Salve

Salve dicha del retorno, del eterno retorno, ave al vuelo, garza en freno. Incertidumbre de los días, caracolas del mar abierto. Salve el tiempo en sus horas diminutas, por la alegría de las palabras de fiesta. Por esos diminutos arcángeles al vuelo, que hacen maravillas. Por la visita de ayer, hoy y mañana, que estamos ciertos, la vida es en presente. Salve la tarjeta roja, la campana, la nota efímera. Todo es el cuento. Nubes, lluvia. Caminar con cara al frente, porque no hay de otra por ahora. Salve el paraíso encontrado y el paraíso perdido.  Porque agotamos en el salve cada nombre con su manera única de guiñar el ojo, para señal de aquí estoy ahora. Salve tu nombre y el de la distancia que me nombra en los puntos cardinales sin Rosa de los vientos. Cantos nocturnos sosegados al delirio. Cantos diurnos de luces multicolores. Acaso salve la vida en el diluvio, de la tanta humedad predecida, dicha, nombrada. Salve. Oh.

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