Para Dolores del Río

En fin que desvarío, Dolores del Río, por escribirte a tantos años. La vida es un vuelco en todas partes. y entre el polvo reconozco tu belleza. Tan natural que era, como del cine fuiste. Y te impusiste en aquel lado de la frontera. Donde estés ahora, es algo que importa, pues recorro carteleras para encontrarte en un cine. Y a veces en cines viejos quedan carteles de antaño, y encuentro uno, y al verte me hacen daño, de saberte lejana y ufana, en ese limbo alcanzado al irte. Aquí se te sigue queriendo, con el aplauso permanente. Como en ave del Paraíso. O como Estrella de fuego. O volando hacia Río. En todas partes te miro, aunque jamás estés presente. El rostro no fue nunca tuyo. Pero bien hiciste tu parte, en el cine de arte. Por eso siempre te admiro. Y te platico que anduve en Durango. Donde de ti están orgullosos. Pero mira bien, Dolores, no me causes más tu nombre, que por ahora río. Y me estremezco al pensarte. Sueño al recordarte. Que si alguna vez te miro. Exhalaré un suspiro. Y no dudaré en besarte. En sueños, aclarado todo. Quedo en ti, Dolores del Río.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam