Ya ves

La vida dónde. Cuándo. Para qué. Ya ves. Ahora que escribo es medianoche del domingo. Vamos ya a otro día. Y queda tanto por recordar del domingo que ya no es más. Un viaje al centro. Montañas y valles. Palabras. Más palabras. Y sonrisas. Y canciones, por supuesto. Esas que son itinerario personal. Y siguen moviendo nuestro interior en la nostalgia de futuro. Domingo deja un saldo. Ha muerto René Avilés. Moriremos todos a cada tiempo correspondiente. Sin vísperas. Por eso, el deber nuestro de sorber la savia de la vida. Porque es imprescindible. Como darle sentido a la existencia. Desterrad la rutina y el encono. Los reclamos del por qué, dónde, cuándo, quién, qué. Porque al final de cuentas desde generaciones son las mismas preguntas. Mas no en esa miopía de la propiedad privada. Para la libertad. precisamente. Preguntas de generaciones. Sin respuestas únicas. Solo especulación. Filosofamos. Es decir. La charla entre risas sobre canciones. Escúchala. De nuevo. Es curioso eso del destino. Gravitación universal. La manzana.

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