Coincidencia

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"Precisamente ayer pensaba en ti", le dije. "Precisamente ayer pensaba en ti, igual", me contestó. Yo me quedé perplejo por la coincidencia. Hay comunicación que no vemos, intuí entonces. Lo mismo sucede cuando a una persona le pasa algo, un accidente, digamos. Y un familiar de él, en un lugar geográfico distante, en ese preciso momento la sueña. Un amigo conocido cuenta que en un estado  de sedación en el que estaba, internado en un hospital, soñó a una persona muy estimada. Y, cuando salió de ese estado, le informaron que esa amiga querida había fallecido.

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No vayamos muy lejos. El científico mexicano Jacobo Grinberg, desaparecido en 1994, tenía una hipótesis por comprobar, en la que planteaba que "todos los seres humanos estamos conectados". Y ya había realizado un experimento, en el que a dos personas conocidas entre sí, les conectaron el encefalograma, estando dichas personas en lugares distintos. A uno de ellos le encendieron una luz de lámpara como estímulo en sus ojos, y la reacción de su cerebro generó una alteración a la gráfica normal en la pantalla, y a la otra persona conectada, que estaba en un lugar diferente, digamos en otra aula, o en otro edificio, "sin" estímulo de luz, la gráfica registró que su cerebro asimismo se alteró, aunque no en la.misma magnitud. Y para corroborar dicho experimento, antes de desaparecer, Grinberg  ya tenía todo listo para realizar el experimento estando una persona en su laboratorio en México, y la otra persona en un laboratorio en un país de Asia. 

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¿Cuántas realidades hay en la realidad única que creemos que existe?  Seguro le parece rara la pregunta. Y hasta a mí mismo me parece rara, extraña. Como si yo mismo no fuera el que la planteara. Pero en todo caso es válida en tanto cada quien percibimos una realidad distinta. Pensemos, por ejemplo, que cada persona tiene una idea de la interpretación del mundo, y en función de esa interpretación siente y actúa. Y siguiendo el ejemplo, supongamos que cada una de las interpretaciones con su actuación correspondiente del mismo individuo pudiera dibujarse como una linea, y si pudiéramos ver todas las lineas entrelazadas, que son millones, entonces miraríamos una red amplia, intrincada, intensa y extensa.

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Es, quizá, raro imaginarnos lo anterior. Pero no difícil. Yo, por ejemplo, imagino que me desdoblo y estoy a una distancia de la tierra y logro ver (en mi imaginación, claro), lo intrincado de esa red. Y más si al plano del presente de la red con todas las interrrelaciones de los seres humanos le superponemos la red de los distintos pasados, suponiendo que cada generación genera su propia red. Peor más aún, para ponerla más difícil, imaginamos que cada especie animal viva tiene su propia red, muy distinta, por supuesto, a la red de seres humanos, entonces la red se mira mucho más compleja, y por lo tanto, compleja de entender y comprender.

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Esa red  sería entonces invisible al ojo humano, no sé si invisible asimismo para todos los seres vivos. Y no es que no exista y por lo tanto no esté, sino que simplemente no la miramos. ¿Y entonces? pero recordemos que no miramos el flujo de la energía eléctrica, no miramos la señal que le manda el control a la televisión y no miramos el flujo de electricidad que conecta las neuronas unas con otras para producir el pensamiento y las imágenes que soñamos o que recordamos.. Cuando menos no a simple vista.

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Volviendo al punto uno, como existen tantas interpretaciones de la realidad, y eso me hace suponer entonces que hay distintas realidades, las discrepancias aparecen de manera fácil en las discusiones y como cada quien considera tener la verdad, se generan pleitos estériles en una lucha bizantina por la verdad. Y en caso natural lleva a extremos: luchas encarnizadas. Se llega a buscar suprimir al otro, al "equivocado". De esto la historia nos permite con facilidad ver ejemplos por todas partes.

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Y volviendo a lo intrincado de esas redes que creo percibir y "ver" en mi imaginación, eso se puede representar con el internet, como una maraña de señales que se cruzan y se interpretan a través de los distintos aparatos creados para ese fin, empezando por las computadoras. Pero hay otros aparatos que nos muestran lo que intento de manera limitada de exponer y explicar. Con la cámara se toman fotos. Pero no vemos a ojo humano cómo "pasa" la imagen que vemos y queda registrada en la memoria de la cámara fotográfica. Aunque sabemos que son los fotones que pasan de un lado a otro en el rebote de la luz. Y lo mismo pasa con el teléfono móvil (celular) que no vemos repito, en ojo humano, cómo pasan los sonidos. Y más aún, cómo pasa la señal del wi fi. Claro que hay explicaciones científicas a todo ello, pero el ojo humano simplemente no lo ve.

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No vayamos muy lejos. Y no sé si esté equivocado. Pero este año 2022, el premio Nobel de Física fue asignado a Alain Aspect, Anton Zellinger y John Clauser, por sus experimentos sobre el "entrelazamiento de los estados cuánticos, según los cuales, dos partículas se comportan como una sola unidad incluso cuando están separadas". No le parece conocido este pateamiento en relación por lo logrado por Jacobo Grinberg, científico mexicano. A mí sí.

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Perdón por esta imaginación. Pero seamos creyentes o no, yo imagino a un ser supremo manejando todas las lineas de la red, o realizando un tejido que a nosotros nos parece extraño, pero que Él sabe en su creatividad lo que hace, para que se den en coincidencia inexplicables para uno, no llegamos a tanto, tantas situaciones. Alguien escribe una novela. Alguien sueña con otra realidad. Alguien se encuentra con una persona en una coincidencia total, de cóncavo y convexo, dice la canción, para que así se escriba la historia de las relaciones humanas, una madeja perfectamente e intencionalmente enredada.

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Y tantas miradas se cruzan y coinciden. Y tantas otras en el pasado coincidieron. Y aún más tantas vidas que coincidieron teniendo orígenes diversos. Con o sin diferencia de edad. Precisamente a eso me refiero. Hilos que se jalan para hacerlos coincidir. He aquí la canción, aparte de Cóncavo y convexo qué da título a este divagar, fragmento de Coincidir, que artisticamente plantea el tema: "Soy vecino de este mundo por un rato/ Y hoy coincide que también tú estás aquí/ Coincidencias tan extrañas de la vida/ Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio/ y coincidir/ Si navego, con la mente, los espacios/ O si quiero a mis ancestros retornar/ Agobiado me detengo y no imagino/ Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio/ Y coincidir..."