No hay derrotas

Hay caídas. Sí. Como pretexto para elevarte de nuevo. Si hay libro, no hay derrota. El suspiro es un triunfo. Y el arte en general. Si hay siembra y esperanza. Si hay viento para velero. Aún con vela rota. No hay derrota. Si hay música, cómo pensar en derrotas. Sí, claro, a veces las circunstancias nos acomoda en situaciones donde la etiqueta es la derrota. Y parece que se levanta un muro entre los que triunfan y los que no. O el discurso alaba al que sale triunfador. Es entonces que urge acudir al teatro. A las lecciones del pasado. A la historia del cambio. Y es posible sin manual transformar la derrota en escalón de ascenso. No hay derrotas si tienes amigos. Si logras levantar la voz erguido para pronunciar nuevas palabras. El mensaje firme, de que las cosas irán bien. Lo triste del que pierde es abatirse. Y tirar piedras a diestra y diestra, incluyendo siniestra. Y salir con capa caída y mirada oscura. No hay derrotas mientras se vive. Mientras se suspira. Concediendo. La derrota no es por siempre. Hoy fue un buen día. Buenas noches.

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