Te falta ver más "bax" 0 (más golpes da el hambre)

Te falta ver más "bax" 0 (más golpes da el hambre)

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A mí me gusta el box desde niño. Cada sábado a las 8 de la noche me iba a la tienda de Don Chano, frente a la secundaria, a media cuadra de mi casa, y entraba al espacio de adultos que miraban las peleas de box en un viejo y gordo televisor, mientras bebían cerveza o limonada. Por allí vi desfilar a los históricos boxeadores Rubén Olivares, Mantequilla Nápoles, Mohamad Alí, Ringo Bonavena, entre muchos otros. Luego ya a eso de los 13 años de mi edad por las tardes nos reuníamos en el callejón y nos poníamos los guantes de box entre parejas de la misma edad y peso.

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La pasión por el box me acompaña desde esa breve edad. Y también soy de los que me ponía los guantes y una de las peleas que recuerdo fue precisamente contra uno de los Gelines, hermanos bravos de nuestro barrio. Le decían El Pesado, y vaya que sentí sus golpes que me cimbraban, pero él no pudo superar mis golpes de jabs, ganchos y oper que le propinaba arriba y abajo. Me gustaba escuchar al público, unas cincuenta personas a nuestro alrededor. A veces pasaba la policía y se quedaban viendo la función gratuita.

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El Pesado Gelín tiraba golpes a lo loco, y de manera desordenada. Los golpes que atinaba me dolían a punto de tirar la toalla, pero poco a poco iba descubriendo la manera de eludir, aguantar con los brazos en perfecta guardia, y luego tirar golpes efectivos que lo cimbraban a él. Me acuerdo bien la última pelea. Duramos como cinco rounds. Y yo gané de manera evidente, porque él dijo "ya está bien, me voy porque me acordé que tengo algo que hacer", al momento que daba la vuelta ofreciendo los guantes a alguien para que se los quitaran. Por eso comprendo ahora las peleas de box en las olimpiadas.

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Uno de los deportes llamativos y tradicionales en las olimpiadas es el box. Donde dos personas -hasta ahora del mismo sexo- se tiran de golpes arriba de la cintura. Y este deporte ha sufrido muchos cambios en el trayecto de la celebración de esta fiesta deportiva. Hubo tiempos en los que solo se aceptaban boxeadores amateurs, y no a los profesionales, porque se daba por hecho que los países socialistas no tenían boxeadores profesionales, es decir que no viven de dar golpes. Y a diferencia del box profesional en los combates olímpicos siguen siendo de tres episodios (rounds). Una diferencia más era que solo se aceptaban peleas de varones. Y que estos utilizaban una almohadilla protectora en la cabeza. 

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Las peleas en los Juegos Olímpicos siguen durando tres episodios de tres minutos por uno de descanso. Ahora hay torneo de hombres y mujeres. Y si bien se dice que es un deporte bárbaro, también es cierto que otros actos de los hombres en la vida en general son más bárbaros. Y que este deporte ha sido la oportunidad para que los muchachos de barrios marginados tengan una ruta de control de sus ímpetus y además puedan ganar mucho dinero.

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Yo estoy seguro que el "Pesado" Gelín, que era de los chicos de ellos, hubiera tenido mejor destino si lo capta uno de esos  programas de encauzamiento a este tipo de deportes, y no que murió joven dentro de la violencia generalizada en esos barrios, lo mismo que el Gelín mayor, cuya vida anduvo siempre entre la violencia callejera, siendo a la vez víctima y victimario, y entraba y salía al penal, hasta que falleció dentro de esos sórdidos lugares.

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Estos días he visto varios peleas, en maratones televisivos de tres o cuatro horas Y he aprendido algo más. Por ejemplo el sistema de votación de los jueces. Y que son dos estilos muy diferentes de boxear: el olímpico y el profesional. El primero es elegante, muy técnico, casi artístico, perdón por esta comparación. el segundo es muy espectacular de tira y tira golpes. Muy entrón, podríamos decir.

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En el caso de la calificación de los jueces, estos asignan de inicio diez puntos en cada round a cada boxeador. Y solo pierden uno o dos puntos quienes no esquivan con gracia los golpes, y no se mueven con ritmo bello y no se desplazan con elegancia en el ring. Es decir no gana puntos el que tira más golpes, a menos que con estos tire al oponente. El tirar golpes sin ton ni son es muy vistoso, pero no te da puntos. Por eso es la confusión del espectador al final ver que pierde el que anduvo de bravucón desde el inicio al fin del combate. 

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En el sistema de calificación anterior eran los boxeadores de Kasajistan, Ubesquistán, Mongolia, Rusia y Cuba, quienes ganaban muchas medallas olímpicas. Tiraban golpes como máquinas la mayoría de ellos. No se arredraban para nada. Era temible para un boxeador que le tocará al inicio del torneo un boxeador de esos lugares, porque sabía que irremediable iba a ser eliminado. Uno de los más grandes boxeadores cubanos fue Teófilo Stevenson, tres veces campeón olímpico y varias veces campeón mundial de box amateur. Lo comparaban con Mohamad Alí, y muchos soñábamos con una pelea entre ellos. Uno representante del sistema capitalista y el otro del socialista. "Gratis", sí, dicen que dijo el gigante cubano. "Gratis no", dicen que dijeron los del equipo de Mohamad Alí.

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Ahora ganan las peleas en las competiciones olímpicas quienes tiran golpes como boxeadores inteligentes, esquivan con éxito los golpes que les tiran y se mueven en el ring con una cadencia artística (perdón por este calificativo, con ritmo y elegancia. Es bella esta manera de pelear, aunque el espectáculo del boxeador fijador, ese que no da un paso atrás y tira y tira golpes es el que deja más impresionado al espectador como yo, cuyo morbo ancestral quiere ver no precisamente sangre, pero sí golpes. Y que en cuestiones de "profesionalismo" que es el que más vende, genera mucho más dinero como espectáculo y las grandes empresas de cerveza pagan mucha publicidad.

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"¿Y porqué no fue el Canelo Álvarez a los Juegos Olímpicos?", me preguntan mis amigos vecinos. Y busco la respuesta. Y la encuentro. Una porque no ganan nada en lo económico y tampoco tienen asegurada una medalla. Tienen mucho que perder. Imaginemos que un muchacho de algún país lejano y desconocido les gane, se les cae el espectáculo en sus negocios profesionales. Aunque me encantó la respuesta de El Canelo: "Me sentiría mal estar en el podium" con la medalla de oro, y saber que le rompí el sueño de triunfo a muchos muchachos entusiastas derrotados en el camino".  

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No es tan así. Y doy un ejemplo. La boxeadora francesa, campeona mundial, fue eliminada en su primer pelea. Salió enojada porque consideró injusta la decisión en su contra. Nadie le dijo que en el boxeo olímpico no gana el salvajismo (aunque el box es de naturaleza salvaje) de dañar al oponente, sino quien es un artista en el movimiento de su cuerpo, incluyendo los puños. Gana el que rehuye el combate y en retirada suelta algunos golpes efectivos que cimbran al rival.

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Cada instante fotografiado de una pelea de box, parece una imagen moderna de los gladiadores griegos o romanos. Y que bien vale la pena esculpirla en piedra. Y lograr captar el rostro, y en él la mirada de un hombre o mujer que busca a través del box escapar a su destino de marginación y miseria. Aunque también es necesario metaforizar ese espectáculo y relacionarlo con la luhca personal en la vida contra todo: injusticias, ira, envidias, celos, miseria. Y que todo lo que enfrentamos es precisamente l metáfora del box en la vida, del cual debemos de salir avances con entrega, disciplina, decisión y sueños. Que como dijo el poeta en relación al espectáculo: más golpes da el hambre  


Fotos tomadas de la televisión y del internet.

*Me ayudas mucho si compartes este texto. Lo agradezco de antemano

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