La niña buena
La linda niña buena, vestida como muñeca antigua, sabe nadar. Con esa realeza para los juegos infantiles. La niña como ángel guardián. Ojos de agua. Con esa inocencia translúcida. Inerte en su mirada Tendrá un año de edad, cuando mucho. Y se sumerge en el agua como si nada. Y así anduvo por varias partes del sueño. Feliz y contenta. Cuando de pronto, por las corrientes internas, desaparece. La arrastran fuera de mi vista y entonces sí, la desesperación en la búsqueda. De allí a buscarla con grandísima desesperación, presagiando lo más grave. Hasta que luego de varias horas, un niño de doce años, la rescata a punto de ahogarse. Estaba enredada entre unas redes de pesca. Hemos aprendido juntos en el sueño de la vida.
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