Días de lluvia

Hoy también, la lluvia. Inmanente y refleja. Lenta. Como a la espera de un bautismo natural. Para adelantar la explicación del origen. Para unirla al polvo del origen. Donde estemos y donde estaremos. A pesar de aferrarnos con uñas a las grietas del tiempo. A pesar de las maromas en el espacio de los átomos. La lluvia se cuela entre paredes. Abre sus espacios. reconoce sus caminos forjados a través del tiempo. Ni bardas al viento. Ni diques al agua. Fluye generosa y radiante. Ya en calma refleja el cosmos y al tigre que se asoma. Porque su fórmula es la clave de la historia del tiempo. De martes el café. Y llueve. El gris es un manto general que anticipa la luz del sol. Y es motivo de fiesta. Un café con pan, mientras tanto. Y seguir con Debussy y Rachmaninov. Un vecino grita festivo bajo la lluvia: cámbiale. ¡Y pon noches de cumbia, coño! Llueve y cumbia. Mas las sonrisas y palabras de amistad.

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