De paso

De paso por el camino y por el río donde sus aguas nunca son las mismas. De paso por la ciudad en mil estrellas. Sonrisas y guiños. Nada quiero para mí. Solo saberme ligero de equipaje. Si hay un libro, solo uno, para llevar para esos tiempos de la bruma soledad. Tendría que decidirme entre veinte. De paso por tu mirada con el guiño. Nada tengo de muebles o ropaje. Apenas la sensación de desvarío. De paso entre los brazos de mi madre a quien busco entre las nubes blancas con su sonrisa de ángel. Entre las piedras. De paso. Una espuma lozana como rosa. En el jardín de fruta y flor, de paso. Colibríes para miel. Su aleteo les sostiene en el universo.  Dónde está la carga de las tantas cosas. Las que hemos adquirido con el sudor de la frente. Nada necesito, respondió franco el monje. Estoy de paso también. De paso entre el inicio y el fin. Entre el paréntesis que se abre y cierra.

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