El cine de Luis Estrada

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Las películas del director Luis Estrada retratan lo que somos como mexicanos. ¿Pero qué somos? ¿Son sus películas un ensayo sociológico de nustra cotidianeidad? ¿Y cómo es esta? ¿Son un ensayo filosófico de nuestro relajo y del valemadrismo? ¿Son una actualización de la imagen del mexicano como indio dormido junto a un nopal? ¿Son un espejo donde nos miramos y decimos que somos chingones? ¿Son el espejo de agua de la superficie de la laguna a donde nos asomamos para vernos y nos reímos de lo que vemos? 

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Obras públicas mal hechas. Calles enchapapotadas que en el primer escupitajo se deteriora. Calles de concreto que al año hay que romper para meter drenaje. Funcionarios públicos que compiten por ver quién roba más. Prsonas que construyen hasta en la banqueta. Delegados que venden los espacios públicos. Policías de carretera que voltean para otro lado cunado va a pasar la carga de polvo. Televisoras que construyen opinión pública. Carreteras arregladas en sus rectas para aterrizajes. Fiestas que se organizan y no se tiene para pagar la renta al día siguiente. Todo eso y mucho más somos, claro. Solo que Luis realiza un engarce casi perfecto para destacar el contubernio del poder legal con el poder ilegal, amparados en una constitución rota y pisoteada.

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El cine de Luis Estrada es una sala cinematográfica muy grande, del tamaño de nuestro país. En cada una de sus películas  disecciona tanto al gobierno como a la sociedad. Muestra las vísceras  y expone el exterior de una sociedad mexicana que vive con la esperanza de un cambio cada seis años. Lo cual no sucede. Y vuelve a esperar que las cosas cambien en el siguiente sexenio. Mientras esto sucede, estira la mano, aprovecha las circunstancias, es el ganancioso en el río revuelto y espera que alguien conocido llegue a los altos puestos.

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El director Luis Estrada tiene bajo su haber varias películas. Y estando a punto de estrenar la 5a con el mismo fin, se le recordará por estas últimas: La Ley de Herodes, Un mundo Maravilloso, El infierno, La dictadura perfecta y la más reciente, por estrenar, ¡Viva México! A las cinco las une un hilo conductor: la crítica acida y humorística a la realidad mexicana enfocada indistintamente al gobierno y a la vida cotidiana de la sociedad. Asimismo a las cinco las define la calidad de su guión y de su buen elenco. Por allí andan José Carlos Ruiz, Joaquín Cosío, María Rojo, Isela Vegs y sin duda el gran Damián Alcázar, entre otros.

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Cada una de las cuatro ya conocidas no tienen desperdicio. Cada una con un aporte distinto, y cada una diferenciada por las características que le impone el presidente en turno. Aclaro que Luis Estrada en sus películas no utiliza los nombres conocidos de nuestros tlatoanis sexenales. Pero los hace tan reconocibles que uno los identifica con facilidad. Ah, y yo utilizo homónimos exactos de los sí conocidos.

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Luis, por decirlo de manera común, no deja títere con cabeza en ninguna de ellas. Dichas películas son retrato serio, puntilloso y humorístico de nuestra sociedad mexicana y la relación con los gobiernos en turno. Despiadada como crítica fue La Ley de Herodes, para referirse a los años en los que gobernaba el PRI. Pero se queda corto. Bien hecha, teniendo a un elenco de actores de primera, en esta encabezado por Damián Alcázar.  Véala si no la ha visto. O vuélvala a ver para tener grabado todos esos años del dominio de un solo partido. Y no volver atrás ni algo parecido de nepotismo, amiguismo y compadrazgo. Pero oh. En el 2000 ganó la presidencia el vendedor de Coca Cola, Vicente Fox. Y en el 2006, "haiga sido como haiga sido", quedó al frente de la presidencia Felipe Calderón. Luis Estrada afinó bien su segunda película y ese 2006 respondió con "Un mundo maravilloso". Damián Alcázar hace mancuerna con Pedro Armendariz Jr.

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Para 2010, con las fiestas del bicentenario, Luis les aguó la fiesta con la película El infierno, en la que exhibe la situación a donde se cayó con los gobiernos del PAN, aunque peor con Calderón: el mero infierno en la tierra con narcos, desaparecidos, contrabando, etc.  Por razones de esperanza y lucha, esperábamos que ahora sí en 2012 ganara las elecciones Andrés Manuel López Obrador, el paisano, pero la maquinaria se impuso, y volvió a ganar el PRI. Entonces Luis estrada respondió con la película La dictadura perfecta en 2014. Donde evidencia que si en otros momentos ha sido igual de demoledora la campaña basada en la publicidad y las televisoras, fue en 2012 donde se especializaron. Quedó claro que no había candidato, sino que construyeron un candidato. Y luego ya en la presidencia se cogobernó con las televisoras.

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Luis Estrada creció en los sets cinematográficos. Su padre, José Estrada, fue asimismo director de cine. Así que bebió y comió ambiente de filmaciones. De tal manera que desde niño ayudaba con algunas actividades relacionadas con ese medio. Y ya de joven vio filamr a Luis Buñuel y fue ayudante de grandes directores de cine como Arturo Ripstein y Felipe Cazals. Así que con esa trayectoria era natural que siguiera ese camino.

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Los nombres de los expresidentes que escribo son inferencias lógicas de los personajes de las películas. Como dice Luis en sus avisos: "no son mera coincidencia". Ello reflejan como calca a dichos personajes reales como caricaturas que fueron y son, para aparecer registrados personajes reales en la ficción de las películas.  Crítica acerba, aunque cómica, a la realidad, la quiniela de películas es dura con la clase política. Ni les quita, ni les agrega. Los delinea trazo tras trazo, expresión tras expresión. Etc. Duro asimismo con las relaciones sociales de la mordida, la mentira, el engaño, la farsa. Todo ello que conforma esa red de compra y venta de favores, y que desemboca en obras públicas mal hechas, en mal manejo de la economía, y todo eso que ya conocemos

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¿Qué sabemos de ¡Viva México!? Que ya está lista para estrenarse. Que a excepción de las otras cuatro, en esta no tuvo apoyo de las instituciones de México que financian películas. Que la financió Netflix sin ponerle condiciones ni cambiarle una coma al guión. Que a punto de ser exhibida en circuitos menores de salas de cine a principios de noviembre, Luis Estrada compró los derechos de exhibición para buscar una distribuidora que la exhiba en mejores salas, durante más tiempo y en muchos lugares. Y dice Luis sobre esta su reciente película: “nadie va a estar contento. Ni los que estan a favor ni los que están en contra de AMLO. Se van a enojar abmos, pero ambos la van a recomendar”. La veremos, Don Luis.