Por la primera vez del diluvio

Por la primera vez del diluvio, cuando las aguas torrenciales. Cuando huimos a la isla para reencontrarnos. Eramos uno mismo y la distancia marcó la diferencia. Por la primera vez de ese beso terroso, heno en almíbar. Por esa primera vez cuando las palabras eran derivadas de vocales. Por esa vez cuando a la sombra del árbol primigenio, discutimos de valores, y de honrar la vida, como un himno. Por eso escribo palabras para dejar huella del tiempo. No dudo de las buenas intenciones. Ni de las atenciones llamados ditirambos. Escríbelo de nuevo, Sam. Cartas al aire, al mar, cartas al fuego para purificar los guiños en el desierto. Buscabas oro, mas no lo definías, como valor precioso, el canto de los gambusinos en California. Por esa primera vez cuando cruzamos palabras, como sonidos guturales, cruzamos abrazos como hierro caliente. Por esa primera vez canto y entono el himno de la vida. Toco a puerta donde no hay puerta. Ni pared. Nada.

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