Café cubano
Nunca es tarde para tomar un café
Anímese usted
Sóngoro cosongo
Desde La Habana, te amé.
Caminando por El Vedado
por calles de La Habana vieja
y habiendo saludado a Juana
la más cubana de las cubanas
O a Inés que me cantó con sentimiento
voz agradable y sonrisa plena
o a Silvia González, guerrera compositora
con quien comí moros y cristianos en su casa
antes caminamos por Prado y Neptuno
y "ese es el capitolio", me señaló alegre.
Escuché música por todos lados
Músicos alegres y bien afinados
Y en la esquina caliente
donde solo de béisbol se habla
me fumé un habano, mi hermano
ofrecido por un viejo cubano
Deme otro café, dije sonoro
en una cenaduría
Y me sirvieron en una tacita
un café más negro que negro
al que llamamos expresso
¡No! yo quiero uno más grande
y menos fuerte, aduje sorprendido
"Ah, mexicano, -se rió la bella mulata-
tú lo quieres aguado"
Y.santo remedio agua le pusieron y listo
Todo eso recuerdo porque quiero
regresar a Cuba que es mi promesa
porque bien lo dice la canción
Allí deje enterrado mi corazón.
Con una guantanamera
con guiños poéticos de primera.
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