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Mostrando entradas de mayo, 2015

Catulo

A Catulo lo encontré casi asfixiado a causa del calor. Por las calles de Roma no ando, me dijo al verme. Me reconoce en la distancia del tiempo la distancia. Se vende ella por las calles de Roma. Yo creí estar leyendo un libro. Nos enamoramos, dice, y a punto de asfixiarnos, nos dimos la libertad para respirar y llegó trémulo el adiós. Estaba ebrio. Estuvo un rato por Puerto escondido donde la cantina de Marquito el Pinto. Ahora se dirige hacia el Sub de José. Un papiro de René lleva en la mano, para tener algo qué leer en casa. Hacia un año que lo dejé de ver. En un festival lo convoqué, a su nombre para dedicar. Imitando a Catulo, dije aquella vez. Ahora lo veo. Y escucho en su soliloquio. Vende su amor barato por las calles de Roma. Y sabe que no me importa, pero me ha dejado de amar, balbucea. Catulo y Marcial, son dos de los que más admiro. Marcio es pintor, de H. Cárdenas. Poeta es Marcial. Y a Catulo lo conocí una tarde en que andaba yo buscando que leer. Y me dijo sonriente, l

Bell canto en Villahermosa

Kseniya Gushina, voz de ángel Kseniya Gushina, cantante de ópera, ama a Tabasco y por eso aquí reside desde hace diez años. Debió probar pozol, como todos los que somos de afuera y nos quedamos. Llegó de la lejana y bella Moscú, Rusia, con sus inviernos extremos, a esta Villahermosa calurosa que le abrió las puertas de la ciudad para recibirla. México en general recibe con amorosa hospitalidad a quienes llegan a compartir lo que saben y a deleitar con sus talentos artísticos. Y Kseniya se le ha entregado en dos facetas a la población mexicana, principalmente tabasqueña: tanto como maestra de canto, y como intérprete de lo más conocido de la música internacional clásica, popular rusa y mexicana. Ella estudió por 7 años la carrera de Artes vocales, que incluye cantante de ópera, cámara, concierto y profesora de canto lírico, en la International Slavic University ISUKIT (Insituto de Gestión de Cine y Televisión modernas), en Moscú, capital de Rusia. Se ha presentado, haciendo gala de su v

Edicto 1

A toda persona (f) que se le sorprenda en este corazón, se le asignará una espina metafísica con punta especial para no dañar, pero no se vaya indemne. Pase por el corazón solo con salvoconducto o visa de manzana. No habrá castigo ejemplar si valora la espina y más si va en la pupila o a la altura de la costilla izquierda. La filosofía racional parece bien y es mejor. Cuando pase por este corazón no dude, tampoco dañe. Pero reitero dele el valor que corresponde a la espina. No es la clásica flecha de Cupido. Es una espina silvestre, sencilla y simple, como de maguey o nopal. A los tantos y tantos del 2015, tiempo del presente, en esta ciudad de flores lilas y amarillas. Nombre y  rúbrica.

Consideraciones

Considerando el edicto, donde se anuncian castigos, donde se señalan los tiempos para el olvido. Considerando el telón que estaba en lo alto y de pronto cayó. Y no hizo ruido, su mecanismo es suave. Considerando que el amor es justiciero y se va cumplida su misión, de melón, caramelo y simiente. Considerando que estaba mejor así el tiempo definido entre el ronroneo del gato y los susurros de la mujer a cambio del ocio el saber. Considerando que el perro guardián sigue ladrando al carpintero. Y siempre sucede que ladran al por mayor los perros guardianes de la sumisión. Considerando que la crónica consigna sonrisas con guiños, y pasos con sudor. Considerando el sudor como limpia interior. Para valorar lo de antes, lo del después. Considerando una palabra no pronunciada que en el caminó a salir quedó. Considerando que no estás y estás bien. Y está bien. La paloma ha sido hostilizada. Y la flauta de pan ya no es de pan. Consideraciones aparte, aquí sigo sin esperar nada, y menos la muerte

Me han dicho hoy

Me han dicho hoy de la serpiente. Los sueños, creo, lo que significan. Yo pensaba en la Divina comedia y la divina garza y las miles de imágenes se agolparon, como si de pronto todo sucediera. Aquí y ahora siempre un ramo de flores. Al instante la serpiente, conocida de por sí. Y a darle dulce caramelo, para su lengua bífida. Eran besos. Y el escarnio de caer en la pendiente. Culpas, pecados. Todo como piedras en la frente. Y el qué dirán junto a todo ello. Sueño es eso de soñar. Como entrar en el banco de imágenes, surrealismo efecto de andar uniendo formas y estirando otras. Onírico, dice el crítico leal aunque letal. Era una conferencia sobre la serpiente y el efecto de las palabras como detergente activo y melaza olvido en las orejas. de pronto cambia el escenario. caminar con sudor de frente, el esfuerzo de alcanzar lo que se quiere. Y el canto al oro, como homenaje perenne al becerro de oro, a lo que dicta la moda, en odas a las mercancìas. La serpiente, decìamos, se aletarga y m

Perdón que me distraje

Perdòn que me distraje ayer. Ella era gorrión. Y de pronto de su garganta muda no hubo nada más, nunca más, solo alabanza al oro. Y los soliloquios de grieta sonrisa. Y el discreto encanto del mercado con esas baratijas de las que habla Diógenes. Me distraje y detuve el agua su correr cotidiano. La hoja no vi, la luna sí. Los juegos de los niños se pudrieron por alcance de no tener destino. Los niños iban al trabajo, desnutridos. Los chicles y dulces. Y nadie reparaba del hecho. Canten una canción les dijeron, eso es la vida. Y era la exacta vida del loor al lucro. A las migajas de siempre las palomas se acercaron. Yo estaba insomne pendiente de sus actos, sus pequeños actos, de jirafa nutrida de aspiraciones con oxígeno adquirido en galones de plástico. "Eres", empezó, y guardó silencio. Yo sabía de la canción estrella de Tacuva. Y seguíamos edredón adquirido a tandas y a crédito. El auto falla. Y los hoteles andan en otro precio. Perdón, me distraje. La riviera, llévame a l

Más que a nadie

Recordás la canción, más que a nadie, me digo ante el espejo. Y la canto de a poco, entre murmullos de humedad por el agua caliente. Recuerdo atardeceres a la orilla de la playa, entre nubarrones anaranjados y blancos. Era el destino. Presente altivo que se cobra facturas sin pago pendientes de todo. Era el tiempo de arena y limo canciones de Serrat cancionero, en el closet del destino. El pasto bajo la sombra del abedul y los libros tirados para recordar otros tiempos. Limonada era y de vez en cuando el verso mojado con cerveza.  " Que te quiero más que a cualquier otra cosa te lo he dicho con el sol y los cometas, te lo he dicho con el viento y la veleta, te lo he dicho con el agua luminosa. Se traslada el tiempo a otros escenarios. Burbuja de tiempo, azoro por las tardes sin nadie, música de fondo cuando ya no estabas. Zanates sobre los árboles al atardecer y más incendios del crepúsculo. Suena la campana de la iglesia. Pero la luz viene aún cuando la oscuridad dispuso otra c

Cantaba como pájaro

Acerca de mi amigo N. Odessa. 2015. Mayo. Cantaba como un pájaro, airadamente -poeta águila- y su rostro fue casi siempre  de enojo (entonces joven). Se convirtió en miembro del club de los cansados, y se enamoraba de las mujeres, ligeramente. Llegó a ser serio y barbas (siempre con anhelo en sus ojos), se justificó en secreto, medio camino a través del río Leteo (todavía no familiarizado con ella). Esposa de ruiseñor, a menudo cierto, hiciste no me importa que, los superiores le asignaron a su esposo hace mucho tiempo. Hija loca, rugió dólares necesarios para dar. Y él dijo una vez: "Basta! Es hora de cambiar su vida hacia mí! ". Conserjes fueron. Durante todo el invierno diligentemente saludó escoba de hogar. Le gustaba la vendedora Zina (estaba buscando guiño en él). Tenía los pantalones desgastados, calcetines usados, pero cantó que sus canciones fueron ladrones que estaban muriendo de aburrimiento. Alrededor lo gritó: "tonterías" ex colegas. Cantaba c

Esa risa de Diógenes

Ya hablaré de Catulo. Ahora de Diógenes. Ayer lo vi. Sigue con su lámpara de queroseno encendida de día. Busco honrados y leales. Es redundancia, le digo. No siempre, me responde. Y sonríe chimuelo. Ya es viejo. Viene desde Matusalén pasando por Arabia. Y no se diga Atenas Grecia, donde lo registran los cronistas. Busca personas honradas alumbrando en pleno sol. Los hay, le digo. Lo sé, no inventas nada. Una vez lo vi frente a un hipermercado  y reía. Mucha energía se gasta para iluminar baratijas, externó. Y nada de ello necesito. Lo dejo solo, en sus ensoñaciones. Yo busco una lámpara para imitarlo. Lejos ya, nada hay. Lámpara no tengo. Y trato de ayudarme con luciérnaga.

Para iniciar bien la mañana

Busco el aire. El aire en el viento. Luego la luz con las hojas de los árboles. Escribo una palabra. Solo una. Y tomo agua. Para iniciar bien el día. Con la baraja escudriño sobre el futuro y el presente, y me ayudo con las lineas de la mano. Es cierto un nuevo día inicia. Y aquí estamos. La sonrisa es cierta. No necesito más que tus palabras. Estas que vienen a través de lo que miro, lo que sueño. No espero nada. Voy siempre en camino. Inicia la mañana. (borrador)

No traigo mar

No traigo mar esta noche, ni fosforescencias. No traigo pétalos ni notas especiales. Ni libros donde detenerme por las tardes o los fines de semana. Apenas un cangrejo disecado en el devenir del tiempo. Y un café soñado para las palabras. No traigo penas ni apenas por las que supure aguas negras. Ni tampoco traigo palomas blancas por si acaso. Decidí quedar despierto para los sueños verdaderos. En los que laberintos son retos de fado y risa. Una balada escuché un tiempo, canción de amor que me exprimió lo cuerdo. Y anduve saltarín de alegría aunque parezca contradictorio. Queda el resto de cartas como nube viajera en la nostalgia. No traigo mar. Ni alados pájaros de la noche. Un alfiler fijo en mi corazón me recuerda pasados honores de la especie.

A mis amigos

El divino encanto de la amistad. La sutil sonrisa de aprobación. La sonora carcajada por el botín solar. Y el motín de poco tiraje en la distancia para soñar. El pájaro de medianoche, al alba, por la buena fortuna de recordar. Los momentos aquellos de los caminos con polvo y canto con la guitarra. Y las piedras que fuimos arrojando a las estatuas. Dame una oportunidad creí escuchar desde la película. Desesperados en la libertad de poder ir a cualquier parte sin poder hacerlo. Y en el delirio con llanto, el delirio de volar sobre nubes verdes y azules. Y el montar la yegua aquella para las carreras del aniversario del pueblo. Y el salobre sabor de los pétalos de la orquídea real en plenitud del despertar. Y aquella voz de las noches calladas. Y contar sobre el beso prematuro. Y el rojo rostro de encontrarla desnuda con ropa toda. Y sin saber qué hacer, mas que cerrar los ojos. Y el escalpelo en el cuello. El disco de Serrat. Mas como amigos. La luna bien portada con llama nocturna. Todo

Buen día

Ayer fue un buen día. Augurio: hoy será mejor. Así lo indica la gitana y la cábala. Así lo indica el oráculo de Delfos. Es un decir. Pero seguro sí. Bienaventurados los que leen y los que no también. Porque de todas manera polvo.

El dato

Todos en la historia del hombre tuvieron el dato. Y lo tienen aún en la historia del mismo hombre. Doscientos versos tronados, y los mismos besos sentidos. Con el dato se sabe todo de tí, como si fuera clave del esclavo. O número social del feudo. O folio para el boleto de viaje. Dame más palomitas, anda, dame. El dato representa la clave. Charlatanes aseguran que lo tienen. pero tan pronto le piden el folio, cantan cualquier canción ranchera. De dolor un minuto para enfrentar al de los Andes. Y sé de cierto que van los mismos datos, sobrepuestos, en placas falsificadas. Mañana es otro día. No cabe duda.

Flor de alegría

A tambor batiente, llamando a la alegría, la flor, la específica flor de la sonrisa, tropieza y se levanta, vuela y aterriza. Donde quiera que ande la mentira y verdad se montan en la alegría. Desfile de animales y autos, todo junto. Para documentar la alegría mediante el optimismo, no el oportunismo. Nunca. Usted sabe lo que sigue, fruta de temporada. Quema incienso a los dioses transformados en sirenas. Y florece la flor de la alegría en todas partes.Cantos, poemas. La música toda. Es el conjuro nuestro, el de los bienaenturados aún en los momentos difíciles, para que aparezcan las notas en armonía. Lo mismo brujas y duendes. Circos de soleil. Ni vela en entierro. pero sí.  (borrador)

Flor de tristeza

Bajo la piedra, o en la rendija de cemento, nace la flor de tristeza. Y crece ensoñación, aunque soliloquio en la luz o penumbra. Tiene de todo aún en esas circunstancias. Vino tinto para la bohemia. Y la flor reclama su espacio. Rebelde sigue su ruta. Colores en pétalos saturados. Humedad retiene por si se requiere en la sequía. Y florece en plenitud por las tardes de nostalgia. Tocan tambor en la casa junto de la encina. Aullidos y susurros amarillos y celestes. Cantos donde la monotonía despierta atardeceres. Yo cuento de la existencia breve. Algunos datos. Yo planteo rutas alternas para desaparecer el tedio. Mas tocan la campana de la iglesia para el llamado. Whitman reposa en huesos como versos. Alza su portento de voz americana. Y desnuda cuerpos sin alma. Pound por ejemplo da latigazos bellos a la usura. Monstruo de  las mil cabezas para ocupar las mil máscaras del alfabeto y asfalto. Turne el caso al árbol de las siete rosas adheridas como estampas. El tranvía, Bogar. La última

La casa

La casa, cueva fecundada,  es a donde van el fuego, el abrazo, el llanto, el aroma de la flor, la imagen de la mañanita. La casa es el lugar donde se confabularon los mejores recuerdos y los sueños mejores. Es en la casa donde se trazan los caminos rectos. Y las curvas inevitables se presentan para bordear los caminos de espinas. Florece el trigo para el pan. El maíz pone su alma popular ante el comal para ofrecerse festivo. La casa es el óvalo que se acomoda para la paz. Es el resquicio donde se asoma la luz. Pollitoss en la mañana. Y cachos de sol  se cuelan por las rendijas. Y en invierno el frío intenso es propicio para acurrucar palomas en sueños de vuelo. leche tibia y miel.  La casa es donde se venera el establo. Y en la creencia, el nacimiento de un niño Dios que redima. O en otras creencias, la palabra en búsqueda de sustancia, que diga algo, que afirme, que muestre el camino. La casa no es el material conque está hecha. Es material intangible donde estamos cuando menos te lo

Cien mil mentiras

Mezcla de sueños y realidades. Cúmulo de piedras lanzadas al vacío. Así son las mentiras que cumplen su ciclo. Las mil y cien mil. Como justificaciones. Como caminos de laberinto para no encontrar la salida. Y necesitar otra mentira para transparentar el tedio. Alfiles y torres sacrificables. Cien mil justificaciones para estar montados en caballos de mar. Mentiras como monedas oros en la vendimia de mercado. Promesas verdad que son mentiras evidentes. Y la sonrisa con freno de dientes movibles. Verdades contra un Dios que no existe. Mentiras a favor del dios que sí existe. Rumores de olas donde dialogamos en las cavernas. Pinturas rupestres de bestias en especies en extinción. Las cien mil mentiras para explicar el origen de la nada, y la existencia de la totalidad. Infinito que cabe en la aguja de un alfiler. Eternidad que dura lo que dura una canción de amor.  Escriba tres textos breves. Temas: tedio, sueño, mentira. Conjunto de teorías que explican el infinito que no existe. pero e

Cien mil verdades

La historia con cuentos. Versiones distintas y diferenciadas del mismo hecho. Lo concreto es que estamos en tiempo presente. No solo nosotros. Otros en otros efímeros presentes. Registros verbales que se repiten. Registros escritos que se contradicen, o en ocasiones se complementan. Galletas de limón, por ejemplo. Y queso. Unas y otras, versiones de hechos, crónicas de instantes que ya no son. Alquimia para la imagen. Sonría, salude, prometa.  Rostros radiantes que ahora transitan la nostalgia. Lo que no fue, lo que nunca más será. Tiramisú, es un dato, una señal. De limón, en específico. Esfuerzo sostenido caminar entre zarzas y cantos de sirenas en el tal vez, en el quizá. Las cien mil verdades personales. O doscientas mil. En versiones enfrentadas para mayor fulgor de las dudas, cerca ya de la incertidumbre. Noviembre sin mí. Ayer como entonces. Y las tantas mentiras nunca pronunciadas. Como el acontecer de la vida. Vamos a construir el presente. No hay fórmulas. Nunca las hubo. Sal

Tiramisú de limón

Bebían café por las tardes porque la ruta acordada era platicar. Construían castillos de palabras y otros mundos especiales con gallos panópticos, escaleras de cartón, zoológicos de a deveras. Y eran interminables los temas, horas de aluvión que se iban rápido. Ahora una nube y caballitos de mar. Y reían. Luego poemas. Aquí se detenían. Encontraban palabras. Y brotaban textos. Y solía suceder de pronto despertar con la realidad a cuestas. De noche o día, tarde o mañanita. Sellaban el ejercicio con un beso. No estaban. Y ambos recordaban una canción, un poema, un libro, y el tiramisú de limón. Y cada quien en el exilio, buscaban un café cuando la nostalgia. Como si fuera posta de seguro, estación de cruz. Y a pesar de todo, la sonrisa. Deme un café y un tirabuzón de limón, dijo. La sonriente mesera, sabía del juego y de la nostalgia. Ella también, su corazón se detenía en el tiempo. Y corregía: tiramisú. Tiramisú de limón. Y la risa.

Hay canciones (2)

Hay canciones que cargan nuestra historia sentimental. Que mueven recuerdos con tema para olvidar. Hay canciones río, canciones mar. Cuchillos con filo letal. Canciones veneno para saborear, en el límite del tiempo, y no más. Hay canciones de historia, de sueños, de olvidos, canciones para entonar lejanías, nostalgias. Hay las que convocan al pleito, y al amor. Hay canciones paraíso, canciones infierno. Y cuando todo parece terminar o cuando inicia, siempre estarán las canciones fieles para acompañar. A veces viene soledad. Festiva o triste. Y guerras perennes. O laberintos. Y siempre estará una canción especial. Tengo la guitarra. Y una canción de momento, aparece, e ilumina la tarde. También de alegría se llora. También de dolor se canta. Hay canciones. Las hay.

Hay canciones

Hay canciones brisa con sol. Y hay otras que tiran a matar. Hay las que te levantan y las que te tiran. Hay las que te revuelcan y las que te hacen reír. Verso a verso. Remueven ladrillos rotos del pasado. Queman briznas de hierba. Congelan gotas de agua. O las evaporan. Hay canciones que hacen brotar mar. Y las que mueven a mayor velocidad la sangre. Hay canciones de pan, de nieve, de ausencias. Las hay que son como guiños o convocatorias. Las que cuentan tristes o alegres historias. Las que son sin final.  Las canciones para levantar bandera y quemar incienso. Haz un alto. Tararea la canción de tus sueños. Ya está. Hay canciones de azúcar, hay canciones de sal.

Cuando te sientas volar

Cuando te sientas volar, garza, pavo real o cisne, en esos pasos que das, cuando miras a los demás, distinto, como desde las nubes, no lo dudes, barre el frente de tu casa, quita el polvo de los muebles, lava los trastes (de vez en cuando). Y todo vuelve a tu normalidad. Lunes de bien. De mucha luz.

A veces

A veces sí, no o el quizás. A veces calor sin sol. O frío de soledad. La luna se oculta o aparece. Suceden canciones, de nuevo disco, Tania, por ejemplo. Y risas a mi alrededor. Miradas tristes al ocaso. Ya. Y sucede el agua de pronto, quiero decir: sucede la humedad. Este devenir de alquimia secular. Las canciones, de tradición, de piedra ha de ser la cama. Y recordar el pasado perpetuo, por la novedad. Aquí camino, día a día. Y en el camino encuentro aceite para brújula. Ruta mejor. Por lunes un suspiro.

Matamoros

Un ojo saludo desde lejos, corazón con iris que te mira. Y mira el polvo de los años. Suspiro yo. Donde el desengaño ha quedado atrás. Escúchame ahora, caminamos por esas calles, donde se respiran sueños y la ilusión canta a raudales, a pesar de todo. Matamoros cerca, lejos, es lo mismo, mujeres de brillo propio, con esperanza o sin ella. Hombres certeros en su manejar del día. Recios para enfrentar la nada. Y reacios a negarse posibilidad de un mundo mejor. Un mar allí. Un horizonte escala al fin cada lejos, señuelo para el vivir. La playa no es precisamente la playa, sino una ilusión permanente de humedad . Y el eco de Rigo y ritmos acompañados de acordeón y bajo sexto.  Y la nostalgia del algodón como nube o barba de Dios. Yo canto  dondequiera que estoy. Matamoros, no te olvido. Eres siempre mi sueño e ilusión. Porque están allí los amigos. Y la mirada de los viejos que construyeron un mundo mejor. Cerca o lejos es lo mismo, respirar calor y color, de esos ladrillos viejos, desde e

Bien el tiempo

Bien el tiempo de las dudas y las certezas. Una u otra nos encamina a un nuevo momento, distinto, distante de la concepciones piedra.. Bien por la siembra y la cosecha. Habrá tiempos buenos, donde la cosecha sea abundante. Y tiempos malos, en los que nada queda. Cada rostro en sus prisas es un reflejo de sus propias andanzas. La carga verosímil del peso específico. Cartas de baraja, piezas de ajedrez, cada cual para su escrutinio y decisiones. Pájaros de alambre en el alambre. Pantalones aparentemente viejos. Jeans del reacomodo. Batucada de alegría por intereses. Paso a paso. La chica de Ipanema anda por el trópico. Vislumbre de buenos deseos. Y decisiones de alpiste para canto de pájaros. Por las noches. Isidro de mayo. Antonio y Juan de junio. Fiestas de guardar. Y los pasos en el camino, sudor como manda, tribulación de incertidumbre a cuestas. Metal en resonancia de sirena. Canto malabar como recuerdo de gitana. Ahora las palabras. Preñadas palabras. Donde habitan para olvido del

Molino rojo

En anuncios espectaculares otros rostros muy distintos a la realidad. Algo parecidos, sí, con los mismos nombres, alguna leve seña. Ayer, lo común de lo diario. Hoy modelos de temporada. Uvas con la sonrisa por delante. Mas la varita mágica anunciada, como la crónica de una muerte, de una vida, de unos sueños. La chistera del mago. Un conejo, o dos. Música de fondo: Molino rojo. La manzana roja ofrecida.

Mármol al frente

Mármol al frente. Palabras entre tanto pasto. Un tiempo despés consignado en la historia personal. Risa de mármol al frente. Y blue jeans de utilería. Historias relavadas. Sonrisa apenas  donde la ocasión amerita pose. Cambio de escena. Por siempre el caminar como rebeldía. Enfrentarse a esos resabios de tanta historia acumulada y en síntesis. Un guiño especial. Una rotonda para el ejercicio. Y el diálogo al interior espejo por siempre. Conciencia de lo áureo, lloro. Palabras esculpidas en el sueño de la memoria. Un mito la historia de los dioses. De algunos específicos dioses. Y la arboleda en fronda de alegría. Bebamos el néctar de durazno, la savia de la vida. Apenas lo oscuro de la noche. y en lo alto la luna. La bien amada y refulgente luna. Aquí en la tierra mármol, piedra de sol en la sonrisa. Piedra al fin.

Este momento

Este momento es el breve instante del presente. La vida misma dentro de un paréntesis. Este instante es también el todo tiempo, en el que cabe la alegría y las tribulaciones. Este momento es el símil de la nada, como la existencia. La canción del disco detenida, el fruto en la ruta del vacío. La semilla germinal en el punto exacto del despertar. Este momento es el perfume, el néctar, la mirada. Y a volar papalote en la dicha. Y allá andas, jeans roto, vestimenta de lo que no soy, más la guayabera, lo que tampoco. Máscaras de fuego y del glaciar indistinto. Este momento no sabe de meses, sueños de futuro, ni rastros lastre del pasado. Es sólo que el símbolo de para siempre nunca fue, y lo eterno sigue siendo el breve instante. Ser o no ser. Más honrar la vida. Un mito. Como un sueño la vida misma. A veces este instante es el todo, es la nada. Es el triste cuento perfecto, historia de norias y canto de sirenas. Polvo más humedad. señal de humus.

Salve

Salve dicha del retorno, del eterno retorno, ave al vuelo, garza en freno. Incertidumbre de los días, caracolas del mar abierto. Salve el tiempo en sus horas diminutas, por la alegría de las palabras de fiesta. Por esos diminutos arcángeles al vuelo, que hacen maravillas. Por la visita de ayer, hoy y mañana, que estamos ciertos, la vida es en presente. Salve la tarjeta roja, la campana, la nota efímera. Todo es el cuento. Nubes, lluvia. Caminar con cara al frente, porque no hay de otra por ahora. Salve el paraíso encontrado y el paraíso perdido.  Porque agotamos en el salve cada nombre con su manera única de guiñar el ojo, para señal de aquí estoy ahora. Salve tu nombre y el de la distancia que me nombra en los puntos cardinales sin Rosa de los vientos. Cantos nocturnos sosegados al delirio. Cantos diurnos de luces multicolores. Acaso salve la vida en el diluvio, de la tanta humedad predecida, dicha, nombrada. Salve. Oh.

Porque sí

Porque hemos navegado en esos mares donde nadie entraba, olas de petróleo, aceite de ricino. Donde la norma era el silencio, las malas caras, el gesto adusto, por mínimos motivos. Porque navegamos papeles volando, al aire toda vastedad del hastío. Porque reconforta, solo saber que vamos bien. Porque no tenemos fórmulas,  no hay fórmulas, no las habrá. Y de nada sirve tener las cartas marcadas, las del oro, la trampa, la ventaja. Porque tenemos luz en el cocuyo, y dentro del puño cerrado polvo de estrellas. Porque la razón es del presente, tiempo único. Porque bien cantan las sirenas, pero es con karaoke. Y la música es otro asunto, suavidad, fulgor, rumor de ola. Porque estábamos hincados y nos levantamos erguidos con la palabra. Porque no se confunde la palabra y sonrisa de ocasión, la del intercambio, favor, favor y te olvido.  Porque el templo cuerpo sigue siendo templo, y será polvo. Porque la vida es esperanza. Y si se adereza con alegría, la esperanza es fortaleza. Aquí vamos. Gr

Luz

 Luz es la sonrisa. Y no necesitas pensarla. Aparece de pronto al asomarte al día y ver las nubes, algodón de azúcar, barbas de Dios. En la prisa, los vecinos alzan la mano para el correspondiente saludo, y el noble deseo que nos vaya mejor. Los niños a la escuela. Algunos con la sonrisa madre de la mano. Y caminas, volutas de aire, hojarasca. Y es jueves, otra oportunidad más para el canto. Interno canto. Colibríes en revoloteo. Luz es miel. Almíbar de ojos transparentes. Nance, durazno entre los labios, licor del suspiro. Luz es correr para sentir el revoloteo de los pulmones plenos, y el danzar de la sangre. Exhalar imágenes de plenitud por las cosas pequeñas, donde habitamos desde siempre. Luz es caminar. Por donde el camino, o donde no lo hay. Luz grabada por la tanta dicha. Por la que fue, por la que es, y será. Cuando sientas que todo es lo contrario, oscuridad y opresión. Incertidumbre porque exactamente no sabes el porvenir, es que efectivamente has encontrado la luz, mas tien

Pájaros en el alambre

Pájaros en el alambre ahora y siempre. Para captar los unidos y murmullos y transmitirlo en los canales de siempre. Pájaros ciegos , sordos, peticos a fin de cuentas.  Los que volaron al lado siempre. Con el motivo del ser y estar. La vida bella construida a diario, como un reto y aspiración. Pájaros en el alambre, por la risa y la fotografía. Planearon por nubes y cayeron muy a su pesar. Pájaros rotos y sonrientes. Limpian lámparas de conciencia. Raposas aves del engaño y el mito. Pájaros en el alambre. Allí dónde andas. Siempre es el momento de las palabras.  De la raposa del canto reiterado. Somos lo que hemos construido en el acumulado de dolores, rizos, saltos, sueños, gomina. Gatos en azotea. La noche. Ojos de brillo. Tristeza con flor de saliva como muestra de belleza y fama. Pájaros al fin, fijos en el alambre para su ruta de vida, fijos, vano afán.

Mayo

Mayo está aquí, en su medio justo. Y la floresta se satura en pálidos y fuertes colores. Y el arca de Noé en trepidantes movimientos expresadas en onomatopeyas boyantes. Mayo en su viento salobre y caliente que se cuela por las fosas nasales para pedir la paz interna en humedad compartida. Mayo fosforescente, lubricante, cantador. Festivo mayo para olvidar pesares y fríos de indiferencias. Para golpear a la rutina, para someter al tedio. Mayo con espejos de heladerías por todas partes. Y el sudor del que te quejas como si apenas lo descubrieras.  Mayo que prepara el junio del ahora sí, o ahora nunca. Pájaros en el alambre, cantando sublimes, melodías de todos tiempos. Nunca atraparás el canto de los pájaros en discos. Aunque lo sueñes. Aquí mis palabras. Las palabras frescas para un somnoliente mayo. Por aquí, tocando puertas para refrescar el ánimo. Dijo la canción, para abril o para mayo.

Sois profesta

Sois profesta, me descubrió ella rotunda entre penumbras ante cámaras. Estaba desnuda, ofrecida templo de la tierra. Anunciaba el fin del mundo como entre llamas y arrepentimientos.  Deja la ofrenda. Es para atender a los menesterosos, ordenó mientras atinaba a contar las pecas de mi espalda, dijo porte. Estaba sentada ante montaña de libros y papeles viejos, caramelos. Soy sacra, dijo. Y se reía a carcajada suelta. Entre hipos aseguraba que era de otro tiempo, otro limo. Y yo la seguía por el vecindario, para calmarla en su camisa de fuerza. Los perros aullaban de tedio ante lo mismo. Luna a la mano. Guantes de box. Cerillos para el incendio de los libros. Oro, dijo, lo mío es honrar vida con oro. El sábado es la pelea, soltó de pronto, como para el despiste. Box solo a veces, le respondí, ufano. Sois profesta, repitió, queriendo decir algo así como poeta o profeta. Yo reía, lo mismo. Algarabía de la carne, aceite untuoso de los santos óleos. No muero aún, dijo, luego de las explosion

Encontramos

Encontramos piedra lumbre. Reloj sin tiempo. Promesas verdad. Aluvión de milagros como nunca Encontramos vidrios de aumento y vidrios para crisol. A cambio diccionario de esperanto. Palabras. Encontramos palabras grabadas en soporte viento. Un discurso sobre el devenir y agua. Mercado. Garbanzo de a libra. Encontramos pasadizos secretos. Celdas para pares. Sin fin. Y voces resguardadas en murmullos. Al fin nada. Un papel con firmas. Acta de la ciudad de México. Firman mieles. Firmas lunas. Recuperamos la esperanza solo por rutina. Lo demás es navegar sin ruta ni destino. Prefiero rosas dijo el cerdo. Y caminaba por callejones y calles de pueblos tropicales. La sonrisa. Encontramos la sonrisa como distintivo del tiempo. Calor por las noches. Infierno al mediodía. Yo tragaba saliva para anunciar responso  por la poseída. Era sueño con luz. Sueño con sombra. Allá va el ilusionador flautista. Niños por ratones.  El de las fórmulas para química. Pintor de retratos dos por mil. Encontramo

He estado antes

He estado antes. En este territorio de paso. Dejé mis huellas digitales por si acaso fuera necesario. Aquí en la luz y sombra, para dar testimonio. He estado aquí, territorio de la risa y alegría. En ninguna parte me he sentido extranjero. Ni aún en  la indiferencia y el olvido. He estado antes y después del diluvio, por causas de emoción y de suspiro. He estado cuando la guerra fratricida entre ambos. Espadas, dagas y alfileres. Palabras de veneno y alcanfor. He estado cuando fue necesario, el timo de las soledades. He estado en ese territorio de perfume y gesto adusto. Es la historia misma de los hombres. Historia repetida en las generaciones. He visto lo mismo siempre donde he estado. Hombre lobo del hombre. Lobo, hombre de lobo. Y recibido lodo por las severas afirmaciones. Entonces guardo silencio. He estado aquí también en el territorio del silencio. Ahora es otra la distancia, el vuelo. Cuando he habitado tu nombre es cuando inicio el descenso. Y la hoja en el vuelo me conoce. Y

Porque

Porque seguimos caminando en el camino de siempre, donde la rutina tarda en despertar. Porque guardamos el cofre de tesoro en el almohadón, donde tenemos un libro de Peter Pan. Porque la carrera de caballos no ha empezado. Y parece que estamos cada vez de mal en peor. Porque resolvimos crucigramas, pero no el destino a diario. Porque corrimos de prisa para llegar a ningún lugar mejor. Porque las palabras fueron en desgaste sin rescate. Porque la escalera solo fue para bajar. Porque íbamos sin saber de rumbos. Y nuestro infierno era nuestro interior. Porque pusimos alto a la mentira. Y a la verdad le pusimos su mejor color. Porque no nos salen las cuentas del recuerdo. Y el balance del olvido es el mejor. Porque la guerra de la vida la hicimos sin fusiles. Y el maquillaje se ha quedado sin rubor. Porque el pozo es el mismo de la noria. Y el vino de los besos ya no sabe a buen licor. Porque los porqués son explicativos. Y la vida se marcha sin lograr una convincente explicación.

Pez de ciudad

Muchos, tantos. Desde hace años. Peces de ciudad, ante el asfalto. No se acostumbran al polvo respirado. Y menos al tufo de la tempestad boba. Nacieron agua en agua. Y despiertos iluminan los espacios.  Tantas veces les pusieron la carnada.Tantas veces resistieron. A pesar del ahogo por esa pus en el aire del lucro y la verdad puesta en la bolsa de valores. Caminaron entre sombras y recibieron resplandores. Nuestro tiempo es la distancia. Entre libros respiraron polvo. Pero peces de agua. Entrados en los sueños. Discutieron formas y cuerpos medulares. Entrados en sueños elucubraron destinos galácticos y teoremas como razones de lágrima viva. Publicaron ensayos. Fugas musicales. Discutieron en asambleas de gatos sobre cómo evitar los cascabeles. Y en asambleas de ratones cómo poner el cascabel. Crearon circos. Pasarelas. Cines. Estadios. Auditorios. Inventaron papeles, actas. Peces de colores en pecera alimentada con humo de fábrica. Cantan canciones por la tarde.

Con diez años más

Con diez años más, Debussy en mi cartera, para ejercitar garganta en el desierto. Con diez años más bailaré en jeans el vals de la vida y será jugar por jugar. Con diez años más abriré el hoyo eterno para enterrar recuerdos, que al fin se van lentos, y seguros. Las cartas que no nos escribimos, y el agua de mar salobre que tragamos. Con diez años más seguiré en la balsa del naufragio aferrado a la esperanza, y sostenida en la brisa, la risa, la palabra. Y me dirás son diez años desde aquella vez, y yo reiré cantando, por la dicha de los nuevos tiempos, donde polvo el viento lleva. Diez años después dirás de lo imposible. Dadme tiempo y diez más a la cuenta rumbo al andén final. Con diez años más me sostiene el jeans, el disco de Sabina, el olor a libro y tinta, el rumor de ola, el aliento tibio, la perenne hoja, el sabor a miel. Cabello sin la esclavitud del tinte. Recordando futuro, savia de vida aún. Y esta risa. esta, la del presente a perpetuidad mientras tanto. Diez más no están,

Recale en ti toda la dicha

Dije la fama o dicha, hoy domingo. Recale en ti toda, la que corresponde al esfuerzo conferido, así como la del día que se acumula en el esfuerzo. Este sol es fuerte o a veces lluvia, entonces. Es decir, entonces corresponde en ti que recale toda la dicha. Miro el espejo y rebota un brillo de rosa con su espina. Encajo el diente al nebuloso dulce en chicle o turrón y se me pega en el paladar. Y alcanzo a escribir mientras tanto algo más de despedida y bienvenida. Qué se yo. E s admirable el caminar. No queda de otra. Mas la incertidumbre que recala. Yo me visto la ocasión de domingo, con mejores galas que es mi sonrisa y la palabra intento grácil. Vanidad de garza o cisne. Y todo marcha bien este día. Sol y sombra. Rutina de ejercicio pensar solo. Y tirar los pétalos secos de la margarita. Postales del esfuerzo, por la sonrisa. Ahora nueva rosa de tiempo día a deshojar. Por si las dudas. Son señales del tiempo nuevo, del fuego nuevo. Recale, cierto, en ti toda la dicha. En sueños me hi

Diez años menos

Con diez años menos buscaría la sal debajo de las piedras. Para curar la herida en el alma a causa del temor al qué dirán. Con diez años menos subiría al tejado y cruzaría la escalera ante el gato negro de tu paz. Diez años menos y la llamada del productor de cinema tres para analizar los gestos, el pelo, estaría formidable. Con diez años menos ahorrarías el tinte del pelo, la cerveza los posters de caballería. Sería fabuloso caminar entre brasas y espinas. Con diez de menos reescribiría la historia de Zhivago y Paradiso.  Con diez de menos encontraría la clave de la alquimia, el hilo negro y la fórmula para entrar al laberinto. Con diez de menos haría saltar las pulgas de los catres en hostales del Mediterráneo. Y dejaría libre al estornino. Estaría en las noticias la manera de abarcar con la mirada la luna. Un loco suelto, diría la primera plana.  Y el horizonte estaría al alcance de la mano. Silvio gana la partida del pocker en La habana. Con diez años menos hacemos renacer el canto

Anoche tuve un sueño

Anoche tuve un sueño. Un río. Una arboleda y pájaros. Sombras. Unos colibríes a la orilla del camino. Había por cierto un camino. Sinuoso. Mas era un sueño. Flores rojas, amarillas, anaranjadas. El agua del río en paso rápido, arrastrando troncos, muebles viejos, animales muertos. Parecían vacas. O recuerdos de vacas. El agua. Era un río, árboles, sombra, pájaros en su canto. Y flores. Muchas flores. Era mayo. Alguna nube casi transparente. Era un sueño. Alguien de espalda. Hablando en otro idioma. Era un sueño con música incluida. Me senté para ver lo que sucedía. Era mi madre de joven. Lo supe cuando pronunció claro mi nombre: Antonio. Se había vuelto hacia mi. Mirarnos desde cerca ya. Un abrazo. La paz de su sonrisa. El recuerdo de cuando niño o adolescente, me abrazaba. Cántame una canción, me dijo. Yo siempre he sabido cual. Que por cierto en el sueño siempre la recuerdo, palabras, tras palabra. Era mayo. Y era un sueño.  

Río mucho

Río. Por la salobre agua del mar en tu lágrima. Por el dato donde van las huellas digitales. Río por el ensamble de voces y las coces que vas dando.  Por esa rosa de plástico. Río por la canción aquella con la que tropezaste. Y las risas fue el detalle. Río por esas pequeñas cosas que tiraste por la ventanilla del auto. Río por el bótox como pieza de museo contrario a la palabra. Porque nos entendemos como siempre, aún en la distancia. Porque somos nada. Río por esa nada que nos acompaña. Río mucho porque aprendí a tomar las cosas con calma desde los platos rotos o la divina garza. Río por el cisne que lucha a brazo partido, ahora sí, no hay de otra. Por qué me hacen esto.  Y el pato. Río por el sonido de tu voz en grabadora. Por las palabras en el espejo y en el cementerio mientras cae la tierra. Río por tu abrazo ´soñado, Díos, que me supera. Abrazo partido. Por el suspiro desatado y coincidente. Por la guitarra que me espera fiel a su destino. Madera que canta a pesar de los silenci

Un pájaro de cuenta

A la vida juega porque juega este pájaro de cuenta Desde el Norte brutal hacia el infinito en esas palabras con la mirada taciturno. Es la alegría febril por la vida a cuenta gotas y torrencial en los afectos el aprecio los dones del ser Este pájaro de cuenta sabe del ritmo de la vida los asegunes los vuelos en papalote los vuelos en los sueños la mano franca el rosal cautivo Y las palabras las palabras por la Sandino por la zona de temple ardiente por los callejones por la frontera en el plan de agujas por el Norte infatigable y polvoso Por nuestra madre que fue biblia y enciclopedia de la honrosa vida Este pájaro de cuenta sigue volando sigue volando

Gané cuando perdí

Gané cuando perdí. Porque en el balance llevaba todo ya aunque iba vacío el espacio destinado. Es extraño el acontecer de los días. Y el cúmulo de datos. Añoranzas más nostalgia. Y el cruce de los días. Agua por todos lados. Gané cuando perdí. Porque era deshacerse de viejos ritos, de ataduras ligadas al complejo, al chantaje. Huesos para caldo por las noches. Pago por evento.  Mercado donde se vende de todo, hasta los aromas, el incienso, la mirra. Dimos vuelta a la página en el momento justo. Ahora dicen que pregunta como en secreto que nadie oiga. Constelaciones de dudas filosóficas y metafísicas. Y sonríe atada y atado a un bozal y a una cuerda de domador de circo. Látigos y dulces de buen comportamiento. De la sombra el sombrero. Y la buena fotografía mas eslogan diario para escribir mentiras como en piedra. Tiempo de lo efímero con red de protección. Gané cuando perdí. Nadie sabe lo que gana cuando pierde. Ahora rocío en la mañanita y sol. Sábado de perfume nuevo. Y de palabras c

Y sin embargo

Y sin embargo camino por las tardes como respiro. Domo lagartos y conejos con abrazos y palabras de amistad. Y sin embargo todo sale a perfección por el designio mayor. Aún lo que parece distinto, distante, negativo o contradictorio. Los huesos que no están siguieron su ruta hacia la paja maja. Y los que son y están fincan sus instantes en guiños y sonrisas. Por eso canto y sin embargo vienen dudas por las nostalgias, las salidas de improviso del escenario. No están los que están ahora. Los de mañana. Y sin embargo escribo para nada ahora. Esas señales en la distancia y tiempo preciso. Corren conejos y saltan por la prisa del tiempo. Ahora sí, ahora. Y las sonrisas de photoshop para alcanzar la fama a mil por hora en carretera. Y sin embargo el polvo se impone en la distancia. Los datos referidos y consignadas nada representan. Vano afán de dejar constancia aquí. Y sin embargo escribo por las tardes y al alcance manzanas con mordida anticipada. Fotos del instante cuando la risa. Alquim

Por la primera vez del diluvio

Por la primera vez del diluvio, cuando las aguas torrenciales. Cuando huimos a la isla para reencontrarnos. Eramos uno mismo y la distancia marcó la diferencia. Por la primera vez de ese beso terroso, heno en almíbar. Por esa primera vez cuando las palabras eran derivadas de vocales. Por esa vez cuando a la sombra del árbol primigenio, discutimos de valores, y de honrar la vida, como un himno. Por eso escribo palabras para dejar huella del tiempo. No dudo de las buenas intenciones. Ni de las atenciones llamados ditirambos. Escríbelo de nuevo, Sam. Cartas al aire, al mar, cartas al fuego para purificar los guiños en el desierto. Buscabas oro, mas no lo definías, como valor precioso, el canto de los gambusinos en California. Por esa primera vez cuando cruzamos palabras, como sonidos guturales, cruzamos abrazos como hierro caliente. Por esa primera vez canto y entono el himno de la vida. Toco a puerta donde no hay puerta. Ni pared. Nada.

Los más ricos

Amancio y Slim, entre los más ricos, dice la nota. Ya ve, la creencia, en la comodidad al por mayor. generaciones de hombres y mujeres esclavizados al oro, a la rutina de la alta. El lucro por lo vano, lo banal. No importa la salud. Perdón el tema.  El más rico es el que menos necesita. El que menos daña. El que más lee. El que hace el bien. El que sirve. El que no miente. El que renuncia al puesto si hay que robar. El que mira a los ojos y dice Digo la verdad, y en efecto dice la verdad. El que honra la vida de a deveras. Los más ricos, envenenando ríos, derribando laderas, erosionando suelos, pervirtiendo mediante anuncios. El más rico en la sonrisa. El que se acuesta y dice he cumplido con el día, mi deber. El que siembra  y cosecha sonrisas en el tiempo convenido. El hombre de paz. El de la armonía. El que enseña con amor. Ajá, ese es. Eso es. Y tolerancia. Y dar como actitud de vida. Yo escucho el ruido sin afán. El parloteo incesante. El desprecio al libro y al corazón de hombre.

Aquella vez

Aquella vez de los churros y de los dulces de leche y coco, compartidos. Es ficción. La vez en que caminamos por la ladera. O en la cuerda floja. Es ficción. La carretera, vez que montamos el unicornio, y andábamos de cabeza. Aquella vez en que nos emborrachamos de polvo vivo, afiebrados, playa. La vez en que copiamos en el examen de la vida, acordeón lineal con respuestas al olvido. La vez del oro despreciado y la lámpara votiva. Es ficción, sueño, mito. No existe el espejo. Y los puntos suspensivos fueron tres puntos finales. otros puntos suspensivos de la vida. La vez que te soñé caminando y llegaste hasta la cama con esa sonrisa de no me acuerdo y quién eres tú. La vez que me regalaste sonrisas como rosas. La vez que me mostraste el mapa del destino, gitana de los cuatro tréboles y cuatro cartas. La vez que nos encontramos solos rimando a la deriva. No me acuerdo, porque era ficción simple, invento de los dioses chocolate. Inyección letal de maravillas. Y llega a ti el cascanueces

´Última estación

No pienses en la última estación. O más bien sí. No hay más después de ella. Allí termina el encanto de la vida por el dolor y la sonrisa. Hemos recorrido en el largo trayecto otros puntos cardinales. Estaciones de todo tipo, donde mercaderes realzan su oficio por la carne oro polvo. Pan de Cristo. Metáfora de la sangre contenida. Adjetivización de la fricción pedernal para el diluvio. Paréntesis la lluvia. Cómo suena en el zinc y el viento golpea en las ramas de los árboles. Barquitos de papel por las calles. Ríos bajo el amparo de la noche. Me pongo a tu disposición, corazón. La última estación es la depedida con sirenas que te llevan con embeleso en brazos. Yo me distraigo fácilmente por este asunto de palabras. Contigo, con la suerte, con la muerte dientona (nuestra, vos, de todos) , la última estación queda lejos. Usted dispense. Pongamos quinto al piano y a seguirle.

Cuando en la noche

Cuando en la noche los ojos búho reclaman el asedio. Cuando en la noche las mariposas tienen las alas quemadas por el día. Cuando las fichas de dominó representan lo mismo que puntos suspensivos. Es cuando viene bien pensar. si valio la pena tanto. Si valió la pena al grado de la indiferencia. Y esas canciones viejas que suenan en la radio. Y parece que vienen a cuento por lo del relato de sigilo. Y el secreto de guardar silencio mientras nos ladran los perros. Porque  otros perros ladran a la luna, con sabor de menta en la garganta. Dicen que el libro aquel aparece y desaparece cuando la nostalgia. Y la rabia de ahora sí lo quemo, pobre infeliz. Yo camino entre rosas más que espinas. Y recibo el diploma del recuerdo. Y los discos a lágrima lenta por las mejillas. Ahora sí los quiebro o los vendo para que salgan a remate. Máscara ante el odio y la vanidad. Cisne o garza animales de la gracia y el desvelo. Cuando en la noche. Sé de cierto que suceden los milagros.

Aquí estoy (2)

Aquí estoy. Vacuno, rumio palabras. Aquí donde Sabina sigue levantando miradas con los versos y esa voz de arena con petróleo. Aquí donde Silvio se aparece cada hora puntual en la llegada con su tonada que me sabe a humedad de San Antonio de los Baños, la adolescencia. Aquí donde el canto de los pájaros quieren ofrecer en la promesa del mejor destino. Y tiran dardos a matar. Y tiran balas de goma para alas de Cupido. Aquí donde los discursos son flores y espinas y la mentira se cotisa en la bolsa de valores. Aquí donde el llanto es un salario que alcanza solo para aire en mezcla de aserrín sin pan. Aquí estoy en la esquina a la espera de esos veinte años que siguen siendo nada. Aquí con el tango de la esquina por pan duro. Aquí donde florecen amapolas en los poemas del vecino. Tanto por ciento la ganancia en palabras. Cero. Mercado de cables y subterfugios cibernéticos. Aquí estamos caricaturas de otros tiempos en este, lanzando una señal de humo para ver si desde la luna ojos me recue

Aquí estoy

Aquí estoy, en los puntos suspensivos, escribiendo carta nada para nadie. Estoy en el icberg sumergido y en la hoja por el otoño desprendida. Aquí, donde ni ángeles ni demonios hablan lenguajes de sirena, caminan mentiras como si fueran calles de promesas vacuas. Aquí donde el polvo es polvo y el oro es oro, valores entendidos, palabras cimentadas en la dicha sugerida, esbozada. Mostrar el cobre es enunciar lo que no se es, hasta que queda carne desnuda en el trayecto, víceras, solo, honrar la muerte, el cinismo, el cálculo, no la vida. Aquí estoy donde  libros eternos como sueños a mi alrededor descansan lo justo y reclaman el olvido. Estoy con planos para salir del laberinto sin salida. Ayer caminé y pasé frente al hotel Aurora. Recordé el suicidio de Manuel Barbosa en el 85, joven de 25 años, escritor en ciernes, vamos Marx escribió en el espejo con tinta de su sangre. Y de allí me fui a una taquería tradicional de Peredo, ya no saben tan bien esos tacos. Y luego tomé un café oro ar

Ven ahora

Ven ahora. Es el presente donde andamos, donde navegamos y soñamos. Hemos dejado atrás por fin  lo que fuimos. De esa nostalgia perenne al parecer como costra, como lastre. Y el presente es el imperativo como grito de vida. Anda, vamos. Es ahora o ahora. Ya no es la referencia aquella esquina, aquel baile, libro o disco. Estuvo bien, claro. Vinieron los poemas del ganso, pato o cisne. Vino el poema a la garza divina. Y todo no fue más que artificio como fuegos artificiales de feria que se lanzan, de colores. Fue a ti, a otra, otras. Fui yo, como otro u otros. Las palabras y poemas son de todos. Es patrimonio de todos. Ven ahora. No eres exactamente tú, ni alguien en específico. Es a la felicidad o soledad. O viento huracanado. A quien llamo. Las hojas caen, otoño. Vendrá la primavera en su ciclo. Donde otros, otras, sigan en lo mismo, con ese guiño,  esa risa de bienvenida. Ese toco toc que hoy es lunes. Vendrán otros. Donde ya no estemos. El ahora es constancia de que el tiempo es un

Es cierto

Es cierto que he perdido el tiempo en el pozo. Que lo he perdido en esa manera de combinar palabras. El pozo de agua es la metáfora de lo húmedo. Y aquí estamos todos. Nadie escapa. Pero el tiempo mide en escala de generaciones su paso firme e implacable. Y es cierto que significan lo mismo el olvido que el recuerdo. Por eso se cruzan las ideas que son espadas y otras veces  espigas de trigo. Es cierto que el higo y el durazno significan mucho en mi gusto, lo es. Sé que todo fruto inicia  como piel y flor. He recorrido caminos donde caigo y me levanto.  Y es cierto que dan ganas de salir del movimiento. y pasar a lo estático. Desde allí mirar la danza y el lanzamiento de palabras al oído. A veces me hablan de la sol soledad que no conozco. Siempre a mi lado o bien personas o bien fantasmas. Duendes, hadas, brujas. Y los silencios son compañía metafórica de la muerte. Allí estás en el camino ante la incertidumbre.  Las palabras pueden ser mitos, no mentiras. Sucesos del ayer que ni recu

Tenemos monedas (2)

Tenemos monedas que compran talentos. Tenemos estampas de luna y de sol. Tenemos las cartas que nunca mandamos. Y las cartas de juego para adivinar mejor. Tenemos historias del cuento del cisne. Y películas cursi de mucha emoción. Tenemos besos aplazados. Y rezos cautivos para la oquedad. Tenemos teléfonos que nos acercan. Y miradas olvidadas para el nunca jamás. Tenemos libros como municiones. Ideas que parecen no tener lugar. Tenemos certificados de buena conducta. Y permisos sin acta para naufragar. Tenemos siquiatras y sicólogos. Y bomberos que concentran historias de nubes y fuegos. Tenemos artistas que están muy locos. Y amigos cuerdos que intentan acción. Tenemos manicuras que saben su oficio. Y mariposas que tratan de llegar al sol. Tenemos I´caros y Sisifos. Y diablillos que juegan en el laboratorio. Y diosas que venden en el supermercado. Tenemos vacunas contra el aburrimeinto. Y vacunas para vivir cien años sin plan. Tenemos escribas que escriben discursos. Y tenemos cociner

Tenemos monedas

Tenemos monedas que cantan a Roma; tenemos Venecia para navegar; tenemos excusas para no mirarnos; y cantos solemnes que exigen acción. Tenemos el mapa que un día trazamos, seguros que nunca veríamos atrás. Tenemos boletos de viaje para irnos muy lejos; y boletos alternos para regresar. Tenemos los discos que un día escuchamos, tenemos los libros del nunca jamás, tenemos poemas que cantan amor. Tenemos la sal para curar las pieles. Tenemos miradas que exhiben al pez. Tenemos los ritos con los que empezamos, tenemos el acta de nunca volver. tenemos los ríos donde navegamos. tenemos la selva de sombra lunar. Tenemos espejos con especialidad. Tenemos duraznos, manzanas papayas. Iglesias y leyes, para sujetar. Tenemos canales, Sueños. Nubes. Infiernos de lodo. Y cereales de paz. tenemos anzuelos, y peces. Postales. Flautas de pan. Tenemos orquestas y tanquetas. Y fotografías para identificar. tenemos pastas dentales y pasarelas. La vida sigue su ritmo sin par. Tenemos lágrimas a mares, per

Felicidades a las madres

Este día mis felicidades a todas las madres. A todas. Las de la montaña y la rivera, las del desierto, las trabajadoras de la educación, las que transitan en los mercados, las de la cocina permanente, las que dictan cátedra, las que leen y escriben, las que no leen y escriben, las que costuran, ricas o pobres, sanas o enfermas, abuelas, tías que cuidaron, las que cuidan y curan enfermos, las que andan en campañas, las guerreras de siempre, las del día y la noche, las de las fábricas maquiladoras, las hilanderas, las estudiantes, las de conciencia, las de ciencia, las de la ciudad, periferia y del campo, las que siembran y levantan el fruto en el campo, las musicales, las obreras, las que interpretan canciones encendidas, las artistas, las que ya no están aquí (y ahora en el cielo), las que serán. De todos los colores y alturas, de todas las religiones, de todas las profesiones. Un abrazo, porque todas ellas en conjunto sostienen la sociedad. Ni más ni menos.

Un dato más

Mañana, en la historia del pasado, en la frágil memoria de las personas que tuvieron a bien conocerte, serás apenas un dato, una imagen, una fecha. A pesar de lo tanto o poco vivido o lo mediano vivido, a pesar de tus afanes y tribulaciones, mas todo eso que conlleva como angustias e ilusiones, seremos un dato. Thalía canta el próximo viernes, y no soy nada en la luz de tu mirada, y el qué será de ti.  Y ayer viernes siempre fue una posibilidad irresistible. Porque todo pasa, la gota de lluvia cae y se evapora. El suspiro va y vuelve. El viento golpea la ladera de montaña. La nube se renueva cada día, como el agúa del río que no es la misma en el instante. Nada y todo. Así va la vida. Seremos ayer un dato. Mañana es el dato de alguien, de algo. Vieja fotografía para el fuego: ¿y estos quiénes fueron abuela? Nadie, nada, todo. Unos tíos que soñaron ser la eternidad en el instante del tiempo que les tocó y nunca lo comprendieron. Un dato más, química de la fotografía. Mejores se veian en

Acuérdate de abril

Acuérdate de mi cuando necesites un discurso miel salobre y poético. O cuando el examen requiera visa de mercado y pueblo. Acuérdate cuando la aureola de ángel haya desaparecido y se requiera trinche de calor profundo. Cuando el disco siga girando y Aute y Serrat canten canciones al revés. Y signifiquen todo lo contrario. Acuérdate de abril cuando las hojas del otoño queden adheridas a los ojos. Acuérdate cuando el balance de la vida. Y el oro no signifique loro la honra de vida sea una expresión ingenua de la vida. Así dice el texto.

El horizonte

El horizonte Aquí estamos analizando rutas, configurando esferas, delimitando espacios. Soles y sales con luna de merengue. Sucede que las palabras brincan y rebotan en las paredes, tiramisú. Y Chaikovski con sus alegorías del sonido armónico. Y tocando la puerta a ver si sucede el milagro de nubes de colores y estrellas como luciérnagas. Ese sonido de matiz en voz viaja por canales subcutáneos y llega hasta el núcleo donde reside la fórmula para descifrar datos encriptados y subleva la sangre, la remite a velocidades justas de la especie. Cabalgamos ahora en la distancia galáctica del arriba abajo. Cómo gasto papeles. Ahora el Coronel ya tiene más elementos para esperar carta de quien escribe. Música como de casa de muñecas. Chaikovski.

Martirio

La distancia es martirio y los silencios. Bruma del hastío. Digo destino mío, y al instante reclama la fatalidad. Martirio el caminar sin ruta y la incertidumbre de lo que vendrá. Martirio cambiar valores de palabra sentida por el oro fatuo, fantoche, estrella en la crisis de valores. A costa de lo que sea. Los tiempos son otros. El gambusino buscaba paciente en el río hasta encontrar ese brillo especial. El minero en lo profundo de la mina. Y la tos de pulmón aterido. Muerte natural a los treinta años. El oro para el dueño de la mina sin respalda del trabajar. A cambio no. Otra vez será. Por lo tanto fluye minuto a minuto esa savia vital de las horas y la uva. Nuestros abuelos y padres, dirán nuestros hijos y nietos (si acaso), hicieron su parte. En honrar la vida de verdad. No transcurrir en el fingir, y el qué dirán. Pero el concepto tiempo. Todos los tiempos en este instante. Ahora a comer tortilla salida apenas del comal. Sonría. Ahora a conocer de frente lo que vendrá al paso de

Listo

Listo. Apenas racién la tarta de manzana y los higos. Apenas ayer recordé capirotada. Y el calor llegó a su punto cuando menos lo esperaba. La paz de su sonrisa al recuerdo de mi madre. Y en semana santa las tortas de camarón. A la memoria se añade charla interminable. A eso me refiero. Las palabras al aire y los cuentos de siempre empezar. La vida no se acaba con el cuento del hombre entre los tigres o leones. El domador sabe dónde tocar botón para el renacimiento. Y el bótox es la histeria de los tiempos. Y el botar la pelota de manera exacta permite encontrar el punto del enceste. Y el votar es un ejercicio apenas, de decir: yo pido la palabra ante el silencio de la bruma. La rutina son formas repetidas para el aprendizaje. Y mirar al cielo es bueno, aunque nunca deba usted escupir. Ni decir que de esa agua no he de beber. Ahora la jornada es leve con el conjunto de sonrisas. Y sigue el canto de los pájaros alegrando las mañanas. Ayer hoy y mañana también.

Bonita la tarde

A punto de anochecer, bonita la tarde. Con ese sol radiante en despedida. Y la bruma del calor. Y la sonrisa a la distancia. Y las palabras dichas o calladas. Bonita la tarde para convocar los dioses, los duendes y las hadas. Para caminar por el sendero de las luces, y atrapar las sombras. Sucede a veces que me escondo. Y juego a aquedar oculto mientras tanto suceden cosas. Y luego saco la cabeza solo para reírme de todo lo que sucede. El espejo nunca miente en la crisis por las compras. Por el despido de los días. Por el sí y el no. Por la incertidumbre. Por las certezas. Por las dudas con respuestas varias. Ahora me repliego por los tantos puntos que faltan a las íes. Es entonces que me apunto para pasar una mejor noche en sueños. Y prepararme para despertar al nuevo día pleno, alegre, suspendido en el aire por las hadas. ¿No escuchan el canto de sirenas?  Esperadme. Ahora vuelvo. Está instalada ya la noche. Y escucho que tocan a la puerta. Pase usted.

A todo el personal

A todo el personal: no se lo tome tan a pecho. Las prisas bien por el camino. Las heridas, fatal. La risa nunca olvide. Trate de hacerlo mejor. Sí, no piense mal. Arriba o abajo, en la jerarquía. Lo importante es el deslumbre del ser. El tiempo pasa. Pasará. Un día seremos polvo, ya sé. Sépalo usted. Escriba al día una palabra o dos. O mil. La cantidad no importa, al final. Lo importante es que venga de pronto la sonrisa. Y quede esa satisfacción a flor de piel. Vaya al mercado y cuente lo que no necesita. Vidriería. Olores. Pan.  Y llegue usted puntual. Tome lo que necesite, no más. Aquí estaremos hoy. Creo, mañana también. Espere. Es personal. A todo el personal. Susurre al agua. Tenga a mano el pan. Un cuchillo por si acaso. Madera. Toque madera. Y siga feliz en la ruta mejor. No olvide un libro. Y aquellas palabras. Toda palabra es responsabilidad. Siga escribiendo su historia personal con flores de verdad.

Cauterizar conciencia

Aquí estamos, tiempo detenido, sombras deseadas, alumbre del fuego, rostros de humedad. Aquí estamos mirando pasar el concepto tiempo, aún pensando en qué dirán. Y  ríos humanos por aceras pasan con prisa y tribulaciones mil. Y hay quienes, serenos, se detienen a mirar la flor, a echarse clavados de la nube. Y hay quienes adustos escombran soledades y angustias. Un juez ciego toma la Ley en sus manos. Y pone poemas para equilibrio de la balanza. ¿Dónde va la línea del bien y del mal? Una voz en el fondo te dice, vas bien, vas mal. pero la palabra adelante no se alcanza a escuchar. Yo navego entre dos ríos que de la montaña vienen cantando rumbo al mar. Hay golpe de las piedras que los ríos arrastran. Y el ruido se escucha fenomenal.Conciencia cauterizada, si no hay datos más para decidir. O me parece igual. (borrador)

Acuérdate de mí

Acuérdate de mí cuando suceda el calor perenne de los días, y necesites brisa fresca para retrasar el olvido. Cuando requieras dulce para tu café. Cuando necesites copia del examen porque respuestas no las encuentres en ti. Cuando el alfarero necesite una modelo y te resistas a causa del pasado. Y las hormigas transiten por tu piel. Acuérdate de abril y si es noviembre sin ti sonríe. Yo escribo a veces por entretenerme. Y resuelvo crucigramas nomás por no dejar. Acuérdate del himno que cantamos del país donde solo tú y yo. Acuérdate de mí al cerrar la puerta de tu cuarto. Y hojees revistas o enciendas la televisión. Cuando la hoja blanca te incite a escribir esa carta que abandonaste a la mitad. Acuérdate que el tiempo pasa, y otro enero se escribe ya en tu piel. Otro verano viene y otro diciembre también. Acuérdate del frío en las madrugadas y de la señora soledad, que muerden el alma y sientas ganas de llorar. Acuérdate del polvo, de la hoja seca, de la hiedra y del ruiseñor que en j

Se encuentran

Se encuentran constancia y puntualidad, en el camino del pan. El destino los une, siempre con tierno afán. Ambas se saben mirar. Razón está demás, que son constantes y puntuales para arribar a un lugar especial. Al parque, a la escuela, o al salón de la vida para  bailar un vals. Han de saber que el pan es su alimento natural. Pan con café, es algo especial. Constancia viene de lejos. Un sonoro martillar, para lograr lo que quiere. Por ahora en el caminar con calor  sudar. Sur dice la brújula, aunque el Norte, le sea lo natural. Y puntualidad logra su objetivo de siempre estar. Llega usted a tiempo. Gracias, no se vaya a molestar. Constancia sabe su sino al igual que  puntualidad. Ambas son necesarias. Aunque si no se juntan les es normal. Cada quien su ruta fija. Cada quien su inmensidad. Mientras al paso de los días, saborean su pan. Y el café con leche, que les sabe a bienestar.

Café de lunes

Café de lunes como cualquier día. Y escribir para traer un pan.  De eso se trata la vida. De no solo decir hoy puede ser un día. Sino de vivirlo en cada instante. Este por ejemplo. Un café para la dicha. Un oloroso y aromático café. Mientras amanece y los pájaros. La radio, del vecino, ya en funciones. Y los pájaros. Crepúsculo. Amanecer y saber que la vida es bella, porque uno encuentra la belleza, en un lugar cualquiera, sin prejuicio ni paradigma fijo. Aparece como magia un pan. Concha. Bisquet.  Son dos. Y el café. Anoche un sueño pleno. Donde lluvia suave. Y abrazos. Amigos. Madre. Amigas. padre. Familia. Y los hermanos. Sueño de volar al tiempo. Imaginar que todo es posible en la vida. esta. Plena. Glamurosa.  Las palabras con un toc toc correspondiente. El canto y vuelo de los pájaros. Deber ser. Bienvenido al lunes, café ligado al  martes.

La divina garza

Para Enrique González Martínez Aflora su rosa sensual ante los hechos. Se aloja en el aire en el vuelo y baja cada noche a dormir los sueños. Los justos sueños. Meditabunda busca los porqué de incertidumbre. Cenicienta con hada. Y se tranquiliza al saber que las plumas valen como si fueran las mismas alas. Y lo divino no se pierde en el pantano aún en el peor momento. Irradia la luz. La garza divina está lista para el sueño malabar. La divina garza busca el p oema en el ojal del botón. Y en el canto del ruiseñor. Sí. También en el crepúsculo. El día transcurre en mayo o noviembre. Para decir salud con el agua transparente. La divina garza mira el espejo y este le responde como a todos en automático pothoshop. Algarabía de los dientes blancos como propaganda de pasta dental. En el poniente o Sur. El libro. La vela. De auto grande a pequeño, luego bicicleta o autobús. El helado. Son temas para dilucidar en las tardes de ocio. A la divina garza, poesía de la grácil belleza, con palabras

Nadie

Nadie en la mina. Ni en el campo. Solo cuerpos, solo manos y una credencial de identificación, a veces. Y en el burdel solo mujeres gráciles con propuestas del hastío, su trabajo de amor de noche a cambio de monedas. Y mujeres gráciles también pasan bocadillos de marca en los aviones. En la iglesia como fantasmas pasan la canasta para el óbolo. En los baños públicos en silencio y la mirada baja te ofrecen el papel. Y en los autohoteles, sigilosos, preventivos, el prese rvativo. Limpian acuciosos e irreverentes tus vidrios en el crucero. Y das dos centavos. O uno. A nadie. En la fábrica, en las celdas, en los pasillos de palacio, nadie. Y en las guerras los nadie aportan la sangre y los huesos. En las noticias nadie con cicatrices y encadenada por años. Terremoto con saldo de seis mil nadie. En las camas de hospitales, nadie. En los soñadores y esperanzados votantes nadie ante las urnas. En las cocinas nadie. Desenredando los hilos. Destapando los drenajes. Nadie. Cuarenta mil nadie des

Esta señal de humo que ahora lees en sueños

Esta señal de humo que ahora lees en sueños. Este reloj sin manecillas en el mar. Esta marea que me llega a la cintura. Este pez que no se deja atrapar. Este borrador para olvidar los besos de cereza. Esta carnada de brillo al por mayor. Este amor que fue sin oro por cambiar. A cambio de otro lugar que brilla más. Este rubor ausente en tus mejillas. Este ladrar a la luna que nunca he de olvidar. Ese libro que guardas en el baúl de los anhelos. Este ambiente esquivo de la noc he por esquivar. Esta soledad con jugo de limón en el olvido. Esta basura que entra en los ojos sauce llorón. Esta saciedad que nadie va a saciar. Este olvido del recuerdo por las noches sin emoción. Este amor que se construye con el hielo. Este dominio que reconoces bien. Este bajar la cabeza por el modo. Esta noticia del qué es ser yo. Esa canción que tienes olvidada. Ese triunfo en el melodrama de la vida. Ese poema que tratas de recordar. este engaño que es sin engañar. Ese anuncio inesperado de otra estrella c

La nada

Un pretexto es la palabra nada, todo o ninguno. La nada es lo perfecto. Va ahí el concepto del tiempo y la vida. La nada, como un concepto de vacío, donde van las claves del cosmos y el consumo. Nada es la sensación de perderse en uno mismo. El no tener en qué asirse. Es el teorema del caos en el todas partes y ninguna. Por eso ahora estamos en debate nuevamente. A ver si ahora la nada se impone nuevamente. Somos nada dijo el borrachito frente al ataúd de un desconocido.  Se impone en el silencio, el griterío del ruido de todos juntos o ninguno. Somos precisamente nada porque lo somos siempre todo. Aún en las ausencias y las llamadas nocturnas para humedecer el destino..

Lo nuestro duró

Lo nuestro duró precisamente lo acordado en esa noche del debate sobre la luna y los puercos. Habíamos recorrido los sentidos y el estado del tiempo. E iniciamos la ruta de la buena fruta. Y eran guayabas y melocotones. Por ahora de dieta nada de melones o toronjas. Y el nutriólogo definía. E iniciamos el camino del olvido. Palabras corteses. Historias inconclusas y sin nombres. Solo destellos fugaces de lo que fue y nunca más. Lo nuestro estaba sujeto sin sujetadores. Y fue transparente hasta con letreros de auto. A ciencia cierta reflectores, alguna nota del periódico. Y en la radio el Sabina con Lo nuestro duró. Y a coro sin beber ningún trago. Enfilamos a decirnos adiós con sello en papel pautado por última vez. Y dibujamos recuerdos de memoria en esas canciones del hastío. Y el dolor de no  mirarnos nunca más a la cara. Con catorces de febrero y cumpleaños truncos. Duró el tiempo necesario para el aprender que la vida sigue sin retorno. Y en buen momento para el anzuelo con carnad

Apuntes del rencoroso (en memoria a J.J. Arreola)

La paz que no conozco, maldigo, así como a  la espina bendigo y no a la flor, a la que asimismo odio. Rencor hacia la lluvia, esa humedad malsana que me circunda sin nadie cerca. Y rencor por los besos dados y acodados al olvido. Rencor a la mano que me absuelve en el trabajo. Rencor por los besos que nunca más vendrán. Escupo al destino. Rencor por la malva y selva. Por los callejones de lo oscuro, donde la vida se pierde. Rencor por la sangre derramada, por las lápidas con nombre, porque alguien puso atención en el detalle. Rencor por los pájaros que cantan, y por el libro ese que me dictan desde lejos. Rencor al odio que me alimenta como vidrio. Rencor al pescador que la pescó con la carnada de la fama.  Rencor a la cicatriz que viene desde el sueño. Rencor a la moneda por la que han muerto tantos. Rencor al pacifista por mostrar el sueño de la espera. Rencor al odio, a la esquina, a la alquimia, al agua turbia y transparente. Rencor al amor interesado. Tanto amor que tengo invertid

Por no tener fotos infantiles

Cuántas oportunidades de trabajo perdí por no tener fotos infantiles. Siempre entre los requisitos entre acta de nacimiento, cartilla de vacunas y constancias de estudio, pedían cuatro fotos infantiles. Y yo a mi madre: ¿por eso no tengo trabajo, porque nunca procuraste me tomaran fotos cuando niño? ¡Ay, madre mía!

Fotos infantiles

El 30 pasado miré tantas fotos del baúl donde los adultos que tienen fotos de cuando eran niños las publicaron. Constancia de que de niños todos fuero bellos. Muchos lo siguen siendo ahora en la edad adulta. No todos. No todos. ¿Qué os ha pasado en la vida, hijos míos? Júzgueme Dios por lo que escribo. La risa viene suave este sábado, gran día.

Mi corazón

Mi corazón no es un gitano. En todo caso es una brújula, no veleta. No están mal los corazones veleta, cada quien a lo suyo. El mío es una brújula. Y cada vez que lo utilizo, aparte de ese bombeo que me sostiene, víscera querida, adorada, apreciada, justificada, radiante, me señala rumbos entre los puntos cardinales. He andado en el Norte, Sur, y el Este, como no recordar el Este, el Golfo. Y a veces me lleva al poniente y puntos intermedios como lo indica la Rosa de los vientos. Mi corazón es brújula, instrumento de navegación. Lo utilizo para navegar aéreo o terrestre. Aéreo ando entre nubes, estrellas, alturas y de pronto me deja caer en gravedad libre. Y terrestre me atoro entre piedras, espinas, flores y canto de los pájaros. Trago polvo cuando menos me lo espero. me reconozco en el polvo y cavo mi tumba. Pero aéreo es cuando río intenso y salobre en la memoria, salobre por sabor y brisa mar, y vuelo en metáforas traducidas en besos y caricias. Anoche por ejemplo soñé en esto de l

Un pan

A diario mi pan. Me basta. Agua. Transparente.  Me basta. Aire, sin más. Una sombra o sol de camino. Miradas hacia la luna y la flor. Un libro. Hojas secas. Café. Motivo para la risa. La garganta para la voz. La mano para todas las posibilidades. Un camino donde no hay camino. Una canción que active mi memoria. A diario mi pan. Este, compartido. Ah y la flor. Tu flor. Lo mismo que tu pan. Polvo somos, solo, solos. A veces brotan palabras de los árboles. Y cae la lluvia. Este sábado humedad viene con la lluvia.