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Mostrando entradas de noviembre, 2022

Los fusilamientos del 89 en Cuba

1 "Tú eres mi hermano, compañero Ochoa. Te has sacrificado por la Revolución, por la Patria. Tienes todo mi respeto y admiración. Pero la Revolución y la Patria una vez más requiere de tus servicios. Que te inculpes completamente. Y que nunca nos dijiste nada de lo que hacías de traficar coca. Ni a Raúl ni a mí. Que nosotros somos ajenos a eso. Se te darán unos cinco años, cuando mucho. Y te quedas con todo lo que tienes. Ten la plena seguridad. Y mi palabra de hombre, de hermano". Así le habría dicho Fidel Castro al general Arnaldo Ochoa, ya detenido y acusado de narcotráfico. Iba a ser sometido a juicio y era necesario asegurar su discreción. Cierto, era discreto. Como héroe tenía prestigio ante la población y entre los militares. En las pláticas de café y en familias, se platicaba de que a falta de los Castro, buen papel haría el general, héroe de la Revolución, Arnaldo Ochoa, al frente del país.  2 En 1989, tres días después de que fue visitado en la cárcel por Fidel Cast

Créeme

1 Créeme. La felicidad existe. Solo que no donde la buscas. Esa es tu falla. En el estero seco de la existencia no se encuentra. Ni en la isla de la fantasía desquiciada. El ego nos pone en lugar raramente accesible hacia la felicidad. Porque nos creemos merecedores de toda la felicidad del mundo por el hecho de ser nosotros. Si la buscas afuera, la felicidad no existe. Porque esta se encuentra  solamente dentro de ti. Respirar profundo. Y ver con los ojos de Dios. Mirarte al espejo ayuda, sobretodo si te miras sin filtros. Lo que somos solamente, de manera encarnada y descarnada. Al fin que es una ruta de la conciencia. El futuro siempre es la nada. Fin de la incertidumbre. 2 Créeme. El amor existe. Si todo se ha creado por amor. Pero no existe el amor que destruye, el que aniquila, el que hace sufrir, el que ahoga. Si bien el sentimiento amor, como tal, es un abrazo de Dios, se debe permanecer quieto sin buscarlo hasta por debajo de las piedras. El amor ya está en ti. Solo que a vece

La intensidad del futbol

1 "La peinan". "La rompen". "La revientan". "La regalan". "La robó".  "La caracolean". "Le está cortando los circuitos a los delanteros". "Tuya, mía, de los dos, de nadie". "Te la presto, te la doy". "Le hizo un siqui saka con el balón". "Pica, frena, aguanta". "Sigue bailoteando". "Alemania se quiere sacar la espina" (ante España. El anterior partido lo perdió ante Japón). "Está jugando como fiera herida". Son los cronistas. Y se refieren a lo que los jugadores hacen con la pelota. Se entiende, metafóricamente. 2 Messi es un genio. Tiene una supermirada. Ve lo que los otros no logran ver. Mira el túnel libre entre sus pies y la portería. Entre piernas que se mueven frenéticas para atajar el balón. Su cerebro hace los cálculos matemáticos en una millonésima de segundo. Y envía el balón por allí. Y es gol. Bello gol. Sus pies están hiper conectados

El testamento de Héctor Bonilla: el que me vio, me vio, no estén chingando

1 Lo más sencillo es transcribir el testamento. Y publicarlo. Y se cumple con el tema: Miren este es el testamento del Señor Bonilla, primer actor. Y escuchen lo que canta y lo que dice en ese documento. Lo escribió dos años antes de irse. Se preparó. Eso es la más fácil. 2 Lo difícil es escribir algo corto de su grandeza. Porque hay mucho qué decir. Y se requeriría un espacio mayor. Actor, buen hombre, sencillo y juguetón, incapacitado para saber cobrar sobre su trabajo, amoroso padre, y dicen que mejor esposo. Y cada una de esas facetas ya son palabras mayores. 3 " Encuerado tranquilo enamorado, pues tengo una mujer que amo con creces y que es la dueña de todo lo mío vamos pegados como los siameses para el solar y para el desafío, hoy llueve otro play según entiendo, se dice actuar y de eso estoy viviendo yo vivo de jugar y voy diciendo yo no soy mi pasado”... composición de Don Héctor. Voz ajada de Don Héctor. 4 Yo lo vi tantas veces. Una de ellas: "cuando puedas mira la p

Hasta pronto Gerardo Rivera

1 A los amigos se les recuerda vivos o muertos. Se les sigue queriendo en cualquiera de sus condiciones. Con existencia plena o ya de plano en el otro plano. Porque siguen acompañándonos cuando nuestros breves triunfos y en las reiteradas derrotas. Si publicamos algo, ellos leen y hacen correcciones aunque no nos la digan, y sugieren, si se da el caso. Porque los enemigos eso si acaso te leen te critican y se alegran si está mal el texto, y si está bien no te lo reconocen, en cambio los amigos sí, como Gerardo Rivera 2 Y es que ayer nos congregamos en memoria de Gerardo Rivera. A iniciativa de Tres Soles, estuvimos en Café Parissi un grupo de amigos y amigas del extinto Gerardo, para derrochar melancolía y nostalgia, por él, que físicamente más no está con nosotros, pero que muchos espacios de la ciudad nos lo recuerda, por sus andanzas, sus decires, su risa, y sus anécdotas que derrochaba en pláticas interminables, en las charlas de café, en las charlas con cerveza, y en las veladas c

Lo que me gusta

1 Me gusta manejar auto e ir por carretera. Las más de las veces distancia prevista. A veces tomar otras rutas sin saber a dónde llevan. Mirar la carretera como cinta ancha negra que se acomoda hacia atrás. Y los paisajes se deslizan como en desfile. Interpreto la vida. El pasado al que me asomo por el retrovisor de vez en cuando, sobretodo si necesito el dato de lo que he ido dejando. O ese pasado se va vinculando a lo planeado del presente. Y el futuro la algarabía de ir llegando, luego de la rutina, al lugar de la felicidad radiante, donde nos espera la sonrisa plena, el abrazo sincero, el beso de película. 2 No me gusta la celda para confinar enfermos. Huele a medicina, a alcohol, a líquido aséptico. Donde de poco en poco nos vamos muriendo. Todos visten de blanco por obligación de jornada. Hay despedidas que se dicen solo con la mirada. Vamos bien. Sonría. ¿Quiere que le traiga un libro? ¿Tiene voluntad de mover las piernas? Ya no quiero nada. Permítame que le tome una muestra. Mi

Por mí doblan las campanas

1 Llevo un registro de los hechos. Allá y aquí. En todas partes el cúmulo de agravios. Un tiroteo del solitario. Y detrás de él nuestro fracaso como grupo.  Un enfrentamiento entre bandas. Detrás de ellos nuestro fracaso como sociedad. Alguien desaparece. Por sobre el osario seguimos caminando. Y a veces reímos. Y a veces solo alzamos los hombros. Como diciendo eso a mí no me incumbe. O eso sucede allá muy lejos. 2 Con un ábaco contamos muertes, muertas, muertos. Que encuentras en bolsas negras. A la orilla de la carretera. En un río. En una playa. No hay límites para el horror. No quieres enterarte. Escondes la cabeza. O volteas la mirada. Cambias de acera. No quieres enterrarnos. No hay funeral. Todo queda en suspenso. Unos niños que cuidará la tía, las abuelas, mientras tanto. 3 Miras la televisión novelas románticas. En plataformas de video son un éxito las series de asesinos seriales. Miras los anuncios: muslos descubiertos, senos prominentes. Miras los anuncios. Extrema delgadez,

Tren de ausencia y olvido

 1 Hay de trenes a trenes. Por ejemplo el del olvido es distinto al de la ausencia. El primero va avanzando a trompicones porque hay un sentimiento que lacera al recordar lo que lo provoca y busca en vano olvidarlo. Y digo en vano porque es una intención muchas veces no lograda. Pongamos el ejemplo cuando se dice o expresa de que "ya olvidé" ¿Cómo lo sabe? ¿Cómo lo explica? Porque al explicar lo que ha olvidado con seguridad tiene que saber el qué, y es allí donde nos damos cuanta que en realidad no ha olvidado. Que es un intento solamente, fallido, eso sí. Más claro que el agua. Es una intencionalidad que no llega a su fin. No se olvida lo que se dice que se ha olvidado. 2 En cambio el tren de la ausencia, que dice la canción, se refiere a quitarse del lugar donde suceden los hechos. Algo huele la persona -quizá indiferencia-  y es mejor, así lo considera, poner pies en polvorosa, ruedas en riel,  distancia de por miedo y de por medio. Que lo que suceda ha de suceder, si es

Lo sé

Cierto Sé lo sencillo por lo útil A lo inútil doy la vuelta Y a los tontos compro el capirote  Cierto  creo en la verdad oculta de las mentiras Creo que te creo Y no creo lo que crees  A dios lo conozco porque me conozco  Y los pájaros no vuelan Es el aire el que los navega Y ellos se dejan llevar por eso cantan sin mayor preocupación

No lo sé

No lo sé Pero dicen que es más fuerte el amor  cuando los dos se alejan Que dura más el amor cuando no se miran de cerca  Que estar cerca es alejarse con fe tan poca No lo sé La lucha de contrarios La dialéctica donde dos "no"seguidos son un sí Donde los mismos polos se repelen Y los contrarios se atraen No lo sé Dicen que cuando cerramos los ojos más se mira Cuando nos tapamos los oídos nos escuchamos a nosotros Que llega más lejos el que va lento Y que más se mueve quien se queda quieto No lo sé Yo.no extraño, por ejemplo  las vidas anteriores Y no recuerdo si amé o me tiré de un quinto piso Si caí en el mar porque es el verdadero cielo Que cuando más te pienso es que ya olvidé el recuerdo O lo contrario menos te pienso Porque aún sigue abierta la puerta de la pared donde no hay casa Escenografía es la vida Alguien lo sepa Qué sé yo

Blanca

1 Blanca Arellano, ciudadana mexicana, de 51 años, vendió su auto, sus muebles y con ese dinero -unos 180 mil pesos- viajó al Perú a donde llegó el 28 de julio pasado. Tenía dos años de relación amorosa virtual con un peruano atractivo estudiante de medicina y biología y había llegado el momento de lo sublime: conocerse en físico, para unirse en pareja y hacer la vida soñada durante muchas noches de soledad, esperada en esos días de rutina. Su hermana María Alejandra le habría dicho: "¿Ya lo pensaste bien?" Su sobrina Karla: "me da gusto tía que luches por tu felicidad". Solo que el futuro es insondable. Los hilos de lo que sigue no los maneja el individuo. Y esa es la vida. Es lo que le da sentido a la vida: la incertidumbre. ¿Quién para sabios?, dice un dicho. 2 Juan Pablo Villafuerte Pinto, habitante de la ciudad de Huacho, Perú, de 37 años era estudiante de medicina y biología. Un muchacho normal a la vista de todos. Le gustan las guitarras. Hacía videos académi

Querido Pablo, gracias. Te abrazo.

 Querido Pablo: Gracias. Y bastaría esa palabra para decirte todo lo que mi alma quiere decir, porque es como un gran abrazo con un caudal grande de significados. Pero no haría justicia al texto, mensaje de lo que quiero decirte. Mejor me explico. Gracias por todo lo que hiciste por nosotros en cada uno de los trayectos. Nos diste motivos para sonrisa plena, nos diste elementos para reflexionar sobre cada paso que íbamos dando en los distintos planos de que se compone el todo de lo que somos. Yo andaba, Pablo, en los 17 años cuando te escuché por primera vez. Estudiaba la Normal, ya era lector acucioso (sin falsa modestia), e iba descubriendo las contradicciones de la existencia humana, que van dando resultados casi infinitos, pero explicables. Y ya me estaba dando cuenta que existían canciones distintas a las que pasaban por la radio. Aunque no empezó esto contigo, porque ya conocía la de El barzón, mexicana, y otras, pero tú conjuntaste en tu poética, esencia en tus canciones, poétic

In memoriam a Gerardo Rivera

1 El hombre muere desde antes. Desde que ya no puede hacer lo que fue su motivo de vida. Por lo que lo conocen. El escritor muere si ya no escribe,  ya no lee. Si ya no se le mira en las lecturas públicas. En la charla de café. En la charla frente a un grupo de alumnos. En todos eso lugares con la palabra precisa, la mirada brillante, y la sonrisa amplia. Y así se nos fue poco a poco Gerardo Rivera, escritor salvadoreño radicado en tabasco desde hace 43 años. Por eso no fue sorpresa enterarnos de su muerte. Porque ya no le veíamos en los lugares donde nos acostumbró. Falleció literalmente el pasado 19 de noviembre. 2 Hacía meses que a Gerardo ya no lo vimos activo. Con su bastón, pero activo. Con sus lentes negros, pero activo, como lo conocimos desde hace ya varias décadas, en ruta al medio siglo. Preguntábamos por él y unos decían una cosa, otros otra. Coincidían precisamente en eso, en que estaba enfermo, casi ciego. Y qué ya no salía. Que incluso algunos interesados buscaban compra

Las termitas prefieren los libros de amor y de política

1 Toqué la puerta, minúscula. Alguien la abrió y preguntome sobre la razón de mi insistencia. Quiero hablar con el jefe de todas ustedes, dije. ¿Jefe? repitió como sonámbula. Repetitiva volvió a pronunciar la palabra jefe ¿Jefe? Este... y se quedó callada. Jefe, presidente, zar, emir o lo que sea. Pero de sefguro que hay alguien cn quien pueda discutir sobre la invasión que tienen para destruir mis libros. 2 Descubrí la semana pasada que las termitas destruyeron siete libros que tengo en resguardo en la casita, Ya desde hace tiempo han intentado entrar para hacer festín. Empezaron antes cuando no estaban los libros, con una silla reclinable de madera. Y precisamente era de pino, de sus referidas. Ya le habían avanzado. Y yo estaba espantado. Con el cedro y caoba no se meten. Y logré salvar la dicha silla. Le apliqué ungüento mezclado con diesel. Y remedio santo. Solo que requerí guardar los libros en esa casa. Y siempre estuve atento de rociar con insecticida las orillas, las esquinas

Un alto

 1 Hay siempre la necesidad de hacer un alto. Este es el alto. No para dejar de escribir un día o más. No. Sino porque los textos diarios se han ido acumulando como irnos de arena. Como un bosque cerrado de hojas. Dispersas en temas y modos. Intentos fallidos algunos. Desconectados los cercanos. Afines algunos aunque separados por fechas. Cerca de 7 mil archivos. Y estos requieren rescate hacia word. Separación por grupos temáticos. Revisión exhaustiva. Y discriminación los que van al archivo muerto. Y los susceptibles a ser rescatados para proyecto de libro. Esa sería la etapa primera. 2 De servir aproximadamente la mitad para ese fin, de edición, estaría hablando de unos entre veinte y veinticinco libros. Ciertamente es un trabajo exhaustivo. Pero que debo hacerlo antes de que doble las campanas de la iglesia. 

Miradas

1 Todos miran al otro. Cada quien con su verdad. Cada uno con viga en ojo mirando la paja. Aquel, montado en el zanco con los números en cuenta, y a cuenta del moche, del diezmo por obra, por venta de plaza, por traficar influencia. Este otro desde la altura de otro zanco, de actitud cotidiana en todos sus actos, solo o a la vista de todos, con  ética. Aquel más con el zanco de la metáfora y con libros que nadie lee. Y otro con libros que sí leen. Y otro más con zancos del pasaporte al cielo vía bendiciones.  2 "Y yo también cuento, no me dejen fuera", grito el  comerciante que usa kilos de 900 y no mil. Y aquel otro, el rey del interés, teniente de la usura. Y había otros, con distinto giro. 3 -Oye, ese está muy caro. Se refería al teléfono nuevo por comprar. Era por cierto de generación  reciente. Por el dinero no había problema. Solo que. Y así. Las pláticas. Hasta que. -Es que tiene mejores filtros- aclaró. -¿Filtros?.  Ella ya no respondió. Y salió de la tienda. De la pl

Ya no voy a Qatar

1 Viejo el chiste de dos amigos que platican. "Me volvieron a dar ganas de ir a Qatar". El amigo sorprendido le contesta: "ah perro, no me habías comentado que ya fuiste". El otro riendo: "No, no he ido. Solo que ma habían dado ganas de ir antes, y me han dado ahora gamas de nuevo". 2 Ya no voy a Qatar.  No. No iba, es cierto. Además del dinero que debe salir un ojo de cara mas un riñón, en todo caso el fútbol no es de mis preferencias para ver. Prefiero, sí, el basquetbol. Pero suponiendo que fuera por echar un rol, ver los museos y a las qataríes, en Qatar está prohibido comer carne de puerco. Y yo sinceramente sin chuletas  o chicharrón en salsa, no puedo subsistir. No voy por todas las prohibiciones que tienen. Son restricciones "que hablan mucho de una sociedad, cómo decir,.. este,.. atávica, como si vivieran en otro tiempo muy antiguo, y por lo tanto no conocen de la modernidad, ni de libertades como las de nuestras sociedades". 3 Qatar es