pronto se me planta un muchacho y me dice: profe, usted es. Sí, le respondo y al instante lo reconocí. Y caminamos un poco mientras repetíamos el y tú que tal, y cada uno a exponer brevemente la circunstancia actual, entre sus estudios y yo mi jubilación. Y recordé su nombre, y que hacía pocas semanas o algunos meses que había fallecido su hermano.
7
Y me puse a platicar sobre la muerte, y le expliqué sobre la filosofía lo que estudia, y no tengo palabras para consolar, solo el tiempo, le dije, y buscando empatía le comenté de la muerte de mis viejos en una edad de viejos, sin llegar a depender de los otros para lo básico como el aseo y la alimentación, y perdón por platicarte estas cosas, te abrazo con mi pésame. Escriba algo, sobre mi hermano, me dijo, y le pregunté algunas cosas, de nombre, circunstancia, familia, esposa e hijos de su hermano fallecido, para en otra ocasión escribir. Y lo que me refiero aquí es que nada es casualidad, que to debí entrar por otra puerta, y todo estaba listo en las causas, para encontrarme a ese ex alumno, como en otras ocasiones en el mismo supermercado he encontrado a ex alumnas y ex alumnos asimismo. Y nos hemos saludado.
8
A veces le pregunto a Dios, y me responde. Nadie me cree, creyentes ni no creyentes. Unos porque creen que no existe. Y los otros porque creyendo que existe piensan que no es la manera de comunicarse con él, o no responde si le pides. pero bueno, me crean o no, le pregunto si me lee, que yo le leo y encuentro mensajes en todo lo que miro, canto de pájaros, flor con sus pétalos y perfume, lluvia bienechora, giro de la tierra, sucesión de luz y oscuridad y vuelta de luz y así. Animalitos pequeños y grandes en su movimiento. Vientos suaves y huracanados. Olas. Distintas lenguas. la poesía y la música. Yo le leo en todo lo que sucede. Y Me lee, acaso me pregunto. Y me responde que sí, que claro, que cómo no, y por qué no. Y yo me quedo maravillado con la respuesta. Y duermo en paz y satisfecho.
9
¿Cuando escribiré un soneto sustantivo? ¿Cuándo una canción, tan solo una? ¿Cuando viajaré dentro de mí, para conmigo? ¿Y cuándo será el eclipse total de sol? Por lo pronto abro la ventana y hago a un lado la cortina para que entre luz. Mientras tanto. Todas las circunstancias aquí o allá se van juntando para hacer de la realidad ese conjunto de hechos, mínimos, medianos y grandes para que vaya funcionando este universo de cosas. Caen las hojas. Pasa un auto. Los niños a esta hora van a la escuela. Muchos de ellos de la mano de su madre o tía o la trabajadora. Y yo m pongo a contar borreguiles, juntar palabras, escudriñar sobre un tema. Y el día pasa.
10
Ayer se fue. El hoy está pasando al bando del pasado. Criba Dios el futuro. Aleja a los que están cerca. Acerca a los que están lejos. Y los pájaros cantan. Las plantas crecen. Los borregos balan. Los perros corretean a un repartidor en moto y le ladran. Y la vida sigue en este conjunto de circunstancias, aciertos previsibles, sucesos que parecen errores, la mentira disfrazada de verdad, la verdad desnuda sin credibilidad. Y el café se enfría. Se enfría. Hay que volverlo a calentar.
Comentarios
Publicar un comentario