El testamento de Héctor Bonilla: el que me vio, me vio, no estén chingando

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Lo más sencillo es transcribir el testamento. Y publicarlo. Y se cumple con el tema: Miren este es el testamento del Señor Bonilla, primer actor. Y escuchen lo que canta y lo que dice en ese documento. Lo escribió dos años antes de irse. Se preparó. Eso es la más fácil.

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Lo difícil es escribir algo corto de su grandeza. Porque hay mucho qué decir. Y se requeriría un espacio mayor. Actor, buen hombre, sencillo y juguetón, incapacitado para saber cobrar sobre su trabajo, amoroso padre, y dicen que mejor esposo. Y cada una de esas facetas ya son palabras mayores.

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"Encuerado tranquilo enamorado, pues tengo una mujer que amo con creces y que es la dueña de todo lo mío vamos pegados como los siameses para el solar y para el desafío, hoy llueve otro play según entiendo, se dice actuar y de eso estoy viviendo yo vivo de jugar y voy diciendo yo no soy mi pasado”... composición de Don Héctor. Voz ajada de Don Héctor.

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Yo lo vi tantas veces. Una de ellas: "cuando puedas mira la película María de mi corazón" , me dijo mi amiga Carolina. Me lo dijo allá por 1984. Y la vida como diez años después. No era tan fácil como ahora. La.circulaban en pequeños grupos. Cine de culto. Y allí estaba María Rojo como María de mi corazón, guión salido de un cuento de Gabriel García Márquez.

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 A Villahermosa vino varias veces, hombre de teatro, Héctor Bonilla trajo "Pedro Lascuarian, 24 horas presidente. Era su hogar el escenario. Era su sangre y su motivo de vida. No había nada en su vida que no estuviera relacionado con el teatooro. 

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Un titán en el teatro, sensible a los problemas de los otros, oído a las inquietudes, leal a la amistad, enfrentó al establishment del espectáculo  junto con otros titanes - Óscar Chávez, Claudio Obregón, Enrique Lizalde- al separarse de la esperpéntica, domesticada y blanca Asociación Nacional de Actores (ANDA) y creó junto con más de mil actores, lidereados por Enrique Lizalde, el Sindicato de Actores Independientes.

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"Pues bien mis hijos tres, hago un recuento de todo lo vivido y lo pasado, de lo sufrido, de lo disfrutado” / “Es el momento, me abruman tantas pistas de lo yerto, hasta mis fotos son de puro muerto” / “Y sin fortuna el más afortunado, dueño de nada voy al cementerio encuerado, tranquilo, enamorado”.

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Desafíó a la narrativa oficial sobre la matanza de Tlatelolco de 1968, que intentó echar la culpa a la conjura comunista extranjera, utilizando estudiantes para derrocar al gobierno, y produjo y actuó Rojo amanecer, película que estuvo enlatada por el tema, porque evidencia culpa del ejército sobre la muerte de cientos de estudiantes. Fue retrasado su estreno y censurada en algunas escenas donde se evidencia aún más la participación de la alta jerarquía verde oliva.

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Actor, productor, director, maquillista, además actor de doblaje, artista de cine, radio, teatro y televisión. Tan así que su casa parecía bodega de utilería, con el desorden propio de esos espacios. De tal manera que una función de cualquier obra la hacían allí en su casa para deleite de hijos, nietos, sobrinos y amigos cercanos. Amante de su familia, sus nietos le pedían que ensayara o les dirigiera en sus obras de juego, lo cual hacía con gusto a pesar de que llegara cansado de sus obras de verdad.

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Veintidós años antes de su muerte escribió su testamento a manera de carta. Cuenta que fue una despedida de sus hijos como adultos. Cambiaba su telación con ellos, tan cercana, tan apegados todos. Pero sus hijos tres se iban a buscar su espacio. La hija a casarse con un griego. El mayor a estudiar cine a España. Y el menor casi no lo veía por andar de enamoradizo durmiendo en tantas camas. Se preocuparon con la carta ya hace veintidós años. Y de nuevo cuando ya como canción, cuando lo grabó hace dos años.

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La parte que se dio a conocer como su epitafio es la parte final de su carta canción "Testamento": "...Se acabó la función, No estén chingando.El que me vio, me vio. No queda nada.”


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