Entre genios y fantasmas

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Hay casos así. De niños que a los 3 años tocan piano mejor que cualquier pianista adulto clásico. De personas adultas que hablan diez idiomas o más. De personas que dicen hablar con espíritus, con personas del más allá. Niños y niñas que a los diez años las universidades les acreditan una maestría o un doctorado.

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Lauren Simons es un niño belga que a los 11 años obtuvo su licenciatura en física, en una universidad de Amberes. "Laurent no es el primer niño en completar una hazaña así: en 1994, el estadounidense Michael Kearney se graduó con 10 años en la Universidad de Alabama del Sur, donde estudió Antropología y fue distinguido con el "World Guinness Record" al graduado universitario más joven", dice el diario Milenio.

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Cuanto aprendimos en los primeros años fue definitorio en nuestra vida. Gatear y caminar. Lenguaje y regionalismos. Manejar bicicleta. Nadar. Huir de la electricidad, las alturas y el agua profunda. Sin duda aprendimos a jugar y a sonreír. Aprendimos que tenemos vida y que hay muerte. En la niñez me toco ver morir a un gato sumergido en agua por el amigo de un primo. Teníamos tres o cuatro años. Seguro que la lista de aprendizajes puede ser mucho más grande y variada, según tiempo y circunstancia familiar de cada uno.

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Y a medida que pasó el tiempo aprendimos muchas cosas más. Sin asomarnos al conservador  Manual de Carreño, aprendimos a saludar, guiñar un ojo, a correr ante el peligro de la vara de mamá, a saludar o a contestar el saludo, a decir con permiso, por favor. Y a escribir y leer, que fue un parteaguas en nuestro aprendizaje.

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Todo ser vivo aprende. Y aventuro a decir que hasta las piedras aprenden. Y hay situaciones que son incomprensibles para el pensamiento humano, que no es el tema de hoy, pero que sí debemos tomar en cuenta si en nuestra casa o en cualquier lugar por donde andemos suceden situaciones que no comprendemos. Por ejemplo: hablar con fantasmas de personas fallecidas. Y no precisamente que sean sueños. 

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De niños en la escuela aprendimos que hay tres tiempos conocidos como pasado, presente y futuro. Y aprendimos que había tres reinos en la naturaleza, que son: reino animal, vegetal y mineral. Luego en el caso del tiempo nos torturaron de que había otros modos del tiempo, que son copretérito, antepretérito, y todas esas combinaciones en la conjugación de los verbos, que me dieron dolor de cabeza y que siempre saqué tachas en esas preguntas. Y en el caso de los reinos luego me enteré que existía también el reino monera, protista y el fungi. Esto debido a los cada vez nuevos descubrimientos en la naturaleza.

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También aprendimos que el cerebro se divide en dos hemisferios, y que el desarrollo de uno define el aprendizaje de las ciencias exactas, y el desarrollo del otro define las facilidades de la creatividad e imaginación. Así vemos a niños que aprenden fácilmente a tocar un instrumento o a mover su cuerpo con ritmo, mientras otros tenemos pies de plomo. Y quienes se aprenden rápidamente todo lo que tiene que ver con matemáticas, física y química. Yo apenas me pude aprender los elementos de la tabla periódica hasta el 25: hidrógeno, helio, litio, berilio, boro, carbono, hidrógeno, oxígeno, flúor, neón, etc. Y tengo un amigo que se aprendió todo el directorio telefónico, toca el piano y sabe ocho idiomas.

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Hoy hace viento, escucho el sonido batiente de una lona que tengo colgada. Mañana he de quitarla, para que no se rompa. La compré porque en esa parte que cubre un techo, toda la tarde da el sol, y se requiere sombra para esos días en que tenemos visitas a manera de fiesta contaren asada o a veces son grupo de estudio.

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En eso de los tiempos, es claro y lógico que existimos solo en el presente, pero que este es una fracción muy pequeña de tiempo, insignificante, porque inmediatamente ese instante es pasado. Y del futuro ni se diga. Es algo así como que el presente efímero es un enlace muy frágil entre el pasado y el futuro. Pero que sin ese enlace no existiríamos, a no ser que fuéramos seres del pasado o del futuro.

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Ahora bien. He aquí el punto: ¿existen seres del pasado y del futuro? Si existen, ¿por qué no los vemos todos? Y si no existen, ¿por qué algunas personas dicen verlos y comunicarse con ellos? Y todo esto más allá de las creencias ortodoxas. Y más allá de prejuicios. Si se dice que solo una parte muy pequeña del cerebro es la que utilizamos en su potencialidad, entonces quienes utilizan de manera natural un porcentaje mucho mayor, han de tener esas posibilidades de visión, que está limitada para los seres comunes como usted y como yo.

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Todo es un misterio. Hay quienes tienen una memoria asombrosa, que recuerdan con exactitud detalles de encuentros y temas de pláticas de hace más de cincuenta años. Y más aún, existe el concepto de "almas viejas", que son personas que dicen haber vivido tras vidas anteriores, y las recuerdan perfectamente. Cada muerte, quedan en libertad dichas almas, y encarnan en un nuevo ser. ¿A poco no es sorprendente encontrar a niños que platican cosas serias como si fueran adultos. O aprenden desde los tres años a tocar piano como Chopin, Bethoven y Lizt juntos.

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Y los niños que a los diez años terminaron una licenciatura, a los once terminaron una maestría, y las universidades norteamericanas los esperan con las puertas abiertas para becarlos y terminen un doctorado antes de que cumplan los doce años. Es sorprendente. Son genios. Son almas viejas.

Fotos de internet 

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