Bonita la tarde

A punto de anochecer, bonita la tarde. Con ese sol radiante en despedida. Y la bruma del calor. Y la sonrisa a la distancia. Y las palabras dichas o calladas. Bonita la tarde para convocar los dioses, los duendes y las hadas. Para caminar por el sendero de las luces, y atrapar las sombras. Sucede a veces que me escondo. Y juego a aquedar oculto mientras tanto suceden cosas. Y luego saco la cabeza solo para reírme de todo lo que sucede. El espejo nunca miente en la crisis por las compras. Por el despido de los días. Por el sí y el no. Por la incertidumbre. Por las certezas. Por las dudas con respuestas varias. Ahora me repliego por los tantos puntos que faltan a las íes. Es entonces que me apunto para pasar una mejor noche en sueños. Y prepararme para despertar al nuevo día pleno, alegre, suspendido en el aire por las hadas. ¿No escuchan el canto de sirenas?  Esperadme. Ahora vuelvo. Está instalada ya la noche. Y escucho que tocan a la puerta. Pase usted.

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