Los fusilamientos del 89 en Cuba
1 "Tú eres mi hermano, compañero Ochoa. Te has sacrificado por la Revolución, por la Patria. Tienes todo mi respeto y admiración. Pero la Revolución y la Patria una vez más requiere de tus servicios. Que te inculpes completamente. Y que nunca nos dijiste nada de lo que hacías de traficar coca. Ni a Raúl ni a mí. Que nosotros somos ajenos a eso. Se te darán unos cinco años, cuando mucho. Y te quedas con todo lo que tienes. Ten la plena seguridad. Y mi palabra de hombre, de hermano". Así le habría dicho Fidel Castro al general Arnaldo Ochoa, ya detenido y acusado de narcotráfico. Iba a ser sometido a juicio y era necesario asegurar su discreción. Cierto, era discreto. Como héroe tenía prestigio ante la población y entre los militares. En las pláticas de café y en familias, se platicaba de que a falta de los Castro, buen papel haría el general, héroe de la Revolución, Arnaldo Ochoa, al frente del país. 2 En 1989, tres días después de que fue visitado en la cárcel por Fidel Cast