Has pausas

 1

De vez en cuando has pausas en tu vida. En todos y todo es necesario. Si de pronto todo te parece una vorágine sin sentido. Si sientes que todo lo que haces va cayendo en el pozo de la rutina. Si todo te parece igual. Si lo mismo te da sea día lluvioso, de calor, nublado. Entonces es necesario hacer una pausa.

2

No que sea receta de médico insensible. Es probable que no la necesites. O pienses que no la necesites. Aún convencido, revisa lo que haces, y lo que quieres hacer. Si hay mucha diferencia en eso. O si todo lo que haces va dentro de lo que siempre soñaste en hacer.

3

No se trata de siempre andar por la nubes. Ni tampoco andar solo con metas prácticas y convenencieras. Tampoco de siempre andar soñando o siempre en vigilia. A eso me refiero de hacer una pausa. Y dedicarle algunos minutos o días en reflexionar si lo que hacemos son repeticiones rutinarias. O si tenemos pretextos para justificar los sueños pequeños o grandes. 

4

De vez en cuando hay que morirse para vivir. De vez en cuando hay que dejar el libro que repite como loro lo ya antes dicho. Si la novela rosa de la vida solo te da para escribir sobre puentes y tigres. Si escribes algo que llamas poema por rutina de 8 a 10 de la mañana. Y más si por la tarde solo grises pintan las paredes de tu cuerpo. Recuerda que para ello hay pinturas para lo exterior e interior.

5

En la pausa redefine. Si lo sencillo y simple habías ignorado. Si la vanidad era tu filosofía. Y la humildad la pasaste a una tercera o cuarta categoría. Es hora de tomar la bandera de los corazones. La que levanta el ánimo aún en las peores circunstancias. No todo está echado a perder. Y todo lo pasado fue afilando la perspectiva de la vida, la mirada sobretodo. Un pájaro no solo es la mirada posada en un árbol o el canto de las mil voces. Es una realidad de alguien que mira y percibe lo que sucede alrededor, como tú y yo.

6

Hay quienes escriben sobre la luna sin verla y de la lluvia sin salir afuera. Lo hacen desde la cómoda sala de su casa. Como si fueran cadenas que lo atan al comedero. Mas todo queda evidente de falso. Es más, sin que se escriba sobre luna o lluvia, lo verdaderamente loable es verla, en el caso de la lluvia. Y en caso de la lluvia, mojarse hasta los huesos y sentir la vibración del cosmos.

7

El hacer alto no es el acabose. El hacer pausa no es morirse y tirar todo por la borda. Es hilar fino las palabras que brotan del caminar, del amar y del volar literalmente. Pongo un ejemplo sobre la felicidad, si no es esa. Miro por las tardes a un hombre con sus hijos que bajan el fruto de un árbol de pocos metros. Al no alcanzarlos busca una herramienta primitiva y lo logra. Sus hijos están allí y lo aprenden. Y si no pueden, entonces buscan una caja de madera para subirse y recolectar el fruto con facilidad.

8

La pausa permite respirar con mayor contenido y profundidad. La pausa es necesaria porque te saca de las prisas. Porque nada es tan necesario para la existencia misma como pensar en lo deseable, anhelaba y posible. Y nunca hacer concesiones. Salvo que en tu interior logres encontrar el equivalente en oro, y sean salmos y salmones. Imaginarios, sí. Pero que te hagan mirar lo transparente. Como nuestras almas.

9

Cierto iniciamos la vida sin manual de usuario. Y a tropicones hemos ido viviendo el día a día. Con aprendizajes con base en la experiencia. Y cierto también que cuando más o menos sentimos que algo ya sabemos. Y que la experiencia la adquirimos ya cuando nos queda menos tiempo. Entonces seguir con prisas, inmersos en la vorágine, no es vivir realmente la vida.

10

El peine de la experiencia no nos sirve mucho si nos hemos quedado sin cabello.  Por eso has el alto que te digo, me digo a mí mismo. 




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